El primer ministro japonés, Shinzo Abe, podría considerar una rebaja de los impuestos a las empresas para asegurarse de que puede conseguir el apoyo para un alza prevista del impuesto sobre las ventas, en momentos en que busca demostrar que tiene una estrategia tanto para fomentar la recuperación económica como para contener la enorme deuda pública del país.
Bajar los impuestos corporativos podría estimular la débil inversión empresarial y reforzar su campaña para revivir a la tercera mayor economía del mundo, pero también socavaría la meta de recaudación por un alza prevista del impuesto sobre las ventas en los próximos dos años.
Pero la reducción podría ser clave para que Abe avance con el alza del impuesto sobre las ventas, vista como una prueba de fuego de su compromiso para contener la deuda pública, que en torno a 1,000 billones de yenes (10,4 billones de dólares) más que duplica el tamaño de la economía.
El periódico Nikkei, citando fuentes gubernamentales, reportó que Abe podría considerar una rebaja en la tasa del impuesto corporativo entre 25 a 30 % desde los niveles actuales en torno a 38%. Una fuente confirmó a Reuters que Abe estaba estudiando un recorte en la tasa de impuestos.
'Esto es como tratar de matar dos pájaros de un tiro', dijo Hiroaki Muto, economista senior de Sumitomo Mitsui Asset Management.
'El Gobierno sabe que tiene que mejorar su estrategia de crecimiento y que necesita hacer frente a las preocupaciones sobre una desaceleración de la economía', agregó.
La posibilidad de recortes a los impuestos corporativos ha resurgido en momentos en que Abe se acerca a una decisión sobre si se debe proceder con un acuerdo multipartidista para elevar el impuesto sobre las ventas del 5 % al 8 % el próximo año y luego a un 10 % en el 2015.
El Gobierno cree que la duplicación del impuesto sobre las ventas podría aumentar los ingresos en alrededor de 13.5 billones de yenes al año.
Bajo el acuerdo alcanzado el año pasado, el Gobierno debe certificar que la economía sea lo suficientemente fuerte como para soportar el dolor del ajuste fiscal antes de elevar la tasa de impuestos. Se espera una decisión para principios de octubre.
La economía creció menos que lo esperado en el segundo trimestre y el gasto en capital cayó inesperadamente por sexto trimestre consecutivo. Además, las empresas esperan que sus pedidos de maquinaria, el principal indicador de gasto en capital, bajen en el trimestre actual.
La esperada estrategia de crecimiento de Abe dejó a muchos inversores decepcionados cuando fue anunciada en junio, y desde entonces el líder se ha comprometido a presentar medidas adicionales para activar el crecimiento.
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