La tasa de muertes violentas intencionales en Brasil subió un 3 % y llegó a 30,8 por cada 100 mil habitantes, el año pasado. En total murieron de esta forma 63.880 personas en todo el país, lo que significa una media de 175 asesinatos al día. Se trata del peor índice de la serie histórica, iniciada en 2013.