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lunes, 19 de septiembre de 2016

CAROLINA COSSE: EL ESTADO SOY YO

"Nunca es fácil negociar con los porteños”. La frase la conocen bien todos los equipos técnicos uruguayos que tuvieron que acordar diferentes tipos de tratados con Argentina. Una de las áreas más sensibles es la energética, donde Uruguay intenta sacar provecho de las necesidades de ese país, aunque no siempre con el mejor resultado, ya que en la vecina orilla son reacios a firmar acuerdos que representen compromisos a largo plazo y prefieren la compra “en el momento”, dijeron a Búsqueda varias fuentes que participan en las negociaciones.


Con ese contexto, los técnicos de UTE involucrados en la negociación vieron como un triunfo “excepcional” los acuerdos que se lograron durante este año, mediante los cuales se vendieron a Argentina cerca de U$S 55 millones de energía eléctrica generada por centrales térmicas y otros U$S 7 millones generada por eólica, mientras se seguía avanzando en un acuerdo de interconexión que permitiera la venta “al firme” de energía en una base semanal.

Uruguay podría permitirse eso dado que actualmente “le sobra” energía generada, incluso eólica. Esto se debe en parte al enlentecimiento económico que repercutió en el consumo interno así como a la caída del proyecto minero de Aratirí, para el cual se proyectaron inversiones que hoy están ociosas, dijeron los informantes a Búsqueda.

Una de las principales intenciones del grupo uruguayo que negocia este acuerdo es evitar la venta de energía “por vertimiento”. Esto es: cuando las represas están tan llenas que hay que empezar a tirar el agua, Argentina puede comprar esa energía a U$S 7 el megavatio/hora (MW/h) gracias a un convenio firmado en 1974.

En los acuerdos actuales, la energía vendida a Argentina va desde U$S 30 hasta U$S 70 el MW/h.

Las negociaciones hacia un acuerdo “al firme” iban “encaminadas”: el cambio de gobierno en la vecina orilla facilitó el proceso, según las fuentes uruguayas. De un lado de la mesa están UTE, la Administración del Mercado Eléctrico (ADME) y el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) y del otro la Secretaría de Energía Argentina y la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico.

Pero hace algunas semanas, en uno de los contactos habituales entre técnicos, los uruguayos de UTE se llevaron una sorpresa: sus pares argentinos les comunicaron que la ministra Carolina Cosse había mantenido reuniones por su cuenta.

El desconocimiento de los funcionarios de UTE era tal que fueron los propios argentinos quienes les pasaron el acta de la reunión, de la que no tenían idea, explicaron fuentes del organismo a Búsqueda.

Ante esta situación la contraparte argentina les pidió que se pusieran “de acuerdo” para ver “quién negociaba”.

“La vergüenza fue enorme”, dijo una fuente involucrada en la negociación. Actualmente las negociaciones están estancadas.

Si bien se entiende que los ministros del sector pueden mantener charlas bilaterales para afinar lineamientos, las fuentes explicaron que por lo general las negociaciones técnicas como estas las hacen los grupos de trabajo “en conjunto” y no “una persona sola”.

Ahora, UTE le ofrece todas las semanas energía excedente a Argentina, pero no logra colocarla. Fuentes de UTE y del Ministerio de Industria consultadas por Búsquedadijeron que la actitud de Cosse de “cortarse sola” generó fuerte malestar porque se perdieron “meses de negociación”.
Desde el MIEM y con Alur.

Un jerarca del MIEM afirmó que esas actitudes son “diarias” en esa Secretaría, donde “ya no existen los grupos de trabajo” y las direcciones más fuertes como Minería y Energía “está supeditadas” para que “todo pase por la ministra”.

Esa visión es compartida en UTE. En ambos organismos es un secreto a voces queCosse y el presidente de la estatal eléctrica, Gonzalo Casaravilla, no se hablan y tienen una “pésima relación”.

De hecho, los informantes explican que en el Consejo de Ministros de Mercedes, a principios de agosto, Cosse ordenó que sería ella quien anunciaría el lanzamiento de un programa de eficiencia energética de UTE para pequeños tambos.

Ese protagonismo también se extendió a Ancap, donde la ministra estuvo al tanto y participó “activamente” en los avances de la polémica negociación salarial en Alur y en ningún momento hizo objeciones sobre el acuerdo que proponía aumentos cada dos meses. Incluso fue consultada por el diputado del MPP Daniel Placeres y le dijo que le parecía “bueno” el convenio, informaron a Búsqueda una fuente del Poder Ejecutivo y dos legisladores del Frente Amplio.

Placeres ofició de víncul­o entre el gobierno y los sindicatos vinculados a Alur.


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