Hassan Rouhani, asumió el cargo que en Irán se denomina como de presidente, pero que en los hechos es una especie de administrador, este domingo, reemplazando a Mahmud Ahmadineyad. Rouhani, de 65 años, un clérigo, ganó las elecciones de junio con apoyo de los reformistas. Su campaña giró alrededor de una plataforma de 'esperanza y prudencia' en que apeló tanto a los votantes conservadores como a los que buscaban reformas. Como en la realidad el poder no está en su manos, es poco lo que podrá hacer (si es que desea hacerlo) por ejemplo por los derechos humanos. Prometió mejorar la economía y disminuir el desempleo. Y como ex negociador nuclear, dijo que reducirá la alta tensión entre Irán y el mundo abordando las sanciones relacionadas con el programa nuclear iraní. En líneas generales todo seguirá como hasta el momento.
Rohani, ex comandante de las fuerzas de defensas aéreas de Irán, lideró tres consejos de guerra y defensa. Fue asesor de seguridad nacional para el presidente 13 años antes de que Ahmadineyad llegara al poder.
Tiene 3 grados académicos de jurisprudencia, incluyendo un doctorado de una universidad en Escocia. Como presidente de un centro de investigación estratégica de Irán, suele publicar ensayos.
El ayatolá Alí Hoseini Jamenei es el líder supremo de Irán.
Rouhani será un “presidente mucho más poderoso de lo que Ahmadineyad jamás soñó, o incluso más que todos antes de él”, dice Hamid Dabashi, profesor de estudios iraníes y literatura comparada de la Universidad de Columbia.
“Esto es porque sus credenciales revolucionarias son absolutamente impecables. Es muy cercano a Jamenei y al establecimiento militar y de seguridad”, le dijo Dabashi a CNN.
No obstante, no tendrá el poder de llegar a un acuerdo con Occidente por su cuenta, dice Dabashi. “Irán es un régimen muy complicado constituido por establecimientos militares, clericales, de inteligencia y de seguridad”.
Nazila Fathi, quien fue corresponsal del New York Times en Teherán por 10 años, dice que Rouhani “no es un reformista, incluso partiendo de los estándares de Irán. Respaldó la violenta represalia del gobierno contra el movimiento democrático estudiantil en 1999 y nunca se ha alineado formalmente en el campo reformista”.
Además, no está claro si los aliados de línea dura de Jamenei “le permitirán a Rouhani hacer cambios reales”, escribió Fathi, ahora miembro del Centro Belfer de Harvard, en una columna para CNN.com.
“El presidente establece el tono para la política nacional y extranjera y puede hacer campo para voces más moderadas en la política. Pero tiene poco poder comparado con la autoridad que la constitución le da a Jamenei. Si Jamenei está dispuesto a terminar con la presión internacional por el programa nuclear de Irán, Rouhani representa una oportunidad perfecta”.
En la ceremonia oficial de investidura intervinieron antes de su primer discurso como presidente, los jefes del Parlamento y Poder Judicial, los hermanos Ali y Sadeq Amoli Lariyani.
La Agencia Laboral de Noticias Iraní (ILNA) difundió la lista del gabinete planteado por Rohaní, que tendrá que confirmar el Parlamento, que ya ha anunciado que no ratificará a ministros de reconocida trayectoria reformista.
En su discurso de investidura, Rohaní repitió las ideas que ha mantenido desde que presentó su candidatura a la Presidencia y, respecto a las relaciones exteriores, recalcó que Irán mantendrá "una interacción constructiva y en pie de igualdad" con el resto del mundo.
En relación con las sanciones internacionales impuestas a Irán por su programa nuclear, en especial por EE.UU. y la UE, Rohaní insistió en que "no se puede vencer a los iraníes imponiéndoles sanciones o amenazándoles con la guerra", en referencia a las advertencias de usar la fuerza de Washington y Tel Aviv.
"Tiene que haber un diálogo desde una posición de igualdad" sobre el programa nuclear, que algunos gobiernos, con el de Washington a la cabeza, creen que puede tener una vertiente militar, mientras Teherán asegura que es exclusivamente civil y pacífico.
"Nos moveremos conforme a la actuación de la otra parte", dijo Rohaní sobre la negociación nuclear, respecto a la que dijo: "Si quieren una respuesta adecuada, no nos hablen con el lenguaje de las sanciones, sino con un lenguaje de respeto", lo que desencadenó los aplausos del Parlamento.
Sobre la política regional, en la que Teherán es el principal aliado del régimen sirio del presidente Bashar al Asad, en contra de las postura de Occidente y la mayor parte de los países árabes, Rohaní aseveró que "la República islámica de Irán busca paz y estabilidad en la zona".
"Irán es el ancla de la estabilidad en la región", agregó el nuevo gobernante iraní, quien afirmó que "no pretendemos cambiar los limites (de los países) o los gobiernos, pues el régimen político de cada país depende del deseo de su propio pueblo".
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