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viernes, 1 de abril de 2016

DR. R. MENDEZ: EL URUGUAYO MAS INFLUYENTE DEL MUNDO EN EL TEMA ENERGIA, AL QUE LA MINISTRA COSSE INSOLITAMENTE EXPULSO DE SU CARGO Y AL QUE EL PRESIDENTE VAZQUEZ RESCATO PARA EL URUGUAY




La revista Fortune lo puso en la lista de personalidades más importantes del mundo, por su trabajo con energías renovables en Uruguay. Son 50 y está en el lugar 46. Su plan logró que por momentos el 100 % de la electricidad que se consume en el país provenga de este tipo de energías. Además, para 2017 se logrará bajar en un 88 % las emisiones de carbono. Director de Energía durante los gobiernos de Tabaré Váazquez y José Mujica, en la 2da. presidencia de Tabaré Vázquez la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, lo echó de su cargo, en una acción disparatada, que mereció gran repulsa. Felizmente el Presidente Vázquez reaccionó rápidamente y evitó que este científico de gran reputación internacional emigrara y lo reintegró en otra posición dentro del gobierno.

—¿Por qué cree que consiguió un lugar dentro de la exclusiva lista de líderes mundiales de la revista Fortune?
La verdad es que fue una sorpresa, ni siquiera sabía que existía esa lista. En el mundo hay ciertos temas que preocupan muchísimo. Uno de ellos es cómo se va a seguir desarrollando la humanidad. Las Naciones Unidas ya han planteado que el cambio climático es uno de los grandes desafíos del siglo. Y lo que más preocupa es cómo utilizar los recursos finitos y de qué manera desarrollarnos de una forma sustentable. El desafío es pasar de una economía carbonizada por su presencia de combustibles fósiles —y recordemos que el 85% de la energía que se consume en el mundo se hace a través de petróleo, carbón y gas natural—, a una en que la producción salga con muchas menos emisiones de gas efecto invernadero. Por este problema, que es mundial, en otros países están viendo con mucho respeto e incluso admiración el proceso que ha hecho Uruguay, que prácticamente hizo desaparecer en el sector energético el uso de combustibles fósiles y que ha roto con varios falsos paradigmas que existían en el planeta.
—¿Cuáles son esos paradigmas?
—Primero que se decía que no era posible combinar las fuentes renovables para satisfacer casi la totalidad de la electricidad de un país. Nosotros demostramos que se puede hacer una combinación de energías eólica, hidráulica, de biomasa y solar. Segundo que se decía que para esto se necesitaba un subsidio muy importante, que era mucho más caro abastecerse con energía renovable. Nosotros claramente demostramos lo contrario: Uruguay ha reducido un 40% sus costos de generación de electricidad a partir de las energías renovables. Tercero, que se creía que era muy difícil que alguien invirtiera en este cambio. Nosotros conseguimos casi 7.000 millones de dólares de financiación privada y de asociaciones público privadas para llevar a cabo la transformación.
—En el artículo de Fortune se dice que Uruguay pretende un recorte del 88% de las emisiones de carbono para 2017. ¿Se va a llegar a esta meta? 

