El virus de San Luis fue descubierto en el otoño del año 1933 en el entorno de la ciudad de Saint Louis (Missouri), Estados Unidos de América. En un plazo de 5 semanas se produjo una epidemia de encefalitis de proporciones explosivas. Más de 1.000 casos fueron reportados a los departamentos de salud locales y el recién constituido Instituto Nacional de Salud hizo un llamamiento a su investigación por especialistas epidemiológicos. Tiempo después, el virus que causó la epidemia fue aislado primero en monos y luego en ratones blancos. Se trata de un agente infeccioso de la familia de los 'arbovirus', la misma a la que pertenece el dengue. En los Estados Unidos de América se registra un promedio de 128 casos de encefalitis de San Luis anualmente. En Uruguay también existen casos y pueden ser confundidos con una meningitis común.
La transmisión no se realiza a través del mosquito Aedes aegypti sino del Culex, la especie más común de este tipo de insectos en Uruguay. Para que el virus llegue a los seres humanos el mosquito debe antes picar a un animal infectado.
A nivel internacional, los animales que se identifican como 'reservorio' (donde vive el virus) son las palomas; el mosquito pica aves infectadas y luego, cuando pica a un humano lo infecta. En Uruguay se desconoce si estos animales han sido el origen de los contagios.
Una de las particularidades del virus es que no se transmite entre personas y que cuando el mosquito pica a un humano la 'concentración' del virus no es suficiente como para contagiar a otro. Es decir, el hombre es el último eslabón de la cadena.
¿Qué tiene de particular el virus? Que si bien la mayoría de las veces se manifiesta como una gripe, con malestar general, dolor de cabeza y fiebre, puede evolucionar a un cuadro grave y llegar incluso a causar la muerte.
El tema fue planteado en la 10ª Jornada de Antimicrobianos, realizada el pasado 29 de julio en el NH Columbia. Daniela Paciel, asistente de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas, contó al diario El País acerca de un caso atendido en el Hospital de Clínicas que derivó en el fallecimiento del paciente.
La persona, un hombre de unos 60 años, ingresó en el mes de febrero con un cuadro respiratorio complejo pero luego fue experimentando alteraciones a nivel neurológico y perdió la vida a fines del mes de marzo.
'La mortalidad del virus varía de un 3 a un 30 % de los afectados', comentó Paciel, médica intensivista. Es posible que las personas puedan tener el virus y nunca se enteren porque piensen que tuvieron solo una gripe, agregó. O que su cuerpo genere defensas frente a él y no los afecte.
Los grupos que tienen más riesgo de evolucionar de forma severa son los adultos mayores, desde los 60 años, y los niños menores de 2. Las complicaciones pueden ser tres: encefalitis (inflamación e irritación del cerebro), meningitis (inflamación de las meninges, membranas que recubren el cerebro) o meningoencefalitis (ambos cuadros combinados).
En esos casos la persona puede sentir tendencia al sueño, sufrir delirios y confusión general e incluso entrar en coma. Cuando se produce meningitis uno de los síntomas comunes es la rigidez en la nuca.
La mayoría de los casos vistos este año (en 2012 se registraron tres, entre ellos un niño) evolucionaron favorablemente.
En los Archivos de Pediatría del Uruguay se describió, a mediados de 2012, un caso clínico que los autores (7 médicos pediatras de una mutualista) consignaron como 'el primer caso diagnosticado y publicado en el país' sobre la encefalitis de San Luis en niños.
El paciente era un varón de 10 años, procedente de un asentamiento de Montevideo, viviendo en contacto con animales (perros, gatos, vacas, caballos, cerdos y pulgas).
Ingresó a fines del verano (2012) 'con un cuadro de fiebre, cefaleas muy intensas y elementos de irritación meníngea'. En la evolución se advirtió en el niño 'incapacidad de responder órdenes simples, no reconoce a los familiares ni al personal'. Pero, luego de 6 días, 'mejoró espontáneamente'.
El análisis de sangre reveló la presencia de anticuerpos de encefalitis de San Luis.
Aunque el informe indica que no había 'descripciones previas de esta enfermedad en el país'. en la bibliografía médica hay un caso registrado en la década de 1970.
Raquel Rosa, directora de la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, dijo a El País que al igual que con el dengue, la forma de prevenir la enfermedad es evitar que se produzcan criaderos de mosquitos y, cuando hay, protegerse con repelentes.
Una de las particularidades del virus de San Luis es que no hay un tratamiento específico para combatirlo. Las medidas de atención consisten en contener al paciente para que el cuerpo pueda vencerlo por sí mismo. Si la persona tiene defensas bajas o una infección ya presente la evolución también puede ser más compleja.
Rosa desestimó que Uruguay se encuentre ante un brote de la enfermedad. 'Creamos un grupo especializado con personas de la Facultad de Medicina, la Facultad de Ciencias y el Ministerio y estamos estudiando la enfermedad. Preocupa pero no es un tema de alarma', aclaró.
Tanto Rosa como Paciel consideran que comenzaron a detectarse más casos porque el virus 'se está buscando'. Es muy posible que en años anteriores lo que se identificaba como meningitis causada por virus desconocido, haya sido provocada por el de San Luis.
De hecho, en 2007 un paciente que se pensó sufría de dengue, había adquirido la enfermedad transmitida por el mosquito Culex, según se supo después al analizar la muestra.
En el mundo la presencia del virus es constante. En algunos años se detectan más casos que en otros. Por esto el MSP desconoce si Uruguay se encuentra en el período de máxima expresión del patógeno o si, por el contrario, en los próximos años habrá más casos y se volverá un problema más serio aún.
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