Argentina divulgó esta pasada semana a través de su canciller, Héctor Timerman, un estudio sobre los supuestos efectos de la planta de UPM sobre el ambiente, aunque los parámetros utilizados generaron todo tipo de cuestionamientos. Consultado por periodistas del programa 'En Perspectiva' de la radio montevideana 'El Espectador', el Dr. en Química Óscar Ventura, profesor catedrático grado 5 en la Facultad de Química de la Udelar, consideró que el informe citado por Timerman está basado en un criterio 'totalmente equivocado' desde el punto de vista técnico.
Según indicó, los números que divulga el informe 'son correctos'; el problema es que mezcla los parámetros establecidos para el efluente (el líquido resultante del proceso industrial antes de llegar al río) con los del curso de agua.
'Lo que está haciendo es aplicar los límites establecidos para la calidad del agua del río Uruguay a los efluentes', explicó Ventura, quien se abstuvo de calificar al error de 'accidental' o 'de mala fe', aunque sí consideró que desde lo político se trata de una "pataleta" de la Cancillería argentina.
EMILIANO COTELO:
En julio de 2010 los presidentes José Mujica y Cristina Fernández acordaron que un comité científico binacional se encargaría de monitorear la situación medioambiental del Río Uruguay en torno a la planta de celulosa de UPM.
En estos dos años y pico de trabajo ese grupo desarrolló su tarea casi en las sombras. Nunca se difundió nada de las decenas de informes que produjo.
Esta semana esa realidad cambió.
Este miércoles Argentina divulgó, en boca de su canciller Héctor Timerman, un estudio avalado por sus delegados en el comité con datos supuestamente 'concluyentes' sobre los efectos de la planta sobre el ambiente, aunque los parámetros utilizados y la forma como se los examinaba generaron todo tipo de cuestionamientos.
Teniendo en cuenta que la carta 'científica' es la que probablemente mejor pueda jugar Uruguay en este diferendo, llama la atención el silencio que se prefiere mantener de este lado. Oficialmente Uruguay no da a conocer los números.
Por eso, invitamos al doctor en Química Oscar Ventura, catedrático de la Universidad de la República (Udelar), que en los últimos años se ha dedicado a estudiar el sistema del río Uruguay, y que en este asunto en particular estos días ha tenido un fuerte protagonismo en la defensa de la posición de nuestro país en esta materia. Lo hemos invitado para que nos ayude a desmenuzar los informes que están circulando.
¿Es consciente de que se ha convertido en el principal defensor de la posición uruguaya en el conflicto con Argentina en torno a UPM? Por lo menos el principal defensor en el terreno científico, porque por otro lado el doctor Sanguinetti ha hablado mucho del manejo que ha hecho Uruguay del tema, sobre todo en medios argentinos.
ÓSCAR VENTURA:
Sí, es muy gracioso que tengamos este protagonismo, que en cierto aspecto sea la oposición –tú sabés que yo aconsejo en ciencia y tecnología a Pedro Bordaberry– la que está defendiendo la posición del gobierno. Pero es más que eso, esto es una posición del país, estamos defendiendo las cosas bien hechas, y creemos realmente que Uruguay ha hecho las cosas bien, entonces tratamos de explicar. Creo que los profesores universitarios nos debemos a quien nos paga el sueldo, que somos todos, y una de las maneras en las cuales podemos contribuir es tratar de explicar lo más sencillamente posible cosas que son bastante complicadas.
EC - ¿Pero usted salió como ha salido en los medios de comunicación estos últimos días a partir de una decisión que toma en su condición de académico o por su condición de adherente a Vamos Uruguay, Partido Colorado?
OV - Yo no salí a los medios, los medios me han buscado, porque obviamente existe una historia de haber trabajado en este tema. Yo lo hago como químico que entiende de lo que se está hablando y más que académico como profesor universitario, porque creo que la universidad pública tiene una responsabilidad hacia la sociedad. Lo otro es una coincidencia, una curiosidad, que seamos el ex presidente Sanguinetti y quien habla quienes estamos defendiendo esta posición. Pero es bien interesante, porque la ciencia, la tecnología y el ambiente son cosas que van a tomar cada vez más importancia en el desarrollo de Uruguay.
