Como tantos otros en el México rural, Fidel Heras se fue a Estados Unidos de América junto a su esposa buscando una vida mejor. Durante más de una década se dedicó a recoger naranjas o uvas, dependiendo de la temporada, y así fue construyendo su propia versión del sueño americano. Pero en 2008 decidió hacer las maletas y regresar a Paso de la Reina, la remota comunidad oaxaqueña a orillas del río Verde que lo vio nacer.