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miércoles, 1 de junio de 2016

M. MORALES: LA JOVEN ESPAÑOLA SIGUE SECUESTRADA EN TERRITORIO DE LA REPUBLICA SAHARAUI

El caso de Maloma Morales, la joven de origen saharaui nacionalizada española y retenida desde el 12 de diciembre de 2015 meses en los campamentos de Tinduf, amenaza con provocar una crisis diplomática entre España y el Frente Polisario. Fuentes diplomáticas españolas atribuyen a diferencias internas en el movimiento saharaui entre la vieja guardia, laica y nacionalista, y las nuevas generaciones, próximas al islamismo, el que la joven permanezca aún secuesttrada



La familia adoptiva de Maloma y su pareja, Ismael Arregui, han dado a conocer más detalles de las dos conversaciones telefónicas que mantuvieron el pasado lunes con la joven saharaui. Además, han hecho un balance de la situación: no cederán a las presiones de la familia biológica para dejar las cosas como están y establecen un plazo de 12 días para que Maloma vuelva a España.

José Morales e Ismael Arregui han explicado que, en una reunión mantenida este martes con el Secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez, se les informó de que el cónsul en Argel, Cristian Font, tras varios intentos infructuosos, por fin había obtenido el permiso del Frente Polisario para entrar en los campamentos saharauis, donde se espera que pueda visitar a Maloma, hablar con ella y atenderla.

Por su parte, tanto el padre adoptivo como el marido de la joven comunicaron a Exteriores «que no aceptan las condiciones impuestas de la familia biológica», y que «no se mantendrán en silencio ni detendrán las acciones en curso dirigidas a la situación de Maloma. Por ello, han establecido un plazo de 12 días, hasta el domingo 4 de junio, para que la joven regrese a España. Si no, avisan, «tendrán que adoptar otras medidas», aunque no especifican, por ahora, cuáles serían.


Discurso mediatizado

En cuanto a las conversaciones telefónicas con Maloma, con la que no hablaban desde hace 150 días, explican que la primera llamada fue «conciliadora y emotiva, totalmente distinta a la segunda, que fue tensa, imponiendo silencio, que paremos las acciones y que esperemos a que ellos consideren oportuna la decisión», asegura Ismael Arregui, que lamenta que «sigan sin entender que esto es una cuestión de Derechos Humanos, en la que solo le corresponde a Maloma decidir su futuro».

A juicio de los familiares y amigos presentes en la segunda conversación, la joven se expresaba con un discurso «mediatizado y coaccionado», pidiendo «dejar las cosas como están». Un tono muy distinto al de la primera llamada, donde Maloma se mostró esperanzada con una pronta «solución fluida».

Ismael Arregui, incluso, ha dado más detalles de la charla con su mujer. «No usó en ningún momento apelativos cariñosos con los que me llamaba, estaba muy distante y fría en su conversación conmigo, aunque puedo entender perfectamente que el entorno no era el más adecuado para que se pudiera expresar libremente y que tuviera que decirme cosas que no siente, la conozco y esas expresiones no son habituales en ella».

Aun así, en la conversación algunos familiares y amigos lograron una reacción de Maloma, especialmente al mencionarle a su perra «Lala» y el entorno que la rodeaba en Mairena de Aljarafe, donde reside, con expresiones como «anda que eres una campeona, con lo que estarás pasando...» y ella responder en un tono de complicidad: «No lo sabes tú bien...».

La familia española quedó muy decepcionada tras la rotunda negativa de los parientes biológicos ante la propuesta de un encuentro en los campamentos, con Maloma presente, para acordar una solución. A pesar de no haber logrado promesa de diálogo por parte de los parientes saharauis, tanto sus familiares adoptivos como Ismael Arregui han afirmado que van a seguir luchando para difundir el caso, conseguir apoyos políticos y lograr que Maloma regrese.

Noticias anteriores del mes de abril en relación a la joven secuestrada

La joven, de 22 años, fue llevaba a Rabuni, la capital administrativa del Sahara Occidental, después de que fueran detenidos sus dos hermanos biológicos que la mantenían retenida, con el compromiso de que compareciera ante las titulares de Justicia e Interior del Polisario y manifestara sin presiones si quería quedarse con su familia de origen o regresar con sus padres adoptivos a España.

Sin embargo, el viernes 22 de abril por la noche fue obligada a regresar con sus parientes biológicos, sin que llegara a celebrarse la comparecencia acordada, y fueron puestos en libertad sus dos hermanos. Según fuentes diplomáticas, se habría impuesto el criterio de los islamistas, para quienes la voluntad de una mujer, incluso mayor de edad, es irrelevante para decidir su propia suerte.

El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo, se reunió el sábado en Madrid con la representante del Frente Polisario, Jira Bulahi Bad, mientras que la Embajada española en Argel y el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez, están en contacto con los máximos responsables del Polisario. También se ha desplazado a Tinduf el cónsul general de España en Argelia, para asistir a la joven.

