Casi cincuenta millones de brasileños, prácticamente la mitad de quienes votaron, lo hicieron por Jair Bolsonaro en la primera vuelta electoral. Hay muchas formas de interpretar el hecho. Algunos uruguayos se horrorizan. Ven a Bolsonaro como la encarnación del mal y llegan a afirmar que la democracia (es de suponer que sólo la brasileña) está en peligro. Se dijo lo mismo cuando triunfó Trump en USA. Es extraño oír que la democracia peligra por un resultado electoral. Tal vez alguna gente confunda a la democracia con el triunfo de aquello que le gusta.