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sábado, 9 de enero de 2016

URUGUAY: FUERZAS ARMADAS DE JUGUETE ?

La Policía busca a un informante que integra el Batallón Florida de Infantería N° 1 (Punta de Rieles) que facilitó los datos a los delincuentes sobre que los guardias asaltados esta semana carecían de armas con municiones letales. A las 22:50 horas del pasado miércoles 6 de enero de 2016, un intruso irrumpió en los fondos del Batallón Florida. Tras reducir a los 2 soldados —uno de ellos recibió un disparo en una pierna—, el delincuente escapó con dos fusiles de asalto Steyr AUG de última generación. Se trata de armas de gran potencia y poder de fuego de calibre 5.56. Hasta el momento no hay ninguna pista sobre el o los autores del asalto al cuartel de Punta de Rieles. En los últimos dos días, fueron interrogados oficiales y personal subalterno del Batallón Florida que estaban de guardia cuando el cuartel fue asaltado. Los investigadores suponen que el robo de los dos fusiles de guerra fue precedido del hurto de balas 5.56 milímetros. Es que esa munición no se encuentra en la plaza uruguaya para ese tipo de fusiles, explicaron fuentes del caso. Esa arma sí es usada por fuerzas argentinas. La Policía de Montevideo desplegó a varias unidades para investigar el robo de las armas. El incidente generó el alerta del Comando de la Jefatura de Montevideo, ya que se presume que los ideólogos del asalto al cuartel fueron narcotraficantes. Los investigadores creen que esas armas de grueso calibre serán utilizadas en el marco de la escalada de violencia que enfrentan a bandas de narcos rivales por territorio. Hasta el momento, no hay pista alguna del sujeto que protagonizó el asalto al cuartel ni de otros dos individuos que presuntamente le brindaron apoyo. Otra hipótesis manejada por jerarcas policiales es que las armas podrían ser utilizadas en un asalto a un comercio de importancia o que serán traficadas hacia Brasil, donde las mafias norteñas pagan muy bien por armas de gran potencia. Cerca de 10 personas ya fueron procesadas por traficar armas a Brasil en los últimos dos años por los jueces especializados en Crimen Organizado. Un jerarca policial dijo que le llamó la atención de que un suceso de esta naturaleza no hubiera ocurrido antes, ya que los soldados que montan guardia se encuentran en garitas muy alejadas del cuartel y sin munición letal. Señaló que, en las entradas de cuarteles, se aprecia, a menudo, a cinco o seis soldados hablando en forma despreocupada. "Si los delincuentes van de tarde a un cuartel se llevan cinco fusiles en lugar de dos", indicó el jerarca. Inteligencia militar. En forma paralela a la indagatoria policial, el Ministerio de Defensa ordenó una investigación administrativa sobre el "grave incidente", la cual podría derivar en un sumario con traslados para los oficiales que estaban al frente del batallón asaltado. Una orden interna determinó que las guardias del batallón se realizaran con armas sin municiones en la recámara ni en el cargador. La razón de esta medida se debió a que, en el pasado, hubo varios efectivos heridos por sus compañeros mientras manipulaban sus fusiles durante largas horas de guardia, indicaron a El País fuentes gubernamentales. Explicaron que ahora se cambiará ese protocolo y se establecerá que todas las guardias deberán hacerse con munición letal en el cargador y la recámara vacía. Al detectar el arribo de un intruso, el soldado deberá activar su arma que, en forma automática, alojará una bala en la recámara. Así quedará pronta para disparar. Desde el Ejército Nacional se dio otra versión. "No es habitual" que los soldados custodien unidades con sus armas descargadas, pero "de todos modos eso es parte de lo que se investiga", dijo a El País el vocero del Ejército, mayor Pablo Caubarrére. Además de la Justicia civil, la Justicia Militar está indagando aspectos del robo, lo mismo que los servicios de inteligencia del Ejército. Un exjefe de la fuerza de tierra, hoy en situación de retiro, explicó a El País que la orden que hay respecto a las vigilancias en las unidades es que el arma esté "aprovisionada" por cualquier eventualidad. Este término, usado en la jerga militar, significa que el fusil Steyr del soldado apostado de guardia debía estar con su cargador colocado y con balas, pero sin ninguna bala en la recámara de forma tal de evitar que en alguna circunstancia se dispare accidentalmente. La fuente agregó que en caso de ver una actitud sospechosa durante su guardia entonces sí debe hacer ingresar una bala en la recámara de su arma de reglamento. No es la primera vez que roban en Uruguay armas de una unidad militar. El diputado nacionalista Jaime Trobo denunció, en junio de 2015, el robo de 18.000 balas utilizadas en armas de aviones caza de la base Santa Bernardina de Durazno. Según la investigación oficial, las municiones robadas pesan entre 650 y 750 kilos, por lo que otra de las conclusiones es que las sacaron de la base aérea duraznense por la puerta principal abordo de un camión, disimuladas entre el resto del cargamento, y en varias tandas. Desde el gobierno se estimó que el destino de las armas eran grupos criminales de Brasil. En julio de 2012, el juez especializado en Crimen Organizado, Néstor Valetti, procesó con prisión a un soldado del Batallón de Infantería N° 13 por el robo de un fusil de asalto FAL. El soldado era adicto a la pasta base y la cambió por droga. En setiembre de 2007, el juez Ricardo Miguez proceso a cuatro militares y a cuatro civiles por el robo de armas de guerra de la Base Boiso Lanza de la Fuerza Aérea. Un preso, desde la cárcel, lideraba la gavilla Fuente: El País

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