En declaraciones a los periodistas que le acompañan en su viaje a Astaná (Kazajistán), Margallo ha sido muy prudente, para no frustrar las conversaciones en curso, y solo ha dicho que estas son “fluidas y sinceras” y espera cumplir su objetivo de que “Maloma esté en casa cuanto antes”. El ministro recibió el viernes en Madrid a la familia adoptiva de Maloma y ha hablado en varias ocasiones con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.Maloma llegó a Mairena de Aljarafe (Sevilla) con siete años, dentro del programa de acogida a niños saharauis y, cuando cumplió 18 años, se inició el proceso de adopción. Tras muchos años sin regresar al Sahara, el pasado 5 de diciembre viajó a los campamentos para reunirse con su familia biológica, que le impidió regresar a España cuando se disponía a hacerlo, una semana después, y la mantiene retenida desde entonces.

El caso de Maloma y de otras dos jóvenes secuestradas en similares circunstancias, según ha denunciado la ONG Human Right Watch, puede socavar el apoyo que el Frente Polisario ha tenido tradicionalmente en sectores de la izquierda europea. El propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reclamó su liberación durante una reciente visita a los campamentos del Polisario en Tinduf al presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Abdelaziz, quien le prometió ocuparse personalmente del asunto. España es uno de los mayores donantes de ayuda humanitaria al pueblo saharaui, no solo con fondos del Estado central, sino también de numerosos ayuntamientos, comunidades autónomas y ONG.Espera "prudente"

La familia española de Maloma espera en su domicilio de Mairena del Aljarafe (Sevilla) noticias sobre la situación de la joven y aguardan con cautela para evitar cualquier circunstancia que interfiera en la resolución del conflicto.


Fuentes cercanas al caso han advertido que la situación es delicada y cualquier circunstancia o palabra puede retrasar la vuelta de la joven con la familia que la adoptó a los 18 años. Sus padres, José Morales y María del Carmen De Matos, así como su pareja, Ismael Arregui, se encuentran a la espera de la llamada del Ministerio de Exteriores para acudir a su encuentro.

Desde que desapareciera el pasado 12 de diciembre, durante el viaje que realizó para ver a su familia biológica, Maloma no ha podido ponerse en contacto con sus padres adoptivos ni con Arregui. Ni siquiera durante su traslado a Rabuni, su familia española ha conseguido oír su voz.

El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, se ha sumado a las llamadas a la "prudencia" y ha pedido confianza en el equipo de Margallo que negocia con las organizaciones saharauis la liberación definitiva de la joven.

La familia adoptiva de Maloma y su pareja, Ismael Arregui, han dado a conocer más detalles de las dos conversaciones telefónicas que mantuvieron el pasado lunes con la joven saharaui. Además, han hecho un balance de la situación: no cederán a las presiones de la familia biológica para dejar las cosas como están y establecen un plazo de 12 días para que Maloma vuelva a España.
José Morales e Ismael Arregui han explicado que, en una reunión mantenida este martes con el Secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez, se les informó de que el cónsul en Argel, Cristian Font, tras varios intentos infructuosos, por fin había obtenido el permiso del Frente Polisario para entrar en los campamentos saharauis, donde se espera que pueda visitar a Maloma, hablar con ella y atenderla.

Por su parte, tanto el padre adoptivo como el marido de la joven comunicaron a Exteriores «que no aceptan las condiciones impuestas de la familia biológica», y que «no se mantendrán en silencio ni detendrán las acciones en curso dirigidas a la situación de Maloma. Por ello, han establecido un plazo de 12 días, hasta el domingo 4 de junio, para que la joven regrese a España. Si no, avisan, «tendrán que adoptar otras medidas», aunque no especifican, por ahora, cuáles serían.

Discurso mediatizado

En cuanto a las conversaciones telefónicas con Maloma, con la que no hablaban desde hace 150 días, explican que la primera llamada fue «conciliadora y emotiva, totalmente distinta a la segunda, que fue tensa, imponiendo silencio, que paremos las acciones y que esperemos a que ellos consideren oportuna la decisión», asegura Ismael Arregui, que lamenta que «sigan sin entender que esto es una cuestión de Derechos Humanos, en la que solo le corresponde a Maloma decidir su futuro».

A juicio de los familiares y amigos presentes en la segunda conversación, la joven se expresaba con un discurso «mediatizado y coaccionado», pidiendo «dejar las cosas como están». Un tono muy distinto al de la primera llamada, donde Maloma se mostró esperanzada con una pronta «solución fluida».


Ismael Arregui, incluso, ha dado más detalles de la charla con su mujer. «No usó en ningún momento apelativos cariñosos con los que me llamaba, estaba muy distante y fría en su conversación conmigo, aunque puedo entender perfectamente que el entorno no era el más adecuado para que se pudiera expresar libremente y que tuviera que decirme cosas que no siente, la conozco y esas expresiones no son habituales en ella».

Aun así, en la conversación algunos familiares y amigos lograron una reacción de Maloma, especialmente al mencionarle a su perra «Lala» y el entorno que la rodeaba en Mairena de Aljarafe, donde reside, con expresiones como «anda que eres una campeona, con lo que estarás pasando...» y ella responder en un tono de complicidad: «No lo sabes tú bien...».

La familia española quedó muy decepcionada tras la rotunda negativa de los parientes biológicos ante la propuesta de un encuentro en los campamentos, con Maloma presente, para acordar una solución.

A pesar de no haber logrado promesa de diálogo por parte de los parientes saharauis, tanto sus familiares adoptivos como Ismael Arregui han afirmado que van a seguir luchando para difundir el caso, conseguir apoyos políticos y lograr que Maloma regrese.






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