Cada vez más mujeres conducen ómnibus y venden
boletos. Hasta hace unos 20 años su presencia era algo extraño para el
sistema. Sin embargo, en la actualidad las principales compañías de
Montevideo tienen más personal femenino, en términos porcentuales, que
la Cámara de Representantes, que cuenta con un 18 % de legisladores
mujeres, según datos oficiales.
Su presencia en la "plataforma" se puede observar en la
mayor parte de las empresas y cooperativas de transporte, salvo el
caso de COME S.A. que tiene únicamente varones encima de los ómnibus.
En esa compañía las mujeres trabajan únicamente en la
administración, un sector que ocupa un 6% de los empleados de la firma,
según reveló días atrás a El País Walter Pisciotano, actual asesor del
directorio y expresidente por décadas de la compañía.
La crisis financiera que dejó sin capital a Raincoop obligó a evaluar la situación. La cooperativa fundida tiene unas 75 mujeres en planilla, pero en realidad unas 60 están dispuestas a seguir en el negocio en otras compañías; el resto se jubilará o intentará vender su participación.
En total, unas 40 están concentradas en la actividad
de "plataforma", una tarea que alcanza a guardas, conductores y
"micreros", que hacen las dos tareas por lo que cobran un 30% extra de
salario, según explicó el dirigente sindical Marco Lombardi.
Fernando Fernández, presidente de Coetc, señaló a El
País que el 15% de la plantilla laboral de su compañía, que se integra
con cerca de 1.000 empleados, está compuesto por mujeres. "La mayor
parte de ellas trabaja directamente en los ómnibus como guarda,
conductora o micrera, y estamos en condiciones de absorber mujeres en
todo los puestos", aseveró el empresario.
Coetc funciona como cooperativa, al igual que Raincoop.
Por su parte, UCOT, la de coches amarillos, cuenta
con un total de 600 trabajadores y tiene unas 25 mujeres, según explicó
Claudio Bonsión, secretario de la compañía.
Una decena de ellas se desempeña en la "plataforma" y
el resto en diferentes funciones como administración, agencias y otros
servicios de apoyo, explicó el funcionario de UCOT consultado.
Durante la semana pasada los directivos, abogados y
contadores de UCOT, COME S. A. y Coetc se reunieron dos veces con las
autoridades de la Intendencia de Montevideo para diseñar la absorción de
Raincoop.
En el sindicato del transporte (Unott) están
convencidos de que un trueque de líneas, que pertenecen a la
Intendencia, a cambio de puestos de trabajo salvaría a los empleados
pero no a las empleadas.
Una de las complicaciones que tiene la negociación
es que la firma COME S.A. no tiene mujeres en su plantilla de
"plataforma". En la compañía se asegura que las mujeres no trabajan en
"plataforma" porque "no quieren" o no cumplen con sus "exigentes
requisitos".
Desde el gabinete del intendente Daniel Martínez se
aseguró a El País que "no se aceptará ninguna forma de discriminación en
un servicio de carácter público".
En principio, Cutcsa, la empresa con más presencia
en el mercado, está fuera de la negociación por Raincoop. La compañía
tiene algo menos de 5.000 empleados de los que un 20% son mujeres.
"Las condiciones para ser conductor o cobrador o las
dos cosas no son diferentes en las diferentes empresas, son muy
exigentes en todos los casos. En Cutcsa tenemos más de 1.000 mujeres
trabajando, 360 guardas, unas 50 conductorascobradoras y unas 600 entre
talleres, maniobristas, servicios y otros sectores como administración",
dijo Álvaro Santiago, subgerente general de Cutcsa.
Nada indica que las mujeres manejen mejor o peor que
los hombres. Ambos géneros tienen el mismo nivel de accidentes o
siniestros en el tránsito, según las estadísticas de las organizaciones
del transporte colectivo montevideano.
Sin embargo, con el pasar de los años las compañías
han notado una actitud diferente de los usuarios cuando se enfrentan a
una conductora mujer. "Cuando el público ve a una mujer trata de
colaborar y busca no estorbar; es la gran diferencia con los hombres",
dijo Santiago a El País.
El jerarca mencionó que la compañía firmó un
convenio con ONU Mujeres, la repartición de Naciones Unidas que atiende
los temas de género.
"Desde el año 2012 estamos trabajando con ellos los
temas de género. Instalamos un mamógrafo en la planta de Añón para
nuestras trabajadoras y las vecinas de la zona. En Cutcsa no hay
discriminación y hemos realizado acuerdos con el Ministerio de Trabajo
para apoyar la creación de puestos de trabajo para familias
monoparentales, incluimos un módulo de inclusión para capacitar a
nuestra gente. Apostamos fuerte por el cambio cultural", dijo Santiago.
