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viernes, 2 de septiembre de 2016

N. MADURO: SI FUJIMORI PUDO HACERLO YO TAMBIEN


La oposición venezolana abrió una nueva etapa de presión en las calles para exigir un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, fortalecida por la multitudinaria marcha del jueves en la que dijo haber reunido más de un millón de personas. "Mostramos al mundo el tamaño inmenso de la Venezuela que quiere cambio. Es una marcha histórica", anunció desde una tarima el vocero de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, quien dijo a la AFP que se manifestaron "entre 950.000 y 1,1 millón" de opositores.


Al anunciar el "inicio de la etapa definitiva" de la lucha por el referendo, Torrealba precisó que el 7 de septiembre marcharán hacia la sede de poder electoral, y siete días después en las capitales de los estados, mientras que para la noche de este jueves la MUD llamó a un toque nacional de cacerolas.
Vestidos de blanco, ondeando banderas y gritando "revocatorio ya", los opositores acudieron a lo que llamaron la "Toma de Caracas". "Hay mucha hambre, desesperanza, amenazas. Queremos un cambio", declaró a la AFP Alba Zárate, de 39 de años.

En la mayor pulseada que libraron en las calles en los últimos años, Maduro respondió a la oposición con una masiva concentración de seguidores ataviados de camisetas rojas, en el centro de Caracas, en lo que bautizaron como la "Toma de Venezuela".

"Hoy derrotamos un golpe de Estado (...), han fracasado una vez más, la victoria es nuestra", dijo desde la tarima el presidente socialista, quien calculó entre "25.000 y 30.000" los participantes en la manifestación opositora.

Marcha y contramarcha transcurrieron en calma, pero en el cierre de la manifestación opositora un grupo de encapuchados lanzó piedras y bloqueó una estratégica vía que conecta el este con el oeste, ante lo que la policía respondió con gases lacrimógenos.

La MUD se deslindó de esos hechos y denunció "la presencia de infiltrados". Durante la jornada, policías y tanquetas vigilaron varios puntos de la ciudad, y algunas calles y negocios permanecieron cerrados.

La MUD reclama al Consejo Nacional Electoral (CNE) -al que acusa de chavista- la fecha de recolección de cuatro millones de firmas necesarias para convocar el referendo, pues considera que sólo cambiando al gobierno y su modelo socialista se acabará la crisis.

Ocho de cada 10 venezolanos quieren un cambio de gobierno, según la firma Datanálisis. Golpeada por la caída de los precios del petróleo, Venezuela sufre una escasez de alimentos y medicinas del 80% y una inflación que el FMI proyecta en 720% para este año.

Termómetro opositor

Pese al descontento popular, la oposición no había convocado multitudes desde 2014, según analistas en parte por el miedo a la violencia de aquellas marchas que exigían la salida de Maduro y dejaron 43 muertos.

Pero esta vez, la MUD se tomó casi tres semanas para organizar la manifestación, con seguidores de todo el país.

Diego Moya-Ocampos, analista del IHS Markit Country Risk, con sede en Londres, había considerado esta marcha como un "termómetro para medir la capacidad de convocatoria de la oposición", en tanto que el analista venezolano Luis Vicente León consideró que el "éxito de la marcha es de articulación a futuro".

La MUD busca que el referendo sea antes del 10 de enero, cuando se cumple el cuarto año de mandato presidencial, porque si Maduro pierde, habrá elecciones; pero si es revocado después de esa fecha debe sustituirlo su vicepresidente, según la Constitución.

Con el rostro cubierto con una máscara fantasmagórica y el rótulo "empleado público" grabado en la frente, un caraqueño de 36 años dijo haber marchado porque el gobierno es culpable de la crisis.
De acuerdo con la firma Venebarómetro, 64% de los electores votaría por revocarlo. Maduro ordenó la remoción de los jefes de instituciones públicas que apoyan el referendo.

Mano de hierro chavista

Ante sus seguidores, Maduro, vestido de camisa roja, dijo tener listo un decreto para levantar la inmunidad parlamentaria, al acusar a la mayoría opositora del Legislativo de planificar un golpe de Estado, con la ayuda de Estados Unidos.

"Voy con la mano de hierro que me dio (Hugo) Chávez. Que nadie se equivoque conmigo (...) que nadie utilice la inmunidad para conspirar, para complotarse", advirtió Maduro, quien señaló directamente al presidente del parlamento Henry Ramos Allup de promover la violencia.

