La capacidad de filtrado de Obras Sanitarias del Estado (OSE) en el proceso de potabilización del agua es “insuficiente” para eliminar las sustancias disueltas con potencial tóxico. Así lo afirmó al diario El Observador el ingeniero agrónomo Daniel Panario, director del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias de la Udelar, respecto a las microcistinas y restos de plaguicidas que pueden llegar hasta la canilla y, vaso a vaso, acumularse en el organismo humano. Por tal motivo, recomienda instalar filtros en la cocina.
Siempre se había dicho que la calidad del agua en Uruguay es muy buena. Sin embargo, se ha hecho público que no es confiable. ¿Cuáles son las amenazas actuales?
Yo vengo diciendo que no siempre es necesariamente confiable desde hace 15 años. Ahora tuvo mal olor y mal gusto, sino ni nos enterábamos. Lo que ocurre es que OSE no tiene filtros adecuados para potabilizar agua que contenga microcistina. Esta vez tuvimos suerte; no era un genotipo que produjera toxinas. El decano de Agronomía (Fernando García) dijo que la soja en la cuenca del Santa Lucía es insignificante. Eso no es cierto hoy. Parte del problema son los fertilizantes. Se ha extendido la agricultura intensiva a la cuenca del Santa Lucía. Los tambos también son parte del problema. Son el nitrógeno y el fósforo, fundamentalmente, los que producen las floraciones de algas.
¿Cómo se mitiga el problema?
Teniendo los filtros adecuados. Hoy el filtrado es insuficiente para las sustancias que están disueltas en el agua. Lo que se detiene son las partículas y microorganismos. La ventaja de un filtro de carbón activado es que absorbe (fija sobre su superficie) microcistinas y plaguicidas. Ahora OSE dijo que va a hacer todo lo que tendría que haber hecho siempre. Pero hay que hacer más. Es carísimo filtrar el agua para 1,5 millones de personas. OSE no dispone de una sola fuente por lo que se podría sacar agua de otro lugar por un tiempo. Es importante tener un sistema de alerta que pueda prever las condiciones.
Por ejemplo, saber con anticipación si en algún afluente se está gestando un problema según los parámetros de temperatura del agua, concentración de nutrientes, velocidad de la corriente y concentración de clorofila. A lo mejor lo que hay que hacer con la cuenca del Santa Lucía es decretar una zona de exclusión de cierta forma de agricultura, controlar el agua que sale de los tambos y que OSE haga tratamiento de efluentes en las localidades urbanas con saneamiento.
Usted dijo que esta vez tuvimos suerte. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias severas?
A este directorio le cayó una cosa sin comerla ni beberla. Es el primero que realmente sale a responder como corresponde. Todos los demás salían a negar todo. Éste es el primero que acepta que hay cosas que hacer. Me acuerdo que (Fernando) Nopitch (exvicepresidente de OSE) y el presidente anterior (Juan Justo) Amaro me insultaron por radio. Decían que OSE sabía como resolver el tema de la microcistina. Pero lo que hacían era mezclar el agua contaminada con otra agua para bajarle la concentración, o metían el chupón a más profundidad, intentando evitar las algas.
¿Con eso alteraban resultados?
Con eso paliaban un poco la situación. ¿Se acuerda de la pelea que hubo entre La Española y la OSE por las diálisis? Ahí hubo muertos. O el caso actual de las ovejas en Rincón del Bonete. Las ovejas se murieron casi seguramente por tomar agua con microcistina y eso que se trata de animales que toman muy poca agua. Ahí se ve el impacto. Se debería, además, hacer bioensayos con peces u otros organismos aún más sensibles. Cuando los peces empiezan a tener malformaciones, es muy probable que nosotros también estemos siendo afectados.
Hace un tiempo usted informó sobre una posible vinculación entre el índice elevado de cáncer de la población de Rincón del Bonete y el agua. ¿Se investigó esa asociación?
No se confirmó la sospecha. De todas maneras diría que la prevalencia de cáncer en Uruguay es extremadamente alta y que es más alta en el sur del país. La vinculación con el agua es difícil de demostrar. Requiere estudios muy largos y que todos los casos sean registrados y hay que saber cuál es la fuente de agua. Hay que desligarlo de otras causas. Por ejemplo, los transgénicos en el maíz eran fantásticos hasta que un investigador francés demostró que producían cáncer en ratas. Por supuesto le dijeron que utilizó una variedad de ratas muy sensible, pero estos son animales que se usan habitualmente para probar los medicamentos que son suministrados al hombre.
El presidente de OSE y el subsecretario del MSP dijeron que no es necesario instalar filtros en los hogares. ¿Usted lo recomienda?
Por supuesto. Vea de qué color queda un filtro de papel. Queda negro. Es parte del carbón que se ha usado que corre por las cañerías. Es conveniente filtrarlo. Aunque sean concentraciones mínimas. Por otro lado, las microcistinas no se resuelven con hervir el agua. No se desintegran. Ni los plaguicidas. Ni el plomo. Yo siempre digo: los plaguicidas siempre cotizan a la baja. Los niveles aceptables bajan; el estándar de plomo es más bajo hoy que hace poco tiempo. El organismo humano no puede defenderse de cosas que aparecieron hace 100 años. Nuestra evolución no nos permitió evolucionar contra los plaguicidas. Y son concentraciones que se acumulan. El presidente de OSE dijo que los filtros requieren mantenimiento y que el uruguayo no mantiene. Pero mantenimiento requiere el auto, la moto, hasta el reel de pesca. Decir eso es menospreciar a la gente.
¿Hay poblaciones más vulnerables a la bioacumulación de las sustancias disueltas en el agua potable?
Los bebés son los más vulnerables. Cuanto antes empezamos a acumular, más vamos a tener. Son organismos más sensibles. Los ancianos y la gente mal alimentada también. A ellos habría que regalarles los filtros.
¿Qué uso le da usted al agua que brinda OSE?
Solo para bañarme. Yo tomo agua de pozo. Mi madre tiene 96 años y sigue tomando de ese pozo. Las concentraciones de algunas sustancias organocloradas en el agua de OSE son mínimas pero yo no quiero nada. Son indetectables por los instrumentos usados para detectar plaguicidas, pero existen. Y, por lo general, no se analizan porque Uruguay no está en condiciones de hacerlo.
Fuente: El Observador
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