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martes, 5 de noviembre de 2013

ARGENTINA: QUE HAN DEJADO LAS ELECCIONES DE MEDIO TERMINO DE 2013

Las elecciones de medio término en Argentina confirmaron las tendencias marcadas en las primarias de agosto. Un nuevo liderazgo parece amenazar al kirchnerismo desde dentro del peronismo. Salvo la excepción de la izquierda representada en el trotskismo, que llevará cuatro diputados al Congreso por primera vez, el resto de las opciones son conocidas y tuercen el rumbo hacia una derecha confusa y vaga. Por cuarta vez la oposición política y una amplia franja de medios anuncian el fin del ciclo kirchnerista, en esta oportunidad a raíz del triunfo rotundo obtenido por el peronista disidente Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires.


Como en todas las elecciones anteriores, la suma dispersa de los votos de los partidos opositores genera expectativas en candidatos que se calzan el traje presidencial antes de tiempo y se relamen imaginando festejos en 2015. Debieran tener memoria para recordar la derrota de Néstor Kirchner en las últimas parlamentarias de 2009, cuando fue batido por el empresario Francisco de Narváez, hoy ubicado en el cuarto lugar con apenas el 5 por ciento de votos bonaerenses y convertido en una figura política desinflada.

Lo cierto es que el recuento final de votos deja al oficialismo K con 132 diputados nacionales sobre un total de 257 que integran la Cámara baja, con lo cual contará con mayoría propia en los 2 últimos años de mandato de Cristina Fernández.

La nueva Cámara incorporará a 19 legisladores del Frente Renovador, liderado por el intendente de Tigre, Sergio Massa y tendrá a 18 del Pro, de Mauricio Macri, 54 del acuerdo nacional entre radicales y socialistas, a los que probablemente se sumen los 7 diputados nacidos de la alianza Unen entre los radicales de la ciudad de Buenos Aires, la Coalición Cívica, de Elisa Carrió y Proyecto Sur, de Fernando Pino Solanas.

El cuadro lo completan 21 legisladores de partidos provinciales cuyo voto siempre es fluctuante según la situación, 3 de Francisco de Narváez y 4 trotskistas del Frente de Izquierda y los Trabajadores (Fit), que lleva 4 años de vida y creciente adhesión en las urnas.

Así las cosas, cuando el 10 de diciembre asuman los nuevos legisladores seguramente habrá novedades en la distribución de presidentes y secretarios en las diferentes comisiones parlamentarias. Pero es costumbre que las instancias más estratégicas queden en manos oficialistas, de modo que Presupuesto y Hacienda, Asuntos Constitucionales, Relaciones Exteriores, Derechos Humanos, Legislación Penal y Trabajo seguirán en manos K, evitando sorpresas en la continuidad de políticas estatales nacionales.

En el Senado la situación es parecida, teniendo en cuenta que el oficialismo nunca contó con mayoría propia sino negociada con aliados más o menos permanentes. Ahora habrá 33 senadores K y 4 aliados históricos extrapartidarios que sumarán para garantizar 37 votos propios sobre un total de 72 senadores. Quórum estricto logrado en estos años por la mano maestra del maquiavélico Miguel Ángel Pichetto, un ex menemista furioso devenido en operador K apenas Néstor Kirchner accediera a la presidencia en 2003.

Detrás de Massa, nacido al calor del sindicalista menemista Luis Barrionuevo a fines de los años ochenta e incluido en el elenco del gobierno de transición de Eduardo Duhalde en 2002, emerge toda la liga de intendentes disconformes del peronismo no kirchnerista, es decir el viejo duhaldismo y su potente aparato territorial en la provincia de Buenos Aires.

Ideológicamente, Massa abreva en las aguas liberales de las que sabe nutrirse Mauricio Macri, con quien ya mantiene un incipiente duelo para posicionarse hacia 2015.

El jefe de gobierno de la capital logró colocar 2 senadores nacionales, desbancando al oficialista Daniel Filmus y alcanzó la interesante cifra de 18 diputados nacionales, todo un logro para una derecha que busca institucionalizarse.

Con todo, Massa está más cerca del folclore peronista y está rodeado de caciques, algo que a Macri siempre le costó.

Daniel Scioli, gobernador de Buenos Aires y derrotado en su tierra, insiste en que el rumbo no será torcido y buscará la forma de seguir siendo la cara del recambio K ahora que ya fue sepultada definitivamente la fantasía de la re-reelección para Cristina Fernández.

