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lunes, 19 de julio de 2010

INTENDENTES DEPARTAMENTALES: UNOS SE QUEJAN Y OTROS RELATAN LA HISTORIA ANTERIOR

En los departamentos de Artigas, Florida, Salto, Paysandú y Treinta y Tres (en los cuales cambió el partido gobernante) los nuevos jefes comunales dicen tener que lidiar con arcas deficitarias, desorden administrativo y maquinarias en estado casi ruinoso. Algunos intendentes salientes dicen que ellos encontraron una situación peor aún.


En Paysandú, el gobierno del nacionalista Bertil Bentos asegura haberse encontrado con dificultades. Cuando el Secretario General, Horacio De los Santos, ingresó a su oficina no tenía "ni lápiz o una goma (…) Tuvimos que salir a comprar todo porque no habían dejado nada", se quejó el funcionario.

Al cruce de estas declaraciones salió el ex intendente frenteamplista, Julio Pintos, quien dijo que si lo declarado por De los Santos es verdad, "tiene $ 100 millones en el Banco República para comprar.

Dejamos una caja de US$ 5 millones y cuando ingresamos había sólo US$ 2 millones y una situación financiera comprometida".

En Treinta y Tres, el ex Intendente Dr.Gerardo Amaral –también frenteamplista- dijo que la nueva administración, encabezada por el nacionalista Dardo Sánchez, se encontró con una situación "incomparablemente mejor" a la existente cuando el Frente Amplio comenzó su gestión en el departamento.

Pintos defendió su gestión y en entrevista con radio Carve afirmó que se entregó una Intendencia ordenada y que se ha capitalizado en lo que es su funcionamiento. "Estamos tranquilos que en cinco años revertimos una tendencia de 15 años de gobierno del Partido Nacional que venía en franco deterioro, en cuanto a capitalización y financiamiento".

Amaral, por su parte afirmó que la situación financiera es buena, sin deudas con los acreedores, con un 30% del pasivo disminuido, con un importante monto del fondo de libre disponibilidad y sin haberse tocado el fondo de respaldo de las intendencias. "Es una situación, no para tirar manteca al techo, pero sí de tranquilidad en la cual los flujos de recursos impositivos -propios y nacionales- van a seguir llegando", dijo.

Tanto Pintos como Amaral, al defender sus gestiones, recordaron que al asumir se encontraron en una situación más caótica de la que se los critica haber entregado.

Pintos no considera necesario una auditoría para defender sus números ya que, dijo, los mismos salen en el estado de cuenta entregado al Banco República. "No hay un peso de deuda, no hay crédito vencido o a vencer. Entregamos con Antel al día, algo que no sucedía en la Intendencia desde hacía seis años", hecho que se encontró al momento en que tomó posesión.

Por el lado de los proveedores, recordó que asumió un municipio que tenía una deuda de $ 140 millones. Al momento de entregar el cargo, la misma es de $ 80 millones que responden a "compras dentro del sistema informático, con cheques a 30, 60 y 90 días. Todo ordenado y no como cuando entramos que aparecía gente con boletas de dos, tres, cuatro años a cobrar viejas cuentas que nunca habían sido reconocidas por la Intendencia".

En Treinta y Tres, la administración saliente afirmó que generó una cultura de inventario y se dispusieron funcionarios para una tarea que era "inexistente". Amaral repitió que la situación es "incomparablemente" mejor a la recibida.

Sánchez también denunció faltante de documentos sobre la gestión anterior. Amaral afirmó que toda la información de gestión, contratos, convenios se encuentra disponible en su totalidad. "Puede haber alguna irrelevante que no se consideró necesaria dejar, como documentos personal o que los directores podían tener y que no eran específicamente pertinentes a la gestión".

En Paysandú se asegura que hay dificultades con el parque de maquinarias municipal: el 43% funciona de forma correcta, mientras que el resto o no funciona (17%) o lo hace de forma regular (40%).

Pintos afirmó que la maquinaria, pese a ser ya vieja al momento de tomar posesión, se entregó en buen estado. En su administración se compró un tren de maquinaria vial y en el ya existente se logró un buen mantenimiento.

"Debe haber un 60% de la flota que está en funcionamiento, no como cuando asumimos que tuvimos que sacar máquinas de talleres, como ocurrió en Porvenir, donde nos llevó dos años sacar las máquinas" por las irregularidades existentes en la Junta de esa localidad.

Amaral dijo que Treinta y Tres gastó US$ 1 millón en nueva maquinaria, se hicieron 1.400 kilómetros de caminería por año cuando históricamente se llegaba a 800 kilómetros y que se invirtieron US$ 3 millones en infraestructura en el quinquenio. "Sin duda que quedan muchas cosas para mejorar. Es una intendencia pobre", aclaró.

Agregó que tanto trabajo genera una rotura mayor de la maquinaria que necesita repuestos y un normal mantenimiento.

"No se puede dar por rota esa máquina, es normal que ese desgaste suceda". Sí afirmó que este tipo de situaciones se tiñe para "el lado que uno quiera. Usted lee estas cosas para el lado que quiere", puntualizó y cerró el tema afirmando que el porcentaje de rotura es el normal para una intendencia de ese porte.

Por último, ante el anuncio que Sánchez pretende reducir el presupuesto mensual de $ 25 millones a $ 19 millones, Amaral dijo que "el buen administrador genera una mayor ingreso que egreso".

Y si bien acompañó el deseo de la nueva administración, espera que no signifique una reducción en inversión o políticas de salud, cultura, educación o apoyo al sector productivo.

La nueva administración en Paysandú señaló que el equipo de gobierno está dedicado a definir qué hará con más de 400 contratos de funcionarios que vencen el próximo 31 de julio. Para Pintos, es una mirada "clientelar" de la política y la función pública "asustarse" que se reciban contratos a término. "Ojala nosotros hubiéramos encontrado esa situación", comentó.

Al asumir, el ex intendente sanducero se encontró con 170 funcionarios "en negro" los cuales fueron regularizados en su totalidad.

Por otro lado dijo que no se deja una herencia de contratos sin plazo como sí "encontramos nosotros". Que sean a término es una "ventaja" para el intendente ya que puede disponer -o no- de ellos según las prioridades de su gestión.

Las críticas, puntualizó Pintos, es una defensa política natural en estos casos. Sólo se ve lo que está mal, afirmó, pero no se hace el esfuerzo de ver lo que se hizo bien.

En ese sentido recordó que la comuna sanducera pasó de 80 a 350 computadoras, modernizó varios sistemas informáticos y espera que estas mejoras en la gestión se reconozcan con el tiempo.

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