La
brutal guerra siria se ceba con los más débiles y no respeta ni heridos
ni enfermos. Dos hospitales fueron bombardeados este lunes causando un
número de víctimas aún por determinar.
El primero de los centros sanitarios afectados fue uno apoyado por Médicos Sin Fronteras (MSF), que fue destruido este lunes por bombardeos en la población de Maarat al Nuaman, en la provincia septentrional siria de Idleb, informó la propia organización.
MSF afirmó a través de su presidente en Francia, Mego Terzian que el ataque había dejado siete muertos confirmados entre pacientes y personal sanitario y que hay ocho trabajadores del hospital que continúan desaparecidos y de los que se desconoce si han sobrevivido. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos señaló por su parte que el ataque ha sido obra de la aviación militar rusa. Médicos Sin Fronteras señaló después que lo habrían llevado a cabo «fuerzas leales al presidente Al Assad».
Otro hospital afectado fue el de Azaz, en la frontera entre Siria y Turquía. En Azaz habrían muerto al menos diez personas, algunas de ellas habrían perecido dentro del mismo recinto hospitalario. El tercer centro afectado también se encontraba en Maarat al Nuaman.
No es la primera vez que un centro médico que recibe apoyo de MSF es atacado en Siria. El pasado 5 de febrero, tres personas murieron y otras seis, entre ellas una enfermera, resultaron heridas por un bombardeo contra el hospital de Tafas, en el sur de Siria y ayudado por la ONG. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu ha acusado directamente a Rusia de lo ocurrido. Davutoglu afirmó que habría sido un misil ruso el causante de una tragedia en la que, según el gobernante turco, habrían muerto también algunos niños.
El primero de los centros sanitarios afectados fue uno apoyado por Médicos Sin Fronteras (MSF), que fue destruido este lunes por bombardeos en la población de Maarat al Nuaman, en la provincia septentrional siria de Idleb, informó la propia organización.
MSF afirmó a través de su presidente en Francia, Mego Terzian que el ataque había dejado siete muertos confirmados entre pacientes y personal sanitario y que hay ocho trabajadores del hospital que continúan desaparecidos y de los que se desconoce si han sobrevivido. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos señaló por su parte que el ataque ha sido obra de la aviación militar rusa. Médicos Sin Fronteras señaló después que lo habrían llevado a cabo «fuerzas leales al presidente Al Assad».
Otro hospital afectado fue el de Azaz, en la frontera entre Siria y Turquía. En Azaz habrían muerto al menos diez personas, algunas de ellas habrían perecido dentro del mismo recinto hospitalario. El tercer centro afectado también se encontraba en Maarat al Nuaman.
No es la primera vez que un centro médico que recibe apoyo de MSF es atacado en Siria. El pasado 5 de febrero, tres personas murieron y otras seis, entre ellas una enfermera, resultaron heridas por un bombardeo contra el hospital de Tafas, en el sur de Siria y ayudado por la ONG. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu ha acusado directamente a Rusia de lo ocurrido. Davutoglu afirmó que habría sido un misil ruso el causante de una tragedia en la que, según el gobernante turco, habrían muerto también algunos niños.
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