EC - Ocurre que el gobierno por ahora ha optado por una respuesta sobria, no hay todavía un planteo muy contundente. Ha habido, sí, respuestas del director de la Dinama (Dirección Nacional de Medio Ambiente, Jorge Rucks), por ejemplo, pero da la casualidad de que por ahora el tono es muy medido. En cambio usted se ha sentido con una libertad mucho mayor para calificar por ejemplo al canciller Timerman y el manejo de sus números.
OV - Creo que he sido bastante diplomático con la calificación que he hecho del canciller Timerman (risas).
EC - El hashtag que usted inventó en Twitter es #TimermanMiente, bajo esa etiqueta ha ido agrupando sus mensajes estos últimos días.
OV – No es una descalificación, es una descripción de lo que está haciendo el canciller, no veo cuál es la descalificación ahí. Obviamente yo tengo mucho mayor libertad para hablar porque no tengo responsabilidades de gobierno, creo que el gobierno ha actuado bien al haber firmado el acuerdo que está cumpliendo.
En el acuerdo se decía que los números se iban a difundir inmediatamente, la idea había sido siempre: se hace el análisis, los números se difunden. Argentina bloqueó esa posibilidad constantemente, impidió la difusión de los números debido a que no estaba de acuerdo en determinadas cosas.
Habiendo bloqueado eso, fue Argentina de nuevo quien rompió el fuego, fue la Cancillería argentina la que publicó en su sitio web un informe, un informe además muy agresivo por la manera que tiene el canciller Timerman para hablar del Uruguay y calificar a su presidente; más allá de que yo no esté de acuerdo políticamente con mi presidente, es el presidente de Uruguay, no es razonable que se refiera en esos términos. Más cuando se está basando en algo que desde el punto de vista técnico es totalmente equivocado, y que podemos entrar a ver.
EC - Vamos a eso. Usted ha sido muy crítico con Timerman a raíz de estas dos conferencias de prensa que dio –una la semana pasada y otra esta– en las que difundió resultados del monitoreo del río Uruguay que, según sostuvo, demuestran que la planta de UPM está contaminando de manera fuerte el río. Usted directamente piensa que Timerman miente. ¿Por qué?
OV - Me gustaría tratar de no decir rápidamente qué es lo que la gente debe pensar, porque sería pedir que confiaran en mí como una autoridad, y yo no quiero eso. Lo que quiero es que todos reflexionemos juntos acerca de lo que se está diciendo acá. ¿Cuál es la base de todo este asunto? Las disposiciones jurídicas que rigen el relacionamiento entre los países, en el caso del río Uruguay es el Estatuto del Río Uruguay y el Digesto del Río Uruguay.
En el Estatuto del Río Uruguay específicamente tenemos un capítulo 10 que habla de la contaminación, ahí se define específicamente qué es contaminación, en el artículo 40 dice que a los efectos de todo el desarrollo jurídico la contaminación es la introducción directa o indirecta en el ambiente de ciertas sustancias químicas o procesos físicos, etcétera, que produzcan un efecto nocivo.
Eso es súper importante: contaminación no es tirar cualquier cosa al río, si yo tiro una rama de árbol eso no es contaminación, tiene que haber un efecto nocivo. En el Digesto está definido qué son los efectos nocivos. Y en el Digesto también está claramente diferenciado lo que es calidad de las aguas del río Uruguay y lo que concierne a los efluentes o los vertidos.
EC - Acá estamos en el punto crítico, este es el centro de toda la discusión si queremos examinar con cuidado la información y el análisis que ha divulgado la Cancillería Argentina. Vamos a explicar esto con más precisión.
OV - El punto central. Se ha convenido en que la calidad de las aguas del río Uruguay, es decir, la concentración de sustancias químicas, el color del agua, el pH, la acidez, una serie de cosas, está controlada y quien ejerce control es la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay), el Digesto establece cuáles son esos límites que no tienen que superarse y demás. El propio Estatuto establece que quienes determinan cuáles son los límites de esas concentraciones en los efluentes o en los vertidos son los propios países.