La desplazada Unión Cívica Radical sigue siendo, pese a todo, la única fuerza alternativa con estructura electoral en todos los distritos, lo que la convierte en una potencial aliada de los socialistas para conformar una alternativa no peronista de cara a la próxima elección.

La sorpresiva e impactante elección del Fit no lo transforma sin embargo en un potencial polo aglutinador para el resto de la izquierda alicaída, teniendo en cuenta las negociaciones fracasadas ya en agosto para encolumnar a otros fragmentos del universo marxista detrás del Partido Obrero. Sólo queda ver hasta dónde llega el techo de esta experiencia electoral.

Todos esperan la vuelta a funciones oficiales de Cristina Fernández, tras su operación de comienzos de octubre. Nadie se atreve a postular cambios o correcciones en la política económica hasta que la mandataria acuda a su despacho de la Casa Rosada.

Ella, desde la residencia presidencial, insiste en imaginar candidatos alternativos a Scioli y juega con los nombres de Jorge Capitanich, gobernador de Chaco, Sergio Uribarri, de Entre Ríos y hasta de su propia cuñada, Alicia Kirchner, de interesante desempeño al frente del Ministerio de Desarrollo Social. Por ahora sabe que sus espaldas hasta diciembre de 2015 están bien custodiadas como para tener una salida digna tras 12 años de gobierno K.

La Corte declaró constitucional la ley de medios

Cuatro años después de sancionada, la ley de servicios audiovisuales rige plenamente en todo el país y para todos desde la tarde del martes 29, cuando la Corte Suprema de Justicia la declaró constitucional en todos sus artículos. La votación fue ajustada: cuatro contra tres.

De esta forma termina el reclamo del grupo Clarín contra 4 artículos de la norma que obligan al conglomerado empresario a desinvertir y vender más de 50 empresas de comunicación en todo el país.

En el fondo, para el grupo Clarín está en discusión el derecho de propiedad.
Por eso emitió un comunicado en el que advierte que acatará la decisión de la Corte y actuará en consecuencia, pero también agrega la intención de acudir a los foros judiciales internacionales si considera alguno de sus derechos conculcados.

La Corte Suprema adujo entre los considerandos de la medida que no está demostrado que el nuevo “régimen de acreditación de licencias ponga en riesgo su sustentabilidad económica”, refiriéndose a Clarín. Y confirmó los fundamentos del gobierno al sostener que la ley garantiza la pluralidad de voces en un Estado democrático. Los 4 votos a favor estuvieron a cargo del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, Raúl Zaffaroni, Elena Houghton y Enrique Parachí.

A partir de ahora la duda se plantea en torno a cómo se producirá la “desinversión” obligada de Clarín, teniendo en cuenta que varios de sus medios concesionados por el Estado tienen licencias vigentes hasta 2014, 2017 y 2024. El debate es en torno a qué fecha tomar para calcular los plazos de desinversión.

Dos de los tres votos en contra de la norma fueron por este tema: los jueces Argibay y Maqueda avalaron el recorte de licencias pero consideraron que aquellas aún vigentes deben esperar su caducidad para ser retiradas.

Las repercusiones por el fallo de la Corte fueron contrastantes. La militancia oficialista festejó frente a los Tribunales y el Congreso por la decisión judicial. Desde el Congreso, los diputados opositores, como Elisa Carrió, criticaron con dureza a la Corte y hasta se permitieron acusar al titular del organismo de haber pactado con el gobierno “por la caja” (aumento en el presupuesto para el Poder Judicial).

Ahora, con la ley completa, habrá que ver si efectivamente crecen la diversidad y los puestos de trabajo en nuevos emprendimientos, algo que hasta ahora no ocurrió. Los artículos cuestionados no incidieron en la capacidad de generar nuevas alternativas de comunicación, ni en radios, canales de televisión o productoras de contenido. Una deuda que ya no tiene excusa para subsistir desde la tarde del martes.

Con Liliana de Riz

“Massa se quedó con el armado que le encargó Kirchner”

Socióloga y docente de la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Conicet, De Riz se especializa en sistemas políticos y federalismo. En diálogo con Brecha, considera las elecciones del domingo como una proyección para las presidenciales de 2015, “cuando el gran elector será nuevamente el peronismo que ya empezó con su lucha por la sucesión de Cristina”.

