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miércoles, 3 de noviembre de 2010

USA: LA ULTRA DERECHA LE PIDE A OBAMA MAS PRESION SOBRE LAS CLASES SOCIALES MAS DESPOSEIDAS Y MAS DINERO PARA LOS RICOS

John Boehner, el republicano que hace 2 años dio orden al partido de cerrar filas y bloquear cualquier iniciativa legislativa, del entonces recién llegado al poder, Dr. Barack Obama, acaba ahora de pedir al presidente, de derecha moderada, que se sume a la misión pro oligarquía que los republicanos pretenden poner en marcha: limitar el gobierno, limitar el gasto y acabar con lo que ellos llaman "la monstruosidad", que es la reforma sanitaria demócrata, para que 43 millones de yanquis que no tenían asistencia médica la puedan tener. Está claro que la ultra derecha republicana, quiere ayudar a sus amigos los grandes empresarios, que son parte de la oligarquía yanqui, que es la que en realidad gobierna en USA. La misma que, cuando un presidente le molesta, no da un golpe de estado, lo mata y listo.


"Esperamos que [el presidente] esté dispuesto a trabajar con nosotros en esas prioridades. Pero como ya he dicho, nuestra nueva mayoría será la voz del pueblo americano que habló muy claro", ha declarado Boehner en rueda de prensa.

El próximo presidente de la Cámara de Representantes ha manifestado ante los medios, que la nueva mayoría republicana de la Cámara y la pérdida de escaños de la mayoría demócrata, que se mantiene en el Senado, demostraban que el pueblo rechaza tajantemente "la agenda Obama-Pelosi".

El político de Ohio de eterno bronceado, 60 años, ha hablado con la huella de la fatiga en el rostro tras una larga noche en la que poco ha dormido la clase política de Capitol Hill.

Boehner ha afirmado que Nancy Pelosi, la demócrata que le antecede en el cargo, le había llamado y dejado "un bonito mensaje de voz" pero que no había logrado hablar con ella.

En una rueda de prensa en la que muchas preguntas se han quedado sin contestar por su brevedad, Boehner ha declarado que no ve por el momento ninguna dificultad a la hora de incorporar a los nuevos miembros del Partido Republicano que han llegado al Capitolio apoyados por el Tea Party. "Pero eso lo veremos en los dos próximos meses".

El Partido Republicano (ultra derecha), ha conseguido más escaños de los que necesitaba para obtener el control de la Cámara de Representantes y ha demostrado una renovada vitalidad para luchar por la presidencia en 2012.

Serio voto de castigo para Barack Obama, que se verá obligado a reacomodar su proyecto a la nueva realidad política de Washington.

Y mal resultado para el Partido Demócrata (derecha moderada), que conserva por la mínima el control del Senado, con lo que evita el desastre que se temía, pero aún así sufre una derrota de grandes proporciones.

"Este es un claro mensaje de los ciudadanos para que el presidente cambie de rumbo", ha declarado al borde de la medianoche el congresista John Boehner, próximo presidente de la Cámara de Representantes en sustitución de Nancy Pelosi.

"Los republicanos estaremos ahí para asegurarnos que eso se produce", ha añadido.

Los republicanos tienen una clara ventaja en la Cámara de Representantes, donde se han asegurado ya 239 escaños -la mayoría se sitúa en 218- por los 183 de los demócratas, que pierden los 60 puestos que van a parar al ultra derechista partido del elefante.

Faltan aún 13 asientos por asignar, pero ya tienen asegurada una ventaja superior a la de 54 escaños que obtuvieron en 1994, durante el mandato de Bill Clinton, la última ocasión en la que se produjo un vuelco electoral semejante.

Los demócratas se consuelan con el hecho de no haber perdido el Senado, donde se han asegurado ya 51 de los 100 senadores, lo que les permite conservar un instrumento fundamental de influencia política y de haber estado muy cerca de la victoria en varias elecciones en Estados cruciales, como Pensilvania, Ohio o Florida.

En Illinois, el republicano Mark Kirk se ha asegurado el escaño para el Senado que ocupó Barack Obama hasta su candidatura presidencial.

El presidente ha llamado a los líderes republicanos para mostrarles su disposición a colaborar.

El ala fascista republicana, el Tea Party, se garantiza una voz en el Senado con la elección de dos candidatos respaldados por ese movimiento: Marco Rubio en Florida y Rand Paul en Kentucky.

Estas elecciones, marcadas por la crisis económica, dejaron en evidencia la volatilidad de la situación política en Estados Unidos de América, que pasó de George Bush a Barack Obama para devolver dos años después parte del poder al partido del anterior presidente, así como la complejidad del panorama que se abre a partir de ahora, en el que uno de los presidentes más progresistas, en un país de derecha, se verá obligado a negociar su proyecto con el Congreso más reaccionario de la historia del país.