Y los países, en uso de su jurisdicción, tienen reglamentaciones. Uruguay tiene el decreto 253/79 y Entre Ríos –en Argentina cada provincia tiene sus propias reglamentaciones– tiene la ley 66260 y un decreto que establece valores, de la misma manera que Uruguay establece sus valores. Y se pueden comparar, podemos ver que el 253/79 dice: 'Los efluentes no podrán verterse a más de 30 grados de temperatura ni aumentar la temperatura del medio en más de 2 grados', mientras que la misma norma en Entre Ríos dice que 'los efluentes deberán verterse a no más de 45 grados'. Entre Ríos permite 15 grados más de temperatura que Uruguay.
Otros límites también son más estrictos en Uruguay, por ejemplo en el caso de la demanda bioquímica de oxígeno, que es lo que hace que el río tenga vida –se relaciona con eso, no quiero entrar en la parte técnica–, nosotros tenemos un límite de 60 miligramos por litro para los efluentes y en Entre Ríos tienen un límite de 250 miligramos por litro. Es decir, la legislación uruguaya respecto a la concentración de químicos en los efluentes es más estricta que la legislación de Entre Ríos, primera cosa que es importante.
EC - Ahí está hablando de la concentración de químicos en los efluentes, o sea, de la medición que se hace en la punta del caño que sale de una fábrica.
OV - La manera en que se hace eso está específicamente definida en el Estatuto y el Digesto, y ahí mismo se establece que, a los efectos de todo esto, los afluentes –es decir los ríos que llegan al río Uruguay, lo que sale de ese afluente en la desembocadura–, son efluentes. Es decir que a los efectos del río tanto lo que viene de UPM como lo que viene del río Gualeguaychú se consideran a la misma altura, son efluentes. Lo que está haciendo la Cancillería argentina es aplicar los límites establecidos para la calidad del agua del río Uruguay a los efluentes.
EC - Se está comparando el efluente con un tope previsto para la calidad de agua del río.
OV - Exactamente.
EC - Y eso no está bien.
OV - Eso no es correcto técnicamente. Es bien fácil entender por qué: está previsto que el río tenga usos de distinto tipo, que pueda extraerse agua potable, que pueda extraerse agua para riego, que se use para esparcimiento, para navegación, distintos usos, pero a nadie se le va a ocurrir potabilizar agua desde un efluente industrial, ni nadie en su sano juicio va a ir a bañarse a las aguas servidas que salen de una ciudad, por tanto es evidente que las consideraciones técnicas que tienen uno y otro son diferentes.
Aparte de eso, los parámetros de calidad del agua tienen que ver con la magnitud del curso de agua. No es lo mismo lo que se puede verter en un río con un caudal de 12 metros cúbicos por segundo (12.000 litros por segundo) que en un río que tiene, como el río Uruguay, un caudal de 5.000 metros cúbicos por segundo (5 millones de litros por segundo).
En Chile hubo un problema con una pastera que tiraba sus efluentes en el río Cruces y hubo un problema de mortandad de cisnes de cuello negro, fue un escándalo bastante notorio. Ese río tiene un caudal de 12 metros cúbicos por segundo. El río Uruguay tiene un caudal de 5.000 metros cúbicos por segundo, entonces la relación de concentración entre efluente y río es de 1 a 5.000,
ahí está el error fundamental de Cancillería argentina. Definir si el error
es accidental o a propósito, eso sí sería calificar al canciller Timerman.
EC - Pasando en limpio, las normas establecen dos tipos de límites tolerables, dos tipos de máximos tolerables para un determinado parámetro. Por ejemplo, para el fósforo hay un límite que puede contener el efluente –o sea, el líquido en el momento en el que sale de la fábrica– y hay otro límite para el curso de agua, para el fósforo que puede tener el río Uruguay cuando se hace la medición en el medio del cauce, son dos límites. Y obviamente el límite para el curso de agua es más bajo, más exigente; el límite que se establece para el efluente, para lo que sale directamente de la fábrica, está referido a algo que viene muy concentrado y por lo tanto va a ser más alto.
OV - Exactamente, yo no lo podría haber explicado mejor.