¿Puede ser Massa el referente opositor para 2015?

Massa tiene un discurso de intendente que soluciona los problemas del asfalto y pone cámaras de seguridad para los vecinos, pero con eso no se construye un candidato nacional. Es cierto sin embargo que la oferta general de candidatos apunta en dirección de la llamada “gestión”, sin grandes utopías ni epopeyas. En ese mismo sentido va Mauricio Macri. Hay que tener en cuenta que para 2015 el 40 por ciento del padrón electoral presidencial será joven y sus expectativas también son la solución de cuestiones muy puntuales y desideologizadas.

¿Qué hay del resto de los triunfadores en la elección del domingo, como Elisa Carrió y el socialista Hermes Binner en Santa Fe?

Carrió supo tejer una coalición para sostenerse en el tiempo, y es un buen recurso como armado político. Binner es simpático, pero no deja de representar a un político de otra generación que pretende exportar al resto del país el modelo de gestión de Santa Fe. Eso no alcanza. Los tiempos parecen ser de generaciones jóvenes.

¿Massa y Macri, es decir, la derecha desideologizada?

Sí, en cierto sentido. Macri también busca exportar su modelo porteño, y eso no alcanza. Por otro lado, Massa se presenta como el republicano simpático y medido en busca de no desagradar. Pero no hay que olvidar que durante su paso por la jefatura del gabinete (2008), Néstor Kirchner le encargó el armado de una liga de intendentes para generar poder territorial, como lo había hecho el ex gobernador Eduardo Duhalde, y ahora Massa se quedó con ese armado.

Confuso panorama para las presidenciales de 2015…

Es que la presidenta no será candidata y va a mantener un alto poder destructivo. Massa, Macri, Scioli, probablemente Julio Cobos, Carrió y Binner tendrán que acudir a coaliciones que parecen ser el modelo de la época para construir una candidatura con posibilidades. Por ahora el poder real lo tiene la liga de gobernadores peronistas, que mantiene el poder territorial sobre los votos. De acuerdo a cómo se inclinen los acuerdos entre ellos saldrá un candidato presidencial.

Con Alejandro Horowicz
Decadencia

Sociólogo y economista, Horowicz ve en las parlamentarias un nuevo escalón en la decadencia de los partidos y de la construcción política como herramienta de transformación social.
—Fue una elección donde compitieron los intendentes entre sí: Massa, de Tigre; Insaurralde, de Lomas de Zamora; Macri, alcalde de la capital; Hermes Binner, ex intendente de Rosario, y Julio Cobos, ex intendente de Mendoza. Los intendentes gestionan, no producen políticas de Estado nacional. Y estos muchachos se presentan como presidenciables solamente por lo que demostraron como intendentes.

¿Cómo queda el mapa para 2015?

Claramente Massa es el heredero del llamado peronismo federal, y su proyección, sólo por eso, admite pensar en 2015. Pero no es imaginable una alianza con Macri, porque ambos encarnan un mismo proyecto que se desvanece cuando uno de los dos renuncie a él. Quiero decir, uno de los dos deberá ser segundo y para eso necesita tener apoyos. Los perderá porque no hay estructura militante que lo sostenga si decide bajarse, y ya no será útil al otro. Daniel Scioli, en cambio, si decide enfrentar a Massa en una interna, lo va a barrer.

Tiene la gestión de la provincia más grande del país y la imagen positiva –quizá por anodina– más alta entre peronistas y no peronistas. De esos nombres saldrá el futuro presidenciable en 2015.

Massa, Macri y Scioli lograron el voto de una buena parte de la sociedad argentina que descree que la política sea conflicto. Para ese sector social y estos dirigentes, la política debe eludir el conflicto y los problemas, no resolverlos. Eso lleva a la desideologización y por ende a la volatilidad y destrucción de los partidos.

¿Cuántos partidos y coaliciones construyó, desarmó y mutó Elisa Carrió? Una encuesta señalaba hace poco que la mitad de los argentinos considera a la política como algo aburrido y sin sentido, reservado sólo a los profesionales. Con ese panorama la militancia no tiene cabida ni poder de transformación frente a aparatos dispuestos a imponer candidatos. Ese es el panorama que dejan estos años de cara a 2015.

Fuente:Brecha

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