América Latina impulsa la revolución de energías renovables en el mundo
América Latina genera en la actualidad el 7 % de la electricidad del mundo y casi el 65 % proviene de fuentes renovables. Según un reporte reciente de WWF, en los últimos 7 años la capacidad para generar energía limpia en el continente creció en 270 %.
Contrarrestar los efectos del cambio climático y hacerle frente al calentamiento global es uno de los principales desafíos del mundo. Ante esa realidad, las energías renovables, conocidas también como energías verdes o limpias, son consideradas una de las mejores opciones para promover la reducción de gases de efecto invernadero (GEI).
Tabaré Arroyo Currás, asesor de la iniciativa Global de Energía y Cambio Climático de World Wildlife Fund (WWF), destaca a las energías renovables como una alternativa energética que no está basada en combustibles fósiles y tampoco genera emisiones.
“La gran importancia de las energías renovables trasciende el tema medioambiental, es una cuestión también de desarrollo sustentable, de equidad, de seguridad, de justicia social”, subraya el especialista.
Según el reporte de WWF “Líderes en Energía Limpia”, publicado en noviembre del 2014, una de las fuentes más ricas del mundo en energía renovable proviene de América Latina y el Caribe, que ha contribuido a mitigar el cambio climático y a reducir los riesgos en la salud. Además, señala que la región está desarrollando una revolución compleja en el sector de las energías renovables. ¿De qué manera?
Costa Rica, por ejemplo, es el país latinoamericano con mayor uso de energías limpias y entre el 2006 y 2013 atrajo más de US$ 1.700 millones para financiar proyectos de energías renovables.
En el mismo camino, Uruguay invirtió en el 2012 el mayor porcentaje de PBI de la región (55,7 %) en energía renovable y cubre el 80 % de sus necesidades con energía verde, convirtiéndose, así, en el líder latinoamericano. Brasil, por su parte, es el tercer país latinoamericano en generar con éxito electricidad no convencional como la eólica, la biomasa o a través de minihidroeléctricas.
Chile, México, Perú, Nicaragua y Colombia también son ejemplos de países que están apostando por la energía limpia y están enfocando sus esfuerzos en ser energéticamente sostenibles. El objetivo es dar a Latinoamérica beneficios sociales, económicos y medio ambientales y que permitirán aminorar los GEI. Por ejemplo, en Venezuela se creó “Misión árbol” para promover la siembra de plantas en todo su territorio y reducir sus GEI. En la actualidad hay 5 mil comités conservacionistas que garantizan un beneficio social, ambiental y económico para el país. Aquí puede leer más sobre proyectos latinoamericanos.
Un proceso lento pero exitoso
En Latinoamérica, como en todo el mundo, predomina aún el uso de las energías tradicionales: petróleo (47%) y el gas natural (27%), que constituyen las principales fuentes de la matriz energética. Sin embargo, durante la COP20 de diciembre pasado, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lanzó la “Coalición de 1 Gigatonelada” que impulsa el uso y reporte de energía renovable a través de proyectos de desarrollo. Con este programa se proyecta que, a través de la energía verde, se podría aminorar 1Gt (1 gigatonelada o mil millones de toneladas) anual de GEI al 2020.
Arroyo Currás sostiene que se espera que el futuro sea renovable, pero para eso no hay que seguir creando infraestructura acorde que sea compatible con la infraestructura existente. Ello, agrega, se puede lograr.
“Esperamos que, a más tardar al 2050, el reporte de las renovables sea mucho más alto que el de los fósiles y al 2050, la electricidad del mundo tendría que ser por lo menos el 80% de energía renovable y el 20% restante tendría que tener con captura de carbono, para estar acorde de limitar la temperatura a los 2 °C”, destaca.
En Latinoamérica existen en la actualidad 18 países que han incorporado las energías renovables dentro de sus planes y ya existen 110 mecanismos que se están aplicando para promover su uso, entre ellos los incentivos fiscales, tarifas preferenciales, mecanismos de comercialización, marcos regulatorios e impuestos al carbón, que constituyen el fortalecimiento de las energías verdes.
Cuadruplicar el consumo actual de energía renovable para el año 2035 podría evitar hasta el 23% de la reducción de las emisiones de CO2 necesaria para estar encaminados hacia el objetivo 2°C.
Más de 5,7 millones de personas en todo el mundo trabaja directa o indirectamente en la industria de la energía renovable.
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