EC - Hoy estaba mirando otro ejemplo que maneja Marcelo Pereira en un editorial que escribe en La Diaria: 'Lo que hace Argentina equivale a sostener que un auto no puede circular porque la composición de los gases que salen de su caño de escape no cumple con las exigencias de salubridad establecidas para el promedio del aire que respiramos'.
OV - Absolutamente. Todavía no tuve ocasión de leer La Diaria, pero es absolutamente así, sea al aire –como en el ejemplo de Marcelo– o al agua, es exactamente la misma cosa.
EC - Entonces los números que divulga el canciller argentino son correctos, los números de las mediciones hechas en tales y cuales lugares y a propósito de tales y tales parámetros son correctos.
OV - Los números que son los resultados de los análisis de los laboratorios canadienses son los mismos números que tienen la delegación uruguaya y la delegación argentina.
EC - El problema es con qué se los compara.
OV - Exactamente, ese es el problema.
EC - Veamos algunos de los ejemplos. Voy al informe que publicó la Cancillería argentina, vayamos al punto 4.3. Presencia de fósforo en el efluente.
Dice: 'En todos los resultados válidos en el efluente, este superó el máximo de 0,025 miligramos de fósforo por litro establecido por la normativa vigente. Todo efluente cuyo valor supere este máximo está contaminando el río' y se dan varios ejemplos. ¿Qué dice usted de esta frase?
OV - Por algo yo puse el hashtag 'Timermanmiente'. Lo que está haciendo ahí es una comparación incorrecta, él compara con esos 0,025 miligramo por litro, que es el límite para la calidad de las aguas del río Uruguay, que, dicho sea de paso, en el caso del fósforo específicamente no se cumple ni se cumplió nunca, porque el río Uruguay en el aspecto de fósforo ya viene muy cargado, mucho más que 0,025 miligramos por litro, desde Brasil.
EC - Timerman dice: 'Para el período febrero 2012-agosto 2013 el valor promedio de fósforo fue 0,79 miligramos por litro, con un máximo de 2,06 en octubre de 2012. El mínimo fue 0,338 miligramos de fósforo por litro', con lo cual destaca que siempre el promedio, el máximo, el mínimo, todo, estuvo por arriba de ese máximo previsto. Pero el problema es el máximo que está tomando en cuenta.
OV - A ver: yo mido algo así como 1,65, entonces cuando me comparo con mi hija soy alto y cuando me comparo contigo no lo soy, pero sigo midiendo la misma cantidad de centímetros en un caso y en el otro. El tema está justamente ahí, cuando él dice que esos números, 0,79 y demás, son correctos, son los números de los análisis de los canadienses, el problema es que el límite es 5 miligramos por litro. Quiere decir que el propio Timerman está reforzando la idea de que nunca se sobrepasó la mitad de lo que está permitido.
EC - Vayamos a otro ejemplo nada más, porque el informe es largo y podríamos pasarnos toda la mañana recorriendo cada uno de los puntos. Timerman puso mucho énfasis en el endosulfán, el punto 4.5: 'Se detectó endosulfán en los efluentes de una de las piletas de pluviales de la planta de UPM, muestreo noviembre de 2012, mayo, julio y agosto 2013, y en el efluente industrial de la planta, muestreos de julio y agosto de 2013. Este compuesto no debería ser detectado en los efluentes de la planta de UPM, ya que su uso se encuentra prohibido en toda la República Oriental del Uruguay dadas sus características de alta toxicidad'.
OV - De nuevo, no sé si el canciller Timerman es ignorante o actúa de mala fe, pero en su propio texto está confundiendo lo que es pluviales –pluvial, lluvia– con efluentes. El efluente industrial es una cosa y lo que sale de la pileta de pluvial es otra, una pileta pluvial lo que hace es recoger el agua de lluvia, que a algún lado tiene que ir y de esa pileta el agua cae al río. Pero lo mismo pasaría si ahí no hubiera absolutamente nada y cayera al río.
La fábrica no usa endosulfán, el endosulfán es un pesticida que está prohibido en Uruguay desde diciembre de 2011, y en Argentina recién se prohibió su comercialización en julio de 2013, dos años después. Pero aún más, en 2006 y 2007, cuando aún no estaba prohibido, Argentina importó 4,3 millones de toneladas de endosulfán y Uruguay importó 250 toneladas.