En una campaña en la que no ha ahorrado esfuerzos ni escurrido el bulto en ningún momento, Barack Obama ha hecho dos confesiones que definen su pensamiento y justifican parcialmente su derrota.

Una fue durante su participación en el programa de Jon Stewart: "Hemos conseguido cosas que la gente ni siquiera conoce".

Otra, en una entrevista con The New York Times: "Probablemente hay un orgullo perverso en mi Administración -y yo asumo la responsabilidad por ello- de que íbamos a hacer lo que había que hacer aunque fuese impopular a corto plazo".

Ambas declaraciones son, posiblemente, las palabras de un honesto gestor, pero también de un mal político.

Obama llegó al poder aupado por una ola de entusiasmo popular como no se recuerda en la historia americana. Quizá el momento elegido no era el mejor para la reforma sanitaria, quizá debió corregir sobre la marcha, quizá tuvo que atender los primeros síntomas de malestar entre los ciudadanos.

Son muchos quizás, efectivamente. Es fácil juzgar los acontecimientos a posteriori. Pero lo que distingue a los gigantes políticos es su capacidad de acertar en las decisiones inmediatas. Obviamente, Obama no ha acertado.

Obama llama a los líderes republicanos para transmitirles su disposición a colaborar

El presidente de USA, Barack Obama, ha telefoneado a los líderes demócratas y republicanos del Congreso y ha expresado a estos últimos su disposición a colaborar con ellos tras el triunfo de la hasta ahora oposición en las elecciones legislativas.

En un comunicado, la Casa Blanca ha indicado que Obama ha hablado con la actual presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi y el líder de la hasta ahora mayoría demócrata en ese foro, Steny Hoyer, así como con los líderes republicanos en la Cámara, John Boehner y en el Senado, Mitch McConnell.

A McConnell y a Boehner, Obama les ha comunicado que espera "colaborar con ellos y los republicanos para encontrar terreno común, hacer avanzar este país y conseguir cosas en favor del pueblo estadounidense", ha indicado la Casa Blanca, sin dar más detalles.

Poco después de que se cerraran los colegios en Kentucky y Florida, dos de las máximas figuras del movimiento fascista integrante del partido republicano Tea Party, se alzaban con sendas victorias en las legislativas de este martes.

Rand Paul y Marco Rubio culminaban la escalada al poder iniciada hace menos de dos años bajo la bandera ideológica del Tea Party, pero con la tarjeta de presentación en las papeletas de voto del Partido Republicano y pasaban de ser dos auténticos desconocidos en la escena nacional a senadores del Capitolio de Washington.

Otros dos hombres fuertes del Tea Party tienen ya garantizado su lugar en la Cámara alta: Dan Coats, de Indiana, y Jim DeMint, Carolina del Sur.

El movimiento surgido a los pocos meses de la llegada al poder de Barack Obama se ha consolidado sin duda como una fuerza a tener cuenta en las próximas elecciones presidenciales de 2012.

Lo que ahora está por concretar es cómo el Tea Party realiza la transición de movimiento de protesta a una agenda específica de Gobierno en Capitol Hill.

"Esta noche el Tea Party ha provocado una ola" sobre Washington, ha declarado Rand Paul poco después de confirmarse su victoria.

El mensaje más repetido durante la campaña electoral por todos los seguidores y representantes del movimiento que tomó su nombre del motín del té del siglo XVIII, que fue el pistoletazo de salida de la Revolución americana, volvió a resonar en Kentucky: "Queremos recuperar nuestro país".

Ese fue también el mensaje de Rubio, quien aprovechó la ocasión en la que agradecía su triunfo para hacer un guiño a parte del electorado que le ha aprobado el pasaporte a Washington: "Vaya a donde vaya, tenga el título que tenga, siempre seré descendiente de exiliados cubanos".

El 60% del electorado latino de Florida ha apoyado al nuevo y joven senador, 39 años. Rubio, considerado ya la gran esperanza republicana para 2012, ha anunciado que, desde su puesto en la Cámara alta, exigirá "al Partido Republicano que regrese a sus principios, a los que abrazaba hace no tanto tiempo".

En la Cámara de Representantes también se tomará té. Hasta 33 escaños podían ser exclusivos de la ideología ultraderechista del Tea Party.

Michelle Bachmann, la última reina coronada del Tea Party y máximo exponente junto a Sarah Palin de las autodenominadas mamás oso, revalidaba sin problemas su cargo en Minesota.

¿La gran perdedora de la noche? La aprendiz de bruja Christine O'Donnell, candidata al Senado por Delaware.

"Muchos de nosotros no hemos ganado, pero el sistema político ya no será el mismo. El Partido Republicano ya nunca será el mismo. Nuestras voces han sido escuchadas y no vamos a quedarnos nunca más callados", ha dicho la portavoz de la abstinencia sexual antes de cerrar su discurso y recordar a los asistentes a su mitin que el local estaba alquilado "toda la noche" y había "mucha comida". "Festejemos", recomendó.

Fuente:El Pais

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