La falta de orientación vocacional, el desapego a los libros, la necesidad de trabajar, la falta de interés por los programas de estudios que les ofrecen, la afición al ocio, el inmediatismo. Por una o varias de estas razones, 1 de cada 5 uruguayos de entre 18 y 24 años no trabaja ni estudia, según la Encuesta Continua de Hogares 2009.
El reporte, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), sostiene que a medida que aumenta la edad de los jóvenes, la proporción que asiste al sistema educativo es menor y en contrapartida es mayor la de quienes se encuentran en el mercado laboral.
Pese a esta tendencia, "si se consideran aquellos jóvenes que deberían estar en el ciclo secundario se observa que en promedio más del 20% de los jóvenes de entre 15 y 17 años se encuentran por fuera del sistema" y menos de la mitad de los mayores de 18 años continúa con sus estudios, lo que denota "la escasa proporción de jóvenes cursando estudios terciarios", apunta el informe.
Los expertos estiman que la posibilidad de que los jóvenes dejen sus estudios para incorporarse al mundo del trabajo "queda relativizada, ya que cerca de uno de cada cinco jóvenes entre 18 y 24 años ni trabaja ni estudia".
En total, el 16,7% de los jóvenes de entre 14 y 24 años no trabaja ni estudia. El 44,5% sólo estudia, el 27,5% sólo trabaja y el 11,3% realiza ambas actividades, añade el documento.
La proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan crece con la edad; a los 18 años la tendencia llega al tope: 22%.
En la discriminación por sexo, hay una mayor proporción de mujeres que presentan este comportamiento, alcanzando el 20,9% en relación al 12,6% de los hombres.
A partir de los 18 años, estas diferencias entre hombres y mujeres se acentúan. A esa edad, un 25,7% de las mujeres ni trabaja ni estudia contra del 18,8% de los varones.
"La diferencia más notable se da en la edad máxima considerada (24 años) donde entre los hombres esta proporción no alcanza a uno de cada diez y entre las mujeres es cercana a una de cada cuatro", abunda el reporte.
Los expertos conjeturan que la formación de pareja y la tenencia de hijos afecta en mayor medida la incorporación de las jóvenes al mercado laboral o su permanencia en el sistema educativo, en relación a los hombres.
Un primer punto que esgrimen es que las mujeres forman pareja antes que los hombres. La diferencia se profundiza a partir de los 20 años: mientras el 4% de los hombres tiene cónyuge, entre las mujeres la cifra se dispara al 23%.
A los 24, el número de mujeres con pareja es de más del doble que el de los hombres (36,3% a 16,5%). Precisamente, es entre los 20 y los 24 cuando se registra un mayor número de mujeres que no trabajan ni estudian.
El mismo argumento vale para la tenencia de hijos: mientras 1 de cada 10 mujeres de 18 años tiene hijos, la proporción es de casi 2 hombres cada 100.
El segmento poblacional considerado joven (entre 12 y 29 años) representa el 26% del total de habitantes del Uruguay.
El 21% de los jóvenes asume el rol de jefe de hogar o cónyuge, mientras que el restante 79% tiene el rol de hijo exclusivamente. En la comparación por sexo, las mujeres con jefatura de hogar o cónyuges abarcan un porcentaje mayor (25,3%) respecto a los hombres (16,3%).
Los jóvenes de altos ingresos asumen el rol de hijos en mayor proporción que los de bajos ingresos.
Cuando los primeros se emancipan del hogar paterno, conforman mayoritariamente hogares nucleares (con un cónyuge) sin hijos o unipersonales; lo que difiere con la situación de los emancipados de bajos ingresos, que tienden a formar hogares biparentales con hijos.
Los hogares nucleares representan el 62,3% del total de la población. Dentro de ellos, los hogares biparentales alcanzan el 33,4%.
En tanto, se destaca la importancia de los hogares unipersonales que son más de un quinto del total de hogares.
Más de un tercio de los hombres que viven en hogares unipersonales son solteros mientras que más del 50% de las mujeres que conforman estos hogares son viudas.
Los hogares no familiares (aquellos donde no hay relación conyugal o de parentesco) representan el 26%.
De los familiares, casi el 40% se encuentra en las etapas de consolidación (con hijos de entre 13 y 18 años, pudiendo tener hijos menores de 12 años) o de salida (los hijos menores tienen más de 18 años). La mayoría de éstos están encabezados por un varón.
Fuente:El País
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