Evidentemente la magnitud del uso de endosulfán es completamente diferente en Argentina y en Uruguay, si se detecta endosulfán no es porque nosotros hayamos vertido endosulfán al río, aparte de las otras consideraciones que estaba haciendo.
En la fábrica no se usa endosulfán, por lo tanto el hecho de que se haya encontrado es simplemente una cuestión que tiene que ver con la agricultura, con el viento, etcétera. Es absurdo, es como cuando un chiquilín dice 'me robaste tal cosa', 'yo no te robé nada', 'pero tuviste la intención', 'no, tampoco tuve la intención', 'pero sos malo, chau'. Es una pataleta de la Cancillería argentina básicamente.
EC - Me detengo, para terminar este repaso, en el punto '4.1. Temperatura de los efluentes'. Dice el informe de la Cancillería: 'El promedio de la temperatura de vuelco medida en la totalidad de los ingresos que se hicieron fue de 32,16 grados, mientras que la temperatura media anual del río Uruguay es cercana a 20. De esta manera la temperatura promedio del efluente supera en 60% la condición natural del río Uruguay. Hubo un máximo registrado de 34,52 grados el 30 de enero de 2012 y un mínimo de 29,59 grados el 23 de octubre de 2012 durante una de las paradas anuales de la planta Orión. Uruguay autorizó unilateralmente a Botnia a volcar efluentes hasta un máximo de 37 grados, sin modificar la normativa para el resto de la industria uruguaya'.
¿ Cuáles son sus comentarios sobre este punto ?
OV - Varios comentarios. Trataré de hacer corta una historia que es larga. Empecemos por el final. No es cierto que ese sea el único caso en que se ha autorizado esa temperatura para el vertido de efluentes; Montes del Plata, por ejemplo, va a verter los efluentes a 37 grados, o sea que eso es erróneo.
Segundo, Uruguay autorizó unilateralmente de acuerdo con su legislación. Si uno se fija, en el decreto 253/79, artículo 11, se establece que la temperatura debe ser 30 grados, y en el artículo 15 se establece que cualquiera de esos parámetros puede ser modificado siempre que antes de modificarse se demuestre fehacientemente que esa modificación no va a ser nociva para la calidad de las aguas.
Uruguay pidió a UPM un estudio antes de autorizar, UPM contrató a la Facultad de Ingeniería para hacer el estudio –espero que nadie dude de la capacidad profesional de los científicos y técnicos de la Facultad de Ingeniería de la Udelar– y ese estudio dio que el aumento de temperatura sobre el promedio iba a ser una fracción, o sea que a 10 metros del lugar donde el efluente salía iba a ser una fracción de la fracción que la legislación autoriza a aumentar la temperatura.
EC - Porque, de nuevo, estamos hablando de cuál es la temperatura en el efluente, o sea cuál es la temperatura de esos líquidos que salen después del proceso industrial antes de llegar al río, en el momento mismo en que llegan al río, esa es la medición, la temperatura del efluente, y Timerman la está comparando con la temperatura del agua en el curso del río.
OV - Pero además con la temperatura media. Cualquier persona que conozca el río Uruguay sabe que la temperatura en invierno no es la misma que en verano, la variación es de 10 o 15 grados. Entonces uno se puede preguntar cómo puede ser que una variación estacional de 10 o 15 grados no afecte la calidad del río y una variación de 0,2 grados sí la afecte. Obviamente estamos frente a una chicana, nuevamente.
Pero además, si eso aún no fuera suficiente para convencer a la gente, hay otra cosa más. La razón por la cual se autorizó el vertido a 37 grados es porque Argentina protestó por el método que estaba utilizando UPM para enfriar el agua.
Al principio de la historia, cuando nosotros no teníamos ninguna experiencia en plantas de celulosa –ahora todos somos expertos en plantas de celulosa–, cuando se autorizó esto, ni nosotros ni los profesionales de la Dinama ni nadie teníamos ninguna experiencia, entonces se atuvieron estrictamente a la legislación para evitarse problemas.
Para eso le pidieron a la fábrica, después de hacer todas las medidas sobre los eventuales contaminantes, para asegurarse de que se cumplían todos los límites, que enfriara el agua. Para eso lo que hacían era: levantaban agua del río, que está a menor temperatura, la mezclaban con el efluente, y lo que salía tenía la temperatura correcta.
