En una esquina del cementerio judío número 3 de Odesa, entre matorrales y tumbas que ya nadie visita, hay un monumento que el presente ha recuperado del olvido. Se trata de un anfiteatro formado por grandes bloques de piedra y columnas de granito negro. Unas estelas recogen 305 nombres en hebreo. Son las víctimas identificadas del pogrom de 1905 contra los judíos de la ciudad. Aquella persecución étnica también provocó la mayor organización armada del pueblo judío en tierra ucrania, la de los grupos judíos de autodefensa de Odesa. Más de un siglo después, los miembros de esta comunidad vuelven a tomar las armas, ahora contra el imperialismo ruso