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martes, 16 de abril de 2013

URUGUAY: VOLUMEN Y CIRCULACION DE TARJETAS DE CREDITO Y DEBITO


Cómo usan los uruguayos esas tarjetas ? A qué ritmo está creciendo el volumen de operaciones ? ¿Hay comportamientos distintos entre el uso de las tarjetas bancarias y las que emiten las financieras ? En el programa En Perspectiva de radio El Espectador, analizaron el último informe de 'Pagos Minoristas' emitido por el Banco Central, en diálogo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.



ROMINA ANDRIOLI:_
Tamara, en los últimos años es claro que hay mucha competencia entre bancos y administradoras de crédito en este segmento de mercado y todo el tiempo se ven promociones y descuentos para incentivar el uso de los plásticos. ¿Qué dicen los datos respecto la utilización de las tarjetas? ¿A qué ritmo viene creciendo?

TAMARA SCHANDY:
El monto total de las transacciones que se hacen con tarjetas viene creciendo en forma sistemática en los últimos años. Entre 2005 y 2012 los montos globales –considerando tanto las tarjetas de crédito como las tarjetas de débito cuando son utilizadas no para sacar dinero del cajero sino para comprar directamente– prácticamente se multiplicaron por 4.

Eso es resultado de dos tendencias que se refuerzan: por un lado hay más plásticos en circulación y por otro lado crece el uso de esos plásticos, tanto en cantidad de operaciones como en monto.

RA - Emiliano decía al inicio que el Banco Central reportó más de 4 millones de plásticos en 2012. ¿Podemos repasar brevemente cómo es la desagregación entre los diferentes tipos de tarjetas?

TS - Sí. Según el Banco Central al cierre del año pasado había 1,7 millones de tarjetas de débito y 2,4 millones de tarjetas de crédito en circulación. Dentro de las tarjetas de crédito, 46% eran emitidas por bancos y 54% estaban emitidas por diferentes financieras no bancarias.

Esos números suponen aumentos fuertes si los comparamos con los últimos años. En dos años tuvimos un incremento de aproximadamente 20% en la cantidad de tarjetas en circulación. Y si miramos las cifras del último año, en particular, tuvimos un aumento de 13% en las tarjetas de débito y de 9% en las tarjetas de crédito. Son incrementos bien relevantes.

Otra referencia interesante es la relación con la población: si consideramos que en Uruguay hay unos 2,5 millones adultos mayores de 18 años, eso nos deja con una relación de 1,7 plásticos per cápita (aunque obviamente no hay una distribución uniforme en la sociedad, muchos todavía no tienen ninguna y muchos tienen bastante más de 2).

RA - ¿A qué te referís cuando decís tarjetas en circulación? ¿Todas esas tarjetas se usan efectivamente? Te lo pregunto porque muchas veces desde la industria se argumenta que muchos plásticos no tienen movimientos, y de hecho muchas personas en la audiencia quizás estén pensando que tienen tarjetas en la billetera que no necesariamente usan. ¿Cómo se contempla eso en los datos?

TS - Es claro que hay usos más y menos intensivos de los plásticos entre las personas. El informe del Banco Central y las cifras que comentaba recién consideran como tarjeta en circulación aquellas que tienen al menos 1 movimiento en el lapso de los últimos 3 meses bajo análisis. Es una definición bastante amplia, pero que obviamente deja afuera las tarjetas que no se usan nunca.

RA - Está claro. Decías también que más allá del aumento en la cantidad de tarjetas también hubo un incremento en el volumen de operaciones. ¿Cuán fuerte es esa tendencia?

TS - En el caso de las tarjetas de crédito la cantidad de operaciones subió 14% el año pasado, que es un ritmo bastante similar al de años anteriores. Las operaciones con tarjetas emitidas por bancos crecieron 17 % y de hecho se aceleraron respecto a años anteriores, mientras que el número de transacciones con tarjetas no bancarias creció un poco menos y un poco menos que en años anteriores. Pero en términos generales podemos decir que seguimos teniendo una división 50-50 entre lo que son transacciones con tarjetas de bancos y no bancos.

En el caso de las tarjetas de débito, su uso en función 'compra' (o sea, no para retirar dinero de los cajeros sino para pagar por consumo en diferentes comercios) es todavía bastante más limitado en el país. Para tener un orden de magnitud, en 2012 el Banco Central reporta 74 millones de transacciones con tarjeta de crédito y sólo 3,4 millones de transacciones con tarjeta de débito en función compra. Eso da una relación de algo más de 20 a 1. Pero lo interesante es que el uso de las tarjetas de débito para comprar igual viene creciendo muchísimo, a un ritmo del orden del 70 % anual tanto en 2011 como en 2012.

RA - Si miramos los patrones de uso, ¿hay diferencias grandes entre tarjetas emitidas por bancos y financieras?

TS – Sí, hay algunas diferencias. En términos muy generales las tarjetas de crédito emitidas por los bancos se suelen usar con montos promedios por operación más altos. Si consideramos las tarjetas emitidas por bancos locales uruguayos, el monto promedio por operación en 2012 fue de unos 1.400 pesos, mientras que en el caso de las tarjetas emitidas por las financieras estamos hablando de unos 800 pesos promedio por operación. Decíamos recién que no hay tantas diferencias respecto a la cantidad de transacciones, pero esas diferencias de monto promedio por operación terminan determinando lógicamente diferencias importantes en el volumen total operado con unas y otras tarjetas: las bancarias mueven aproximadamente el 65 % de los 4.300 millones de dólares que se gastan con tarjetas de crédito.

Pero en síntesis y dejando de lado los matices por sello y por usuarios, de los datos se desprende que el uso de los plásticos está creciendo en forma muy generalizada, sin importar segmentos socioeconómicos ni el perfil del emisor.

RA - ¿Esperan que esa tendencia continúe?

TS -  Si fraccionamos el año en los dos semestres que publica el Banco Central la verdad es que se vio cierta moderación en el gasto con tarjeta. El informe del Banco Central menciona que eso se debió en buena medida al efecto de las restricciones argentinas y al menor gasto que en consecuencia se observó a través de tarjetas emitidas por bancos del exterior. Pero incluso si nos ceñimos a lo doméstico hubo cierto enfriamiento aunque para nada dramático. De hecho, es muy consistente con la moderación del consumo en general que se puede observar en las cifras de cuentas nacionales.

En cualquier caso y más allá de los matices más recientes, pensamos que la tendencia creciente que hemos visto en el uso de los plásticos va a seguir. Por un lado hay que tener en cuenta que el Gobierno ha puesto mucho énfasis en la necesidad de promover una mayor “bancarización” de la economía. Pero sobre todo, cuando comparamos Uruguay con el resto del mundo nuestras cifras de uso aún son relativamente bajas.

Esto es particularmente marcado en el caso de las tarjetas de débito, que en otros países (incluso en la región) se usan en forma bastante más extendida para comprar. Todo eso debería apuntar a que si el consumo privado sigue creciendo, el consumo con tarjetas debería seguir en aumento y probablemente incluso a un ritmo más acelerado, incrementando su participación en el total del gasto que hacen las familias.

Fuente: El Espectador


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