Los argentinos arguyeron que eso en realidad era una dilución –incorrecto de nuevo–. Entonces el gobierno uruguayo, en tren de contemporizar, de tratar de establecer políticamente una relación fluida, dijo “muy bien, si ustedes no quieren que se haga así, lo hacemos de otra manera”. Entonces utilizó su legislación y legalmente autorizó el aumento de temperatura. Ahora tampoco les sirve eso. El presidente toma una resolución –esta última resolución–, que es pedirle a UPM…
EC - Usted está hablando de la medida que se tomó ahora cuando se autorizó el aumento de la producción que UPM pedía, aunque no se autorizó todo lo que pedía.
OV - Exacto. Las tres cosas son innecesarias. Se le podía haber autorizado todo el aumento de producción, porque los números que discutimos muestran que la contaminación está por debajo de la mitad de lo que está autorizado, o sea que un aumento de 20% no produciría ningún aumento marcado de las emisiones. Segundo, la torre de enfriamiento.
EC - Se le exigió determinadas inversiones para reducir el impacto ambiental. Una de ellas, una torre de enfriamiento para los efluentes.
OV - Una torre de enfriamiento lo que hace es enfriar el líquido utilizando aire, básicamente lo hacen circular por un conducto hasta que la temperatura del aire lo enfría. Si alguna vez estabas en campaña y enfriaste una cerveza, no la pusiste al aire para que se enfriara, la pusiste adentro del agua, porque el agua es mucho mejor para enfriar algo que el aire.
O sea que esto es inconducente, son todas medidas que son políticas, el gobierno uruguayo de buena fe está tratando de conseguir un punto medio de entendimiento con el gobierno argentino. Y el gobierno argentino –o al menos la Cancillería– opina que los uruguayos somos feos, malos y queremos conquistar el mundo como Pinky y Cerebro o algo por el estilo, y terminamos en esta situación que es ridícula, esto es absurdo.
EC - Enseguida vamos a completar esta entrevista, porque nos interesa también detenernos en los números del monitoreo ambiental hecho del otro lado, del lado del río Gualeguaychú, que ahora empiezan a conocerse también. Con eso y un par de consideraciones más sobre cómo se sale de eso, enseguida viene la segunda parte de este diálogo.
EC - Óscar Ventura es doctor en Química, profesor catedrático grado 5 en Química, Facultad de Química de la Udelar, nivel 3 en el Sistema Nacional de Investigadores, grado 5 en Pedeciba. Por oro lado, encabeza los equipos de trabajo de Vamos Uruguay en el área 'El Uruguay del futuro'.
Si la crítica que usted hace al manejo de los datos del monitoreo de impacto ambiental que ha hecho Argentina es tan clara, es tan obvia, ¿cómo se entiende que la Casa Rosada la haga, la haga una vez, la reitere una semana después en conferencias de prensa abiertas y en documentos que quedan publicados? Si está comparando zapallos con manzanas, ¿por qué lo hace de manera tan explícita?
¿No queda desautorizada de manera automática esa posición?
OV - La que tú me hacés es una pregunta cuasifilosófica. Esta semana tuvimos un ejemplo claro de ello hoy, hoy le dieron el Premio Nobel de la Paz a una organización para la destrucción de las armas químicas. Los seres humanos nos encargamos al mismo tiempo de hacer armas químicas y venderlas y después de darle el Premio Nobel de la Paz a quien las destruye, y somos todos seres humanos. Los químicos esta semana estamos en el candelero, después del Premio Nobel de Química, que además se lo dieron a gente que son varios de los fundadores de lo mismo que hacemos nosotros en la facultad.
El tema es cuál es la motivación atrás. Lo del canciller uno lo puede disculpar en principio porque no tiene por qué entender de qué está hablando.
EC - Pero ¿cómo quedan parados los científicos argentinos integrantes del comité binacional que hicieron las mediciones y prepararon los informes?
