La dueña de los canes enseguida se dio cuenta de que un vecino suyo era el autor de la denuncia y subió a su apartamento para increparlo. Para evitar que el asunto llegara a las manos, los agentes se hicieron presentes y pretendieron sosegar a la propietaria, tomándola del brazo.
Y aquí ocurrió lo insólito: mientras los dos perros pitbull se habían comportado con corrección, la propietaria fue quien tiró el tarascón y mordió la mano del policía, golpeando a otro en la cabeza. Ni siquiera emitió un ladrido de aviso.
Las marcas de los dientes de la mujer quedaron impresas en el dorso de la mano policial.
La agresora fue conducida a la sede penal y el fiscal Gustavo Zubía solicitó su procesamiento "con prisión", por los delitos de "atentado" y "lesiones".
La jueza Julia Staricco hizo lugar al pedido de procesamiento, pero desestimó la prisión, dictando en cambio medidas de restricción ambulatoria.
También se liberó una comunicación a la Intendencia de Montevideo, por la tenencia "irresponsable" de los animales, a fin de que se advierta y se sancione a la propietaria por incumplir las normas sobre el cuidado responsable de las mascotas.
Al fiscal Zubía no le son ajenos estos casos que involucran a perros peligrosos. De hecho, en 2007, cuando ejercía funciones en Maldonado, fue el primero en solicitar un procesamiento por lesiones culpables al dueño de un perro.
Para ello el fiscal invocó los "antecedentes de mordeduras" del animal, que tenía varias anotaciones por ataques a vecinos. El juez García determinó a la postre el procesamiento sin prisión del dueño del can, otro pitbull.
En Montevideo, a Zubía le tocó intervenir en otro caso pero menos hilarante porque se trató de un tenedor al fin procesado por azuzar a su perro, otro pitbull, contra una persona. En ese caso la imputación no fue por el delito de lesiones culposas sino dolosas. El hombre tenía antecedentes penales.
El pitbull fue considerado durante décadas el perro ideal para cuidar los niños de la casa. Pero un día le llegó la mala prensa debido, entre otras cosas, al salvaje adiestramiento y su uso como "arma biológica" para cometer diversos delitos o mandarse la parte de bravucón, por aquello de que "los perros se parecen a los dueños" y viceversa. No es una noticia internacional, ha pasado en Uruguay, en bocas de venta de pasta base, por ejemplo.
En la legislación nacional la deficiencia en el cuidado de animales peligrosos llegó a ser considerada como una falta, pero en estos momentos no hay una figura penal típica. No está prevista la falta como sí para las personas que orinan o defecan en la calle, tiran basura o conducen alcoholizados. Solo es posible multar a quienes sacan a la calle sin bozal ni correa a sus animales de gran porte o considerados peligrosos, aunque los dueños siempre argumenten que "son muy buenos".
El día de los procesados.
Si no fue un récord anduvo cerca. Después de 12 horas de trabajo, el fiscal Zubía y la jueza Staricco procesaron el pasado jueves a una veintena de personas, solo en la Primera Zona, es decir una cuarta parte de Montevideo, desde el Centro y Cordón hasta el Paso Molino. Rapiñas, atentados, hurtos y una estafa fueron los motivos de las resoluciones judiciales. La estafa fue masiva, por adulteración de documentos para presentarse en casas de crédito y obtener varios préstamos por sumas de entre $ 25.000 y $ 80.000.
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