—Esto surge de un documento que presentó el gobierno uruguayo a la convención de las Naciones Unidas de septiembre del año pasado. Allí se comparaban las emisiones promedio del período 2008 2012, con lo que se espera para 2017. En los últimos tiempos se han venido instalando más parques eólicos, así que no hay dudas de que vamos a llegar a esa meta.
—En Uruguay el 94,7% de la electricidad que se consume proviene de energías renovables. ¿Se puede seguir avanzando en este camino o ya se llegó al tope?
—Seguramente hoy estemos en un tope. Lo que se desarrolló en Uruguay, y no existía en ninguna parte del mundo, es la complementación entre las diferentes energías renovables. Pero lo que pasa es que estas no son controladas por el hombre. En este momento, por ejemplo, el 100% de la electricidad que se está utilizando en Uruguay proviene de energías renovables, y tenemos picos en que el 60% proviene solo de energía eólica. Hablo en general, de toda la energía, la de las casas pero también la de la industria y la de todo el alumbrado público, por ejemplo. Pero lo que pasa es que si nos llega a tocar un año muy seco, en el cual las represas no estén tan llenas de agua, o haya momentos de poco viento, vamos a tener que recurrir a las fuentes térmicas no renovables. Ahí es que está ese 5% para que se diga que toda la electricidad en Uruguay proviene de energías renovables.
—Hubo una reducción del 40% en los costos de la generación de energía. ¿Por qué esto no se ve reflejado en el precio de las tarifas de UTE?
Las tarifas en términos reales vienen disminuyendo desde 2010, es decir que sistemáticamente en los últimos años estas aumentaron por debajo de la inflación. Incluso en el año 2014 hubo una disminución neta del 5%, independientemente del momento de ajuste tarifario. Este año sucedió algo particular, porque las tarifas aumentaron prácticamente al mismo nivel que la inflación, medio punto más. Entonces, lo que hay es un mantenimiento. Lo que no está pasando es que se traduzca la fuerte reducción de los costos en una fuerte reducción de las tarifas. Y esto tiene que ver con que la política económica es una sola. Lo que ha privilegiado el gobierno, y en particular la conducción económica, es la transferencia de recursos hacia el accionista de las empresas públicas, que es el Estado, para poder utilizarlo en lo que es hoy por hoy la mayor preocupación a nivel internacional: mantener el déficit controlado.
—¿Cree que esto lleva a que la gente no visualice el cambio que hubo a nivel energético?
—Esto es lo que demuestra la diferencia tan grande de Uruguay con lo que sucede internacionalmente. En otros países los usuarios tienen una mirada más a largo plazo. Por ejemplo, en Alemania se subsidian las fuentes renovables y los consumidores pagan una energía eléctrica que es mucho más cara que la de Uruguay. Es una visión de cuidado ambiental y de generación de puestos de trabajo. En Uruguay con las energías renovables se crearon alrededor de 50.000 empleos, directos e indirectos. Se aumentó de forma significativa la soberanía energética. Dejamos de girar dólares al exterior para importar petróleo y disminuimos de manera importante el impacto ambiental. La reducción de costos, además, se traduce en el bienestar de la sociedad, porque ese dinero, esa ganancia en eficiencia, es una posibilidad de generar políticas públicas; de tener, por ejemplo, más escuelas y mejores hospitales.
—Entonces le parece justo que ese dinero se administre así…
—Lo único que digo es que Uruguay no ve de forma tan positiva esto, como se ve en otros lados. Nosotros no valorizamos esto, nos quedamos exclusivamente en si nos suben o nos bajan las tarifas.
—¿Le parece que estas políticas que se llevan a cabo a nivel energético tienen correlato con otras prácticas de cuidado ambiental, por ejemplo en lo que tiene que ver con las aguas de los ríos?
—Creo que sí. En particular, cuando se detectó lo que está ocurriendo con el río Santa Lucía hubo inmediatamente una respuesta por parte de los ministerios involucrados. Existe un control totalmente diferente sobre las 27 industrias que están allí. Se está generando una zona pulmón alrededor del río para evitar nuevos vertimientos por parte de la producción agrícola y ganadera. Es decir, se reaccionó ante las dificultades detectadas. Lo que sucede es que evidentemente hay algunas cuestiones en las que los resultados se ven rápidamente, y hay otras estrategias en las que se demora más para percibir los cambios. Lo que sí creo es que hay una clara vocación global para cumplir con lo que dijo el presidente Tabaré Vázquez en la asunción de su segundo gobierno: que en Uruguay el desarrollo será sustentable o no será desarrollo. Esto hoy está claramente expresado en todas las políticas públicas.
Líder que pasó desapercibido.
En 10 años Uruguay logró diversificar su matriz energética apuntando hacia las fuentes renovables. Lo hizo a tal nivel que se ha convertido en un referente planetario. Así lo marca el último ranking de la revista Fortune, que en su lista de 50 líderes mundiales incluyó solo a cinco latinoamericanos. Y entre ellos, en el lugar 46, a un uruguayo: Ramón Méndez, el hombre detrás de este cambio, que permitió bajar un 40% los costos de la generación de electricidad.
Méndez es actualmente el titular del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático. Es licenciado y doctor en Ciencias Físicas. Obtuvo sus títulos en las universidades de Grenoble (Francia) y de La Plata (Argentina). Fue director de Energía desde 2008 hasta la asunción del actual gobierno de Tabaré Vázquez, cuando fue relevado del cargo por la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse.
Fortune destaca que fue él quien "dirigió la transformación capitalizando el clima del país para construir granjas de viento e interviniendo en la energía hídrica y de biomasa".
La publicación también señala que mientras en 1970 el 50% de la electricidad del país se generaba a partir del petróleo, en la actualidad el 94,7% depende de fuentes renovables. Y además advierte que para 2017 Uruguay promete una caída del 88% de las emisiones de carbono.
Por debajo de Méndez, en la lista de Fortune, se encuentran, entre otros, Bright Simons, creador de mPedigree, una aplicación para detectar medicamentos falsificados; y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que tras asumir hizo varios anuncios sobre el cambio climático, entre otros disminuir las emisiones de metano.
El número uno de la lista lo ocupa Jeff Bezos, líder de Amazon, y el dos la presidenta alemana, Angela Merkel. También se encuentra en el lugar número cuatro el papa Francisco y en el veintiséis el presidente argentino, Mauricio Macri.
Perfil.
Nombre: Ramón Méndez - Edad: 55 - Cargo: Titular del Sistema de Respuesta al Cambio Climático

Fuente: El País

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