Cada vez que se produce una muerte violenta, la pregunta que surge es la misma: ¿Quién fue el responsable? La Justicia Penal tardará al menos 3 meses en conocer las causas del accidente que precipitó apenas despegado al avión Beechcraft B90 King Air con matrícula argentina LV-CEO sobre la Laguna del Sauce y que terminó con la vida de 2 tripulantes y 8 pasajeros.
Expertos apuntan a que el combo fatal fue generado por la poca altura alcanzada por el avión, la cantidad de nafta que llevaba, lo que expandió la combustión, y fallas técnicas.
La jueza que está a cargo de la investigación, Adriana Morosini, informó a El Observador que ordenó la extracción de fluidos del piloto y el copiloto para descartar el uso de alcohol, estupefacientes y psicotrópicos. Además solicitó que se extraigan muestras de ADN y se realicen autopsias a las 10 víctimas, para determinar en cada caso la causa del fallecimiento.
El comandante de la aviación naval, Capitán de Navío Gonzalo Ciganda, explicó a Teledoce que el piloto y el copiloto, que estaban dentro de la cabina y quedaron bajo el agua, no murieron calcinados sino ahogados, pero los pasajeros tenían señales de quemaduras de la cintura para arriba y algunas zonas del cuerpo carbonizadas.
El avión impactó de frente contra el fondo de la laguna, en una zona de 1,5 metros de profundidad, a pocos metros de la costa norte, frente al aeropuerto, 30 segundos después de despegar, a la hora 20.37.
La jueza explicó que dispuso suspender las tareas de rescate de los cuerpos en la madrugada del viernes, “por el riesgo que generaba el combustible disperso en la laguna” . Los 10 cadáveres fueron recuperados en la mañana de ayer. Tres familias, que llegaron ayer a Maldonado desde Argentina, reconocieron los cuerpos de las víctimas.
De todas maneras, los cadáveres permanecerán en la morgue hasta que se culminen las pericias forenses, informó la magistrada, quien pidió al Instituto Técnico Forense y a Policía Científica la máxima celeridad posible para minimizar en lo posible el dolor de los familiares.
A estas pericias forenses se sumará en los próximos meses el informe de la Comisión Investigadora de Accidentes e Incidentes de Aviación (Ciaia) del Ministerio de Defensa, que determinará las causas del accidente.
El capitán de navío Ciganda aclaró que el avión tomó fuego porque al impactar sobre el fondo de la laguna se suelen romper los tanques de combustible, que son de goma. “La temperatura de trabajo de las turbinas ronda los 800º. Eso es lo que genera el incendio. Estuvo durante 45 minutos prendido fuego”, agregó.
Junto a los peritos de la Ciaia están investigando las causas del accidente expertos del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), dependiente de la Fuerza Aérea Argentina. El informe de la Ciaia tardará al menos tres meses, informaron fuentes que trabajan en la investigación a El Observador. Una de las dificultades que presenta el caso es que la aeronave no tenía caja negra, donde se registran los imperfectos generados. El informante aclaró que los organismos rioplatenses que rigen la aviación civil no requieren que este tipo de aviones las incluyan.
“Problemas de mantenimiento”
El avión tenía matrícula argentina, por lo que es el INAC el organismo que debe controlar que cumpla con las condiciones requeridas de vuelo, que son las mismas que las que exigen los órganos de contralor de la región. El avión tenía el certificado de aeronavegabilidad, informó una fuente de la Dinacia a El Observador. Un inspector de transporte aerocomercial del aeropuerto se encarga de pedir el certificado y la licencia de los pilotos. En caso de presentarlas, como sucedió, el vuelo pasa a estar habilitado.
“Nuestro personal vio que el avión decoló y se precipitó a tierra, evidenciando que hubo una emergencia y el piloto no tuvo tiempo de reportarla a la base”, aseguró Ciganda. “Yo creo que el avión no había llegado ni a 500 pies. O sea que tuvo muy pocos segundos para cumplir un procedimiento a tan baja altitud”, explicó.
El experto en aviación comercial argentino, Franco Rinaldi, dijo ayer a El Observador TV que consultó a varios pilotos que habían volado esa misma máquina y todos aseguraban que tenía “severos problemas de mantenimiento”.
La Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil de Argentina informó que había protagonizado en 2013 un serio accidente cuando aterrizó de emergencia con el tren retraído, sufriendo “daños de importancia”. Estos datos será incorporados a la investigación que realiza Ciaia.
En el accidente de Airclass, por el que murieron dos pilotos el 6 de junio de 2012 en el Río de la Plata, el fiscal Ariel Cancela pidió procesar con prisión a los dueños de la empresa aeronáutica como responsables de un delito de “peligro para el hecho aviatorio”, previsto en el artículo 200 del Código Aeronaútico, pero la jueza Beatriz Larrieu desestimó el pedido por falta de mérito.
Un experto en aviación comercial argentino, Franco Rinaldi, dijo al diario El Observador TV que consultó varios pilotos que habían volado ese avión (Beechcraft B90 King Air con matrícula LV-CEO) y todos aseguraban que tenía “severos problemas de mantenimiento”.
La Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil de Argentina informó que este mismo avión había protagonizado en 2013 un serio accidente cuando aterrizó de emergencia con el tren retraído, sufriendo “daños de importancia”, según la propia junta.
Según medios argentinos, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) habría retirado la licencia a la empresa Aviajet S.A el 25 de julio del año pasado, por la cual la empresa no podría realizar ningún viaje internacional”.
Para Rinaldi esta afirmación es una “animalada” que utiliza la ANAC para intentar “cubrirse”.
“No existe eso que dicen de los vuelos internacionales. Esta aeronave entonces podía viajar a La Rioja, Calafate que son más lejos que Punta del Este o Montevideo. Un avión no se cae por cruzar el Río de la Plata”, expresó, y agregó, que los” responsables de que ese avión haya despegado son los mismos que dicen que no tenía permitido hacer vuelos internacionales”.
Según el experto lo más probable es que haya tenido una falla técnica y tal vez un error humano pero que “seguro no estaba en condiciones de volar”.
“El avión no llegó a volar ni tres minutos (…) Los pilotos no sabían de la falla hasta después del despegue (…) y las condiciones meteorológicas eran inmejorables (…) Creo que fue una falla masiva repentina la que sufrió la tripulación”.
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