Al igual que la sangre, las células pluripotentes inducidas (IPS), que poseen la capacidad de convertirse en cualquier tipo de célula, pueden ser compartidas por distintas personas, siempre que el donante y el receptor sean lo suficientemente compatibles como para evitar el rechazo.
Ahora, el Centro de Investigación y Aplicación de iPS (CiRA) de la Universidad de Kioto creará líneas celulares de IPS derivadas de la sangre de donantes sanos, con el objetivo inicial de obtener fondos que sean compatibles con un 20 % de la población japonesa.
La meta es tener el biobanco disponible a finales de 2014 para permitir la distribución de muestras a centros como la propia Universidad de Kioto, o las de Osaka y Keio, donde ya están en marcha investigaciones para el uso clínico del iPS en medicina regenerativa.
La idea es extender el programa para incrementar la compatibilidad celular con el 30 a 50 % de la población nipona en los próximos 5 años, y con el 80 a 90 % en los próximos 10.
Las líneas celulares obtenidas serán evaluadas para asegurar que no corren el riesgo de tornarse cancerosas y a continuación serán congeladas para su almacenamiento.
No obstante, aún no existen métodos establecidos para evaluar la seguridad de las células iPS, por lo que el propio CiRA trabajará también para establecer la mecánica de dichos procedimientos.
La idea inicial es realizar 3 pruebas a las líneas iPS antes de su almacenamiento y realizar una prueba de seguridad adicional antes de sean utilizadas en aplicaciones clínicas.
Por ello, para alcanzar el objetivo de almacenar bancos seguros con un 90 % de compatibilidad con la población nipona se tendrán que testar muestras de sangre de millones de personas en el país, aunque el CiRA considera posible hacerlo con la asistencia de Cruz Roja y mediante el uso de sangre de cordones umbilicales.
El CiRA, fundado en 2010, está dirigido por el doctor Shinya Yamanaka, premio Nobel de medicina en 2012 y padre de las células iPS, que se obtienen al reprogramar células ya maduras.
El descubrimiento supuso una verdadera revolución, al dejar obsoleto el uso de su equivalente natural, las células madre embrionarias, cuya obtención plantea problemas éticos y conlleva grandes dificultades.
En el futuro, las iPS podrían permitir la regeneración de órganos enteros, al tiempo que su uso en estudios clínicos promete revolucionar la creación de nuevos fármacos.
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