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viernes, 7 de noviembre de 2014

L. HILL: EL PRIMER Y ULTIMO PARTIDO ANTES DE MORIR

El fin de semana Lauren Hill disputó unos minutos en el partido inaugural de la temporada de básquetbol universitario femenino, en Estados Unidos de América. Tiene un tumor cerebral y a sus 19 años le diagnosticaron 24 meses de vida. Nada impidió que luchara por cumplir su sueño: jugar al básquetbol.


Lauren Hill es una prometedora jugadora de baloncesto tal y como demostró en sus años de instituto. Y el año 2013, con 18 recién cumplidos, debía comenzar a moldear la carrera deportiva que le podía convertir en profesional de este deporte. Sería en la Universidad Mount St Joseph de Cincinnati, en cuyo equipo sería una de las 'rookies'. Junto a sus hermanos Nate y Erin, descubrió el basket siendo muy niña en el garaje de su casa del pequeño pueblo de Lawrenceburg (Ohio).


El 1º de octubre del 2013 cumplió 18 años y quería recordarlo a lo grande, por lo que decidió anotarse en la Universidad Mount Saint Joseph para jugar. Pero en su vida apareció un inoportuno dolor de cabeza que no se iba. Y el 18 de noviembre de 2013, tras varias pruebas y un definitivo TAC, le dieron el diagnóstico 

En los días siguientes, todavía en Lawrenceburg, algo no andaba bien. “No podía seguir al resto de las chicas. Se me escapaba la pelota y pensé que estaba fuera de forma”, recuerda Hill, quien en la cancha sufrió vértigo, mareos, chocó con una compañera y se le entumeció la lengua. Lauren se sometió a estudios y, 49 días después de su cumpleaños, una resonancia magnética reveló lo peor: un tumor cerebral. Más precisamente, un glioma pontino intrínseco difuso. Es un cáncer con raíces en la base del tronco cerebral y tentáculos que van creciendo a través de los nervios. Para ser más claro, un cáncer inoperable, con una tasa de supervivencia del 0%. Devastador.


Hill no se hundió y decidió aprovechar el poco tiempo que le quedaba, demostrando un tremendo espíritu de lucha. Los últimos tres meses los ha pasado junto a sus padres Brent y Lisa y sus hermanos Nate y Erin, viajando por Estados Unidos de América, viendo maravillas como el Gran Cañón, la frondosa Hawai y las cataratas del Niágara.


La última resonancia magnética a la que se ha sometido, sin embargo, ha determinado que el tumor ha crecido y que a Lauren le quedan pocas semanas más. Difícilmente llegará a diciembre. "No tengo miedo de irme. Pero me preocupa la gente que dejaré atrás.... Nunca me di por vencida. Nunca pensé ni por un segundo sentarme y no vivir más", explicó la joven a la emisora WKRC de Cincinnati.


Por eso no tuvo reparos en visitar al entrenador de la Universidad Mount St. Joseph para pedirle un pequeño favor. "Un partido. Quiero jugar un partido universitario", le dijo al técnico Dan Benjamin. La petición no era casual. 


"Es una persona especial", aseguró el entrenador de Mount St. Joseph. "Es una chica fuerte que está frente a la muerte y lo que hace es poner a todos los demás en primer lugar. No es egoísta en absoluto. Sólo poder cumplir ese último deseo sería increíble", añadió Benjamin.



Sólo había un problema. La Liga universitaria de baloncesto no empieza hasta dentro de unas semanas, con lo que se hacía realmente difícil que Lauren Hill pudiese jugar. La situación, sin embargo, se solucionó con la intervención de los responsables de la Nacional College Athletic Association (NCAA), que permitieron a la Universidad de Mount St. Joseph adelantar al 2 de noviembre -y jugando en casa- el partido que debía disputar en la pista del Hiram Collage quince días después. "Me encanta el rugido de la multitud, el rebote de la pelota, el chirrido de las zapatillas en el parqué y la gente que trabaja duro y lucha. Yo simplemente quiero sentir esa sensación con mi camiseta con el 22 puesta", asegura Lauren Hill.


La Liga universitaria adelantó su comienzo, cambió su calendario y propició que Lauren pudiera jugar su partido con Mount St. Joseph ante el HIram, eso sí en el Cintas Carter de Xavier daba la enorme demanda de entradas para asistir a un partido único.

Era el primer de Lauren Hill con su universidad, pero también el último. Estos partidos usualmente reúnen a 100 espectadores más o menos. En este 10.250 espectadores abarrotaron el pabellón para darle uno y mil ánimos a ella, a su familia, a su universidad... Y Hill no solo cumplió su sueño de estar en la pista, sino que inauguró el marcador del partido con el primer tiro en juego.

“Hoy es una batalla más. Veces gano, a veces voy perdiendo. Pero es una lucha permanente”, dice Lauren al inicio del documental, donde explica que su lucha es diaria. “A medida que progresa el tumor pierdo sensibilidad en un lado, mis articulaciones me duelen. Nada se puede hacer. Sólo pueden darme más esteroides”, dijo Hill.

Todo lo recaudado se destinó a la investigación contra el raro tipo de cáncer. Hill entró de titular, y aún con dificultades para moverse, anotó el primer doble del partido. El resto fue emocionante: compañeras y rivales la levantaron en andas. 

Tras su doble con la izquierda, el partido se paró para que Hill recibiera una ovación de más de dos minutos de todo el pabellón en pie. Luego fue sustituida y conducida directamente al puesto de comentaristas.

Lauren Hill, un ejemplo de fuerza y entereza que prevalecerá en el tiempo, había cumplido un sueño, aunque en realidad, verla a ella jugar y anotar, era el sueño de todos.

Sobre el final del partido ingresó nuevamente logrando anotar otro doble

Durante todo el partido, la atmósfera del pabellón no renunció a la celebración que allí estaba teniendo lugar. Aunque estuvo en pista unos pocos minutos, el partido pertenecía a 
Lauren Hill. 

En el descanso, la jugadora recibiño el premio Pat Summit al coraje. Otra ovación más del mucho público allí asistente.

Fue un día muy especial para una jugadora muy especial. A nadie le importó el ganador del partido (que fue Mount St. Joseph, 64-55 sobre Hiram), sólo importaba Lauren y los 25.000 dólares que se habían recaudado para ayudar en la lucha contra los tumores cerebrales como el de Lauren. La ganadora del partido había sido ella.

Hasta LeBron James, la mayor estrella de la NBA, le dedicó un mensaje: “Eres simplemente impresionante Lauren Hill! Gracias por inspirarme. Trataré de igualarte. Felicitaciones en tu juego”, escribió James en su cuenta de Instagram.

“Este día significaba mucho. Es, posiblemente, lo mejor que me ha pasado en mi vida. Ha sido mi primer partido universitario, no el último”, finaliza Lauren el minidocumental. 


Esta semana la cadena de restaurantes Weheaties incluyó a Lauren como imagen, como forma de concientizar sobre la enfermedad, pero también de homenajear a una figura que excedió al deporte.

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