OV - A eso iba. Creo que ellos están en una posición muy endeble, posiblemente van a ser mirados –si es que ya no lo son– en la comunidad científica argentina, que tiene excelentes científicos, de una forma mala. Y eso se condice con lo que ha pasado hasta ahora en Argentina, los buenos científicos argentinos que han opinado sobre este tema han sido permanentemente radiados por el gobierno.
Cuando todavía vivía Néstor Kirchner, la Academia de Ingeniería de Argentina antes de que empezara a funcionar la planta preparó un informe exhaustivo en el cual decía 'si las cosas funcionan de la manera prevista, no va a haber absolutamente ninguna afectación al medioambiente' y la Presidencia argentina se lo mandó guardar, no publiquen esta carta. Y salió ayer lo del ingeniero Enrique Martínez, el director del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), yo tengo los informes del instituto de 2008-2010…
EC - El INTI es el equivalente al LATU en Argentina.
OV - Exacto. Ellos hicieron análisis propios de metales pesados, de dioxinas, y lo que demostraron, y está en la conclusión del estudio, es que efectivamente no había ninguna afectación. Incluso hicieron todo un muestreo, es muy completo el informe, pero se lo mandaron a guardar también.
EC - Hicieron un estudio que era aguas arriba de la planta de UPM, a la altura de la planta de UPM y aguas debajo de la planta de UPM, después hicieron las comparaciones y concluyeron que no había un impacto de esa fábrica en particular.
OV - Exacto, y además encontraron que efectivamente en los barros de la costa había metales pesados y que eso probablemente era una consecuencia de la desembocadura del río Gualeguaychú, que es la otra pata de este informe que tenemos ahora.
EC - ¿Entonces?
OV - Respecto a lo técnico, siento lástima por estas personas que van a ver afectada su credibilidad; desde el punto de vista científico general, ningún científico serio apoya las alegaciones de la Cancillería argentina, y desde el punto de vista político me parece una pataleta de Argentina.
EC - Para terminar, hablemos de Gualeguaychú. Usted acaba de mencionarlo, si bien el canciller Timerman decidió difundir los datos de la delegación argentina en el Comité Científico Binacional, solo aportó información sobre el impacto ambiental de UPM, no difundió nada sobre las mediciones, que también se han hecho –porque eso preveía el acuerdo entre Cristina Fernández y José Mujica–, del otro lado del río en la desembocadura del río Gualeguaychú.
En Uruguay el portal Uypress dio a conocer esos números esta semana, hoy aparecen trascendidos en El País y en El Observador, y usted también los tiene, por supuesto. ¿Qué implican con respecto a lo que Gualeguaychú 'ensucia' el río Uruguay?
OV - El río Gualeguaychú, como cualquier río, tiene ciertos problemas de vertido, los ríos van arrastrando cosas, van arrastrando sustancias químicas y demás. (Uno puede verlo del lado uruguayo si se fija en el Yaguareté, que desemboca cerca de UPM, donde también hay puntos de medida y se hacen medidas.)
El problema más grande que tiene el río Gualeguaychú es que en su cuenca, a unos 40 kilómetros del río Uruguay, está situado el Parque Industrial de Gualeguaychú, el famoso PIG, que tiene vertidos industriales y tiene una planta de tratamiento de efluentes que es inadecuada, fue inadecuada desde el momento en que se inauguró. Yo tengo informes de análisis químicos hechos en ese momento que ya demostraban que la entrada era demasiado grande para la capacidad de procesamiento, todo eso termina en una cañada, que hay que verla para creer, es realmente interesante…
EC - Aclaremos que usted lleva años recorriendo el río Uruguay con sus trabajos académicos.
OV - El río Uruguay no, específicamente en el tema este estuve en Gualeguaychú, estuvimos en la zona uruguaya viendo los vertidos de aguas servidas y demás. O sea, un cierto conocimiento práctico del tema tengo, pero tampoco es que conozca todo el río Uruguay ni nada por el estilo.
El tema es que todo eso termina contaminando a la propia ciudad de Gualeguaychú, porque las playas están aguas abajo y por lo tanto se bañan en los efluentes diluidos de esas empresas, y termina en el río Uruguay, porque jurídicamente el Digesto establece que ese afluente termina siendo un efluente. Y de ahí ahora tenemos datos, que antes no teníamos.
