Es muy habitual que cuando los gobiernos de los países se ponen autoritarios, como sucedió en Uruguay con el gobierno del presidente Jorge Pacheco Areco a mediados del siglo pasado, los primeros en rebelarse sean los jovenes con altos niveles de educación. Si a eso se añade que ese presidente ha fundido al país, como sucede en Venezuela con el Presidente Maduro que tiro por la borda todo el gran trabajo realizado por el Presidente Chávez, la mesa está servida para que las protestas sean muy grandes. Si a eso se añade que la policía (en ese caso militarizada) dispara con armas de fuego real, se está al borde del desastre y los muertos se amontonan. "Nicolás, por favor. No era malandro, era un estudiante graduado. Nicolás, por favor, soy David Vallenilla, fui tu jefe. ¡Era mi único hijo! Que esto no quede así nada más". Este desgarrador llamado de justicia lo hizo el padre del joven que el jueves murió por disparos a quemarropa de un militar en el marco de una protesta contra el régimen chavista.