De inmediato, el líder opositor respondió: "No pierda el tiempo amenazándonos (...) nosotros no somos intimidables".

"Presidente Maduro: vea el gentío que se volcó hoy a las calles de Caracas. Nunca se había producido en Venezuela una manifestación pacífica de este tamaño (...) sorteando emboscadas, provocaciones y agresiones", declaró.

En vísperas de la marcha, las autoridades encarcelaron a tres dirigentes opositores a los que acusaron de planear actos violentos. Este jueves Capriles denunció el arresto de dos alcaldes y la retención de varios autobuses en alcabalas.

El Sindicato de Periodistas denunció que las autoridades rechazaron el ingreso de varios corresponsales extranjeros que iban a cubrir la marcha opositora.



La oposición de Venezuela logró sacar este jueves a decenas de miles de personas a las calles de Caracas para exigirle al Consejo Nacional Electoral (CNE) que agilice los trámites para celebrar un referéndum revocatorio contra el presidente, Nicolás Maduro. Ese era el pretexto principal para abarrotar tres importantes avenidas de la capital venezolana, pero las razones para protestar van mucho más allá de esa puntual demanda. La movilización catalizó el rechazo a la alta inflación y la crónica carestía de alimentos básicos que lastra al régimen bolivariano.

Si el 6 de diciembre, en las elecciones parlamentarias, los venezolanos respaldaron masivamente a la oposición en las urnas y le entregaron el control de la Asamblea Nacional, la afluencia a la manifestación confirmó esa mayoría y el desmoronamiento de lo que alguna vez fue el titán invencible de la autodenominada revolución bolivariana. El empeño institucional de impedir que prospere en el corto plazo una consulta sobre la continuidad de Maduro parece haberle dado fuerza a los manifestantes para superar los obstáculos colocados a la vera del camino y el miedo que intentaron infundir los voceros más conspicuos del bolivarianismo.


El régimen bloqueó de diversas formas la asistencia a la concentración colocando improvisados retenes militares en la entrada a Caracas, atravesando obstáculos en las vías expresas de la capital venezolana e interrumpiendo el servicio de metro. Pero fue en todo caso una victoria parcial a juzgar por las imágenes tomadas por las agencias de noticias y las fotos transmitidas a través de las redes sociales. La televisión privada, fuertemente amenazada por el Gobierno con la retirada de la concesión para operar, empezó transmitiendo su programación matutina habitual —programas de variedades, de autoayuda— pero intermitentemente informaba de la movilización.

Algunas personas que se dirigían a la capital lograron salvar los obstáculos en la carretera, pero otras, según denuncias de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición opositora que organizó la manifestación, fueron atracadas en los autobuses que los trasladaban en medio del atasco. La MUD también denunció saqueos a comercios en Aragua.

Los partidarios del Gobierno se concentraron en la avenida Bolívar de Caracas para apoyar al presidente Maduro. La televisora oficial, Venezolana de Televisión, mantenía tomas cerradas y no se animaba a mostrar las grandes panorámicas que caracterizaban las transmisiones en los tiempos de los mítines del fallecido Hugo Chávez. La profunda crisis económica parece haber hecho mella entre la clientela del chavismo, que no apoyó como en otras ocasiones las manifestaciones callejeras del Ejecutivo.

Ambas marchas culminaron a eso de las dos de la tarde hora local (las ocho de la noche en España). La dirigencia opositora leyó un comunicado en el que detalló las siguientes protestas. De entrada, convocaron un cacerolazo para las ocho de la tarde (madrugada del viernes en España). La oposición planea, además, presentarse el próximo miércoles 7 en todas las sedes del Consejo Nacional Electoral para seguir presionando y que anuncie la fecha de la segunda etapa del revocatorio. El 14 de septiembre, un día después del plazo máximo dado por el CNE para fijar el operativo de recolección del 20% de las firmas del censo, se movilizarán en todas las capitales del país. Y después de que se realice el operativo, fijado para la última semana de octubre, según han dicho las autoridades electorales, volverán a la calle para demandar “la inmediata realización de la consulta”.

El tiempo apremia. Si el referéndum es tras del 10 de enero de 2017 un vicepresidente chavista sustituirá a Maduro por el resto del mandato. Si se organiza antes y la oposición logra más votos que los obtenidos por el presidente actual en las elecciones del 14 de abril de 2013, que eligió al sucesor de Chávez, habrá que organizar otra elección presidencial.

