Investigadores del Instituto de Biotecnología Molecular de Viena (Austria), comandado por el austriaco Juergen Knoblich, han logrado crear 'minicerebros' del tamaño de un guisante, 4 milímetros de diámetro, que reproducen fielmente la estructura de un cerebro humano en sus primeras etapas del desarrollo. El proyecto ha conseguido su éxito gracias al uso de células madre pluripotentes humanas.
El exitoso trabajo científico publicado en la revista Nature, muestra como este 'organoide cerebral' obtenido a partir del cultivo de tejido de células madre pluripotentes humanas, se reordena de tal forma que reproducen las primeras etapas de la organización del cerebro humano y, por lo tanto, permitirá comprender mejor ciertos problemas neurológicos.
Como recalca un experto de la universidad de Oxford, Zameel Carder, el minicerebro aún estando a años luz de un cerebro real, estructuralmente mantiene similitudes asombrosas con un cerebro humano.
Estos minicerebros han sobrevivido durante casi un año, creciendo sólo unos pocos centímetros, bloqueándose en un momento dado su crecimiento debido a la falta de un sistema circulatorio, como recalca el neurocientífico Oliver Brüstle de la Universidad alemana de Bonn.
Tras este proyecto se abren numerosas posibilidades, principalmente en dos líneas de investigación. La primera, los 'organoides cerebrales' servirán para poder estudiar en profundidad enfermedades cerebrales como la esquizofrenia o el autismo, mejorando los sistemas de detección y tratamiento de este tipo de males.
Neurólogos de la Universidad de Edimburgo, Escocia, ya han desarrollado minicerebros directamente con patologías, en concreto con células madre pluripotentes humanas inducidas (IPs) de un paciente con microcefalia, un grave trastorno cerebral que reduce el tamaño normal del cerebro.
Se apreció que, a pesar de que dichos cerebros no desarrollaron de forma avanzada su patología, había indicios de la enfermedad, lo que permite estudiarla en profundidad. Además, no se descarta en un futuro llegar a conseguir remplazar el gen defectuoso, para así poder parar la enfermedad en la primera etapa del ser humano dentro del vientre materno.
A pesar del escepticismo actual que provoca el proyecto en parte del mundo científico, John Radcliffe en Oxford señala que 'es una investigación fascinante que amplía las posibilidades de la tecnología con células madre para comprender el desarrollo del cerebro, los mecanismos de las enfermedades y descubrir terapias'.
La otra gran línea de investigación a partir de este estudio sería en lo referente a la medicina regenerativa. Zoltán Molnár, científico de la Universidad de Oxford, señalaba por su parte que duda que en un futuro se pueda desarrollar algo tan complejo como es un cerebro similar al de un ser humano, pero si se podría llegar a producir una glándula pituitaria relativamente madura o un ojo con métodos similares. ¿Realidad o ciencia ficción?
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