María del Carmen Couselo tiene 56 años de edad y en
1996 entró a Cutcsa como guarda y en 1999 logró ser conductoracobradora
tras pasar las pruebas internas. Es propietaria de una parte del ómnibus
que conduce. Su marido también trabaja en la empresa pero en la línea
urbana.
Cada día cumple sus ocho horas con distintos recorridos de las líneas interurbanas.
"Todavía hay gente que se sorprende al ver una mujer
manejando un ómnibus, en la calle muchos levantan el pulgar y saludan",
afirmó Carmen.
"A veces en Avenida Italia algunos camioneros se
quitan los anteojos y abren la boca cuando ven que el ómnibus es
conducido por una mujer", contó.
La mujer, que tiene previsto trabajar hasta los 70
años, reconoció que el ingreso de mujeres obligó a la empresa Cutcsa a
realizar algunas inversiones en infraestructura. "Construyeron baños
especialmente para nosotras y ahora tenemos salas para amamantar", dijo.
En Cutcsa cuando una conductora o guarda queda
embarazada pasa a cumplir tareas en la administración. Luego del parto y
cumplida la licencia maternal, vuelve al ómnibus.
Otro caso paradigmático de la compañía es el de
Juana Silva, una mujer que, con más de 80 años resolvió no jubilarse y
seguir cumpliendo tareas como telefonista. Se trata de la primera mujer
que se desempeñó en el transporte colectivo. Comenzó en Amdet y fue
absorbida por Coptrol y más tarde por Cutcsa. Su tarea incluye
coordinar los servicios de radio en caso de emergencia.
Cada noche Mariella López guarda gran parte de la
flota. Estaciona casi 600 ómnibus. Su puesto se llama "maniobrista" y
está allí desde el año 2008.
La carrera en la plataforma tanto para hombres como
para mujeres es compleja. La norma indica que el primer puesto que se
ocupa es el de guarda, una vez adquirido ese oficio se puede apostar a
ser chofer. Para ello es necesario contar con libreta profesional
expedida por la Intendencia de Montevideo y aprobar los cursos ofrecidos
en las escuelas de conducir de las compañías.
Posteriormente la dirección de la empresa evalúa el
comportamiento del trabajador mediante su foja de servicio. Superada esa
prueba, el conductor puede aspirar a ser micrero" y ganar un 30% más de
salario. Allí pueden pasar años hasta poder participar de concursos
internos para ser inspector.
Un caso excepcional es el de Teresa Ginet. La mujer
ingresó a Cutcsa en el año 1993 como guarda, luego fue conductora y,
mediante el voto de los propietarios, llegó a ser vicepresidenta de la
empresa. En la actualidad se desempeña en el servicio médico de Cutcsa
pues mientras se desempañaba en los ómnibus estudió Medicina hasta
recibirse de cardióloga.
Florencia Rojel es modelo y guarda de Cutcsa. Todas
las tardes se sube al ómnibus a cobrar boletos.
Desde hace cuatro años
se la puede ver en las líneas 148, 163 o 180. En una oportunidad
participó como modelo para la propia compañía de transporte. Muchas
veces la gente la reconoce por sus dos tareas. En entrevista con Sábado Show confesó
que no le gusta decir: "Al fondo que hay lugar", ni recurrir al clásico
campaneo con la moneda. Prefiere decir: "Seguimos pasando en la medida
de lo posible…" o "Colaboramos, en doble fila".
Carol tiene 21 años, trabaja como guarda en la
línea 2 de Raincoop. Ayer venía cobrando boletos desde Lezica con el
coche lleno. Detrás de unas gafas de sol, contó a El País que ingresó a
la empresa en febrero pasado. Aseguró que su caso particular es de los
"más aliviados" frente a la difícil situación que le toca vivir a la
mayoría de sus compañeros. "Yo no tengo hijos pero tengo que pagar
deudas, debo juntar US$ 500 por mes para pagar mi parte", afirmó. La
"parte" a la que se refiere es la adquisición de un porcentaje de un
ómnibus que le permitirá trabajar como guarda.
"Yo me crié arriba de un ómnibus porque mi padre
trabajó toda la vida en esto", afirmó. Con respecto a la situación de
Raincoop dijo que "hay trabajo para todos" y que espera una pronta
solución para la empresa.
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