La amenaza de un fujimorazo

Todo el discurso del presidente Maduro, que apareció a la una de la tarde en la avenida Bolívar de Caracas, pareció resumirse en una idea: “ha fracasado el golpe de Estado de la derecha fascista”. El jefe del Estado sacó cuentas y calculó que no más de 30 mil personas se habían manifestado en su contra. También aprovechó para reiterar lo que había anunciado el miércoles antes de la anunciada “Toma de Caracas”. “Tengo listo un decreto para levantar la inmunidad a los altos cargos y en especial la que gozan los parlamentarios”.

Se trata, por ahora de un amago de fujimorazo que pondría a la oposición y a la comunidad internacional a plantearse otros escenarios. En una hora crítica el Presidente luce dispuesto a todo para evitar entregar que en sus manos se pierda la república chavista.

A lo largo de su intervención insuflarle ánimo a la concurrencia invocando el espíritu de Chávez al ritmo de un toque de diana. Ataviado con una chamarra roja, el jefe del Estado parecía hablarle al núcleo duro de sus militantes, insultando al presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, pero intentaba a la vez mostrarse contento y despreocupado.

En medio del acto le besó la calva a Diosdado Cabello, expresidente del Parlamento, e imponer la perspectiva de que el desarrollo de la manifestación opositora era una victoria para el gobierno. “Los que amenazaron con asaltar Caracas terminaron en el Este. Nosotros estamos en el mero centro. El pueblo está en el centro de la ciudad”, dijo. “Así lo proclamo, han fracasado, La victoria es del pueblo, de la revolución”.

En las horas previas a la multitudinaria marcha de este jueves a favor de un referéndum revocatorio presidencial, el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, ordenó capturar a más opositores señalados de preparar violencia para este 1° de septiembre y anunció que evalúa acciones contra el Parlamento, de mayoría antichavista.

En cadena de radio y televisión, Maduro informó que prepara un decreto para solicitar a la Justicia venezolana el levantamiento de la inmunidad parlamentaria, medida que podrá aplicarse a los más de 100 diputados opositores que controlan la Asamblea Nacional desde enero pasado.

El anuncio en cuestión surgió un día antes de la denominada "Toma de Caracas", una marcha convocada hace semanas para este jueves por la alianza de partidos Mesa de la Unidad Democrática (MUD) con el objetivo de presionar al Poder Electoral por la agenda del referendo que impulsa la oposición para revocar al mandatario venezolano.

Esta movilización se convirtió en el centro de atención en Venezuela ya que la MUD ha dicho que será el inicio de una agenda de pelea que acabará el día que los ciudadanos voten para revocar o no a Maduro, mientras que el chavismo ha advertido sobre supuestos planes de insurrección.

En este sentido, Maduro dijo que algunos "cabecillas" de los partidos opositores Voluntad Popular y Primero Justicia son los autores de estos planes violentos "para masacrar a su propia gente" y que dentro de la MUD existe, por ello, "angustia".

También aseguró que los cuerpos de seguridad están buscando en todo el territorio nacional a varios dirigentes de la MUD que, además de tramar atentados con bombas, planeaban uniformar como militares y policías a sicarios pagados para matar a manifestantes.

Mientras tanto, el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) convocó al chavismo a movilizarse también este jueves en Caracas en apoyo al gobierno, en lo que será el inicio de una serie de actividades de calle en respaldo a Maduro.

Expulsan a periodista norteamericano

El periodista usamericano Jim Wyss, corresponsal del rotativo "The Miami Herald" en la región andina, fue detenido este miércoles en Caracas y posteriormente expulsado a Panamá en la víspera de la marcha opositora, según informó su periódico.

Wyss llegó a Caracas el martes desde Bogotá, ciudad en la que vive, para cubrir la movilización opositora. Según "The Miami Herald", a las 17.21 hora local de este miércoles Wyss envío un correo electrónico a la redacción del rotativo con este contenido: "Estoy siendo detenido por inmigración".

Tras no saber nada de él durante horas, el periodista volvió a comunicarse con sus superiores para explicar que las autoridades venezolanas lo estaban expulsando del país en un vuelo hacia Panamá por no tener los papeles en regla.

Según el periódico, Wyss ingresó a Venezuela con un visado de periodista con vigencia hasta octubre.

Fuente: El País de M., EFE  y otros

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