EC - ¿Qué dicen esos datos?
OV - Los análisis canadienses dan números de concentraciones. El tema es: ¿esas concentraciones contaminan o no contaminan? Se puede mirar desde dos puntos de vista, yo lo puedo hacer a la argentina, alarmistamente, te puedo decir por ejemplo que el río Gualeguaychú vierte al río Uruguay 14.000 veces más hierro que UPM o que vierte 350 veces más dioxinas que UPM, o que vierte –algo que es preocupante y no debería ser minimizado– cada cinco días un kilo de mercurio al río.
¿Contamina el río Gualeguaychú al río Uruguay? Ahí estamos en la misma cosa. Atendiendo a la definición de contaminación no lo hace, porque el río Gualeguaychú tiene un caudal promedio de unos 250 metros cúbicos por segundo, y se enfrenta con el río Uruguay que tiene 5.000 metros cúbicos por segundo, entonces al cabo de un tiempo de la desembocadura del río esos efluentes se van diluyendo y terminan siendo no contaminantes.
EC - Si entiendo bien, en el propio río Gualeguaychú y en las costas del Gualeguaychú tienen un problema con la calidad de esa agua.
OV - Tienen un problema serio.
EC - La pregunta es cómo impacta eso después en el río Uruguay, que es lo común entre Uruguay y Argentina.
OV - A eso me refería. A Uruguay no lo impacta en absoluto, por dos razones, porque se diluye y porque el canal navegable del río Uruguay es una especie de pared líquida en medio del río que hace que lo que pasa de un lado difícilmente llegue al otro. Los que sí están siendo contaminados son los gualeguaychuenses por sus propias emisiones y la desembocadura del río, donde hay la presencia de metales pesados que fue demostrada por el propio INTI.
Hubo un hecho interesante una vez en el balneario de ellos, el Ñandubaisal, la gente entraba al río, se bañaba y se brotaba toda, entonces inmediatamente dijeron '¡Fue Botnia, fue Botnia!', y después demostraron que lo había pasado era que había llovido mucho, habían rebalsado las piscinas de aguas servidas y se habían bañado en sus propios excrementos. Todo eso los está afectando a ellos, a nosotros no nos está afectando, y desde el punto de vista de la salud del río, la salud general del río tampoco está afectada.
EC - ¿Usted tiene una opinión benévola sobre el estado del río Uruguay a esa altura?
OV - No soy yo el que la tiene, la opinión sobre la salud del río Uruguay está avalada por la Dinama, por ejemplo, por la CARU. El río Uruguay viene siendo controlado desde hace mucho tiempo, y según la mayor parte de sus parámetros –otra cosa es cuando hablamos del Río de la Plata, donde tenemos ya muchas otras cosas–, excepto por vertidos puntuales por ejemplo donde está la desembocadura de los colectores cloacales y cosas por el estilo, y excepto algunos parámetros como el fósforo, que ya no es un problema que podamos resolver nosotros, el río Uruguay tiene buena salud.
EC - Un fósforo que viene básicamente de la producción agropecuaria.
OV - Viene de varias cosas, viene de la erosión de los suelos, nosotros tenemos suelos con fósforo, y todo eso termina en los ríos; viene también de la producción agropecuaria, de los agroquímicos que se utilizan, de toda la materia orgánica que termina en el río. No olvidemos que el fósforo es un componente fundamental de los organismos, todo nuestro ADN está lleno de fosfato, sin eso no viviríamos, toda la energía de nuestro cuerpo se transfiere por fosfato. Todo eso termina por ejemplo en las aguas servidas y en el río, y son nutrientes que provocan los fenómenos de las floraciones algales, en algunos casos.
EC - Ese es un factor que Uruguay tiene que cuidar de la calidad de ese río que comparte con la República Argentina.
OV - Claro, sin ninguna duda Uruguay tiene que cuidarlo, Argentina tiene que cuidarlo, y lo mejor sería hacer un organismo como existe en el mar del Norte, por ejemplo, en el que varios países (Polonia, las repúblicas bálticas) se combinan para estudiar esos fenómenos y protegerlo. Pero ahí necesitamos también a Brasil.
Fuente: Radio el Espectador
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