Un indigente de 38 años de nombre James Boyd se encontraba acampando de manera ilegal en unas sierras de Albuquerque (Nuevo México) cuando unos policías se acercaron para intentar retirarlo del lugar. Tras lo que las autoridades afirmaron que fueron varias horas de negociación entre Boyd y los efectivos, el hombre dijo que estaba pronto para bajar del lugar en el que se encontraba. Pero funcionó el gatillo fácil y el hombre terminó muerto.
Sin embargo, como puede verse en las imágenes grabadas por una cámara ubicada en el casco de un policía, al darse vuelta mientras recogía sus cosas recibió, primero, un disparo de aturdimiento, y segundos después, varios disparos de bala que lo derribaron.
Al acercarse a la víctima, los oficiales confirmaron que estaba armado con un cuchillo en cada mano, según afirma el medio local Albuquerque Journal.
El hombre recibió tres disparos más de disparos con balas no letales y falleció al día siguiente en un hospital.
El jefe de Policía dijo que los disparos habían sido justificados porque la posesión de cuchillos por parte de Boyd significaba una amenaza para los oficiales, porque la víctima no soltó las armas tras el primer disparo y porque no siguió correctamente las órdenes que los oficiales le dieron durante horas.
Boyd tenía antecedentes y había estado preso en dos prisiones del condado.
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