Llegaron un tanto cansados tras varias horas de viaje desde República Dominicana, pero el letrero "Bienvenidos a Uruguay" les hizo relucir su mejor sonrisa. Unos metros más adelante, pasando el free shop, la entrega de las valijas y la revisión del equipaje, los esperaba Elizabeth, su madre, con quien no se abrazaban desde hacía casi cuatro años. Fue cuestión de alcanzar el puesto de control migratorio, donde se presenta el pasaporte, para que la ilusión de esos dos menores de edad se hiciera añicos. La autorización de ingreso al país, según reza la letra chica de la visa, había caducado hacía menos de 72 horas. Y el funcionario público optó por no dejarlos entrar. Se tuvieron que ir solos y sin haber visto a su mamá. Lo único que cabe para una situación asi es la palabra lamentable. Porqué no retuvieron a los niños y se comunicaron con autoridades de la Dirección de Migraciones?. No ! fue preferible actuar en el mejor estilo inhumano de las autoridades migratorias de Europa o USA.