Cuando tenía 13 años, Rosa Ketchedjian, conocida como sor Querubina, ya sabía que quería ser monja. Hoy, a los 84, sigue al pie del cañón y recuerda, como si fuera ayer, los años en que enseñaba astronomía a los liceales, las "chorizadas" que compartía con estudiantes de la facultad de derecho (ella tenía entonces 58 años) y el día en que abrió su estudio jurídico en La Teja.