Un ejemplo de ésto, es el liceo Impulso, que ostenta mejores resultados que el promedio de los liceos de Finlandia, referente mundial en educación, donde tan solo repite el 3 %. En los ciclos básicos de los liceos públicos de Uruguay este número llega al 30,9 %, según las últimas cifras dadas a conocer por Secundaria y correspondientes a 2013. En el liceo número 73, de Casavalle, el 42,58 % de los alumnos no lograron promover en ese año.
En el Providencia, ubicado en el Cerro y también público de gestión privada, en 2014, su primer año de funcionamiento, no hubo ni un repetidor, según señalaron desde el centro.
Es verdad, el caudal de alumnos que atienden estos 3 liceos es menor y los jóvenes por clase también; además, mantienen programas de estudio con varias horas más que las que cursan los alumnos de los liceos públicos administrados por el Consejo de Educación Secundaria (CES) —los tres centros comenzaron las clases ya el pasado miércoles y siempre suelen terminar los cursos luego que los otros liceos—. Pero, pese a esto, las pruebas no dejan lugar a dudas de que el proyecto iniciado por el Liceo Jubilar Juan Pablo II allá por el año 2003 ha sido exitoso.
El Jubilar contará este 2015, igual que el año pasado, con unos 400 alumnos. Fueron más de 320 las familias que anotaron a sus hijos para entrar en primer año, pero luego de un sorteo quedaron tan solo 70. En realidad fueron más, ya que el centro hace una preselección antes de inscribirlos.
"Se pide que sean de la zona de Cuenca de Casavalle, porque el liceo surgió para la población de acá; que los chicos no tengan más de un año de repetición, por un tema de poder trabajar con generaciones con realidades lo más homogéneas posibles y para contemplar la madurez de los chicos en lo afectivo; y, además, nos fijamos en lo que tiene que ver con el nivel económico de la familia, porque lo que buscamos es atender a los que están en el límite de la pobreza", dijo al diario El País el director del Jubilar, el padre Ricardo Villalba.
Entre estos 400 también están exalumnos que siguen yendo al centro a realizar tareas extrahorario, mientras cursan el bachillerato en otros liceos —casi siempre privados, que suelen darles becas por los buenos resultados que logran en el Jubilar—. Y 120 que en pocos días iniciarán las clases y que son alumnos adultos con aspiraciones de poder terminar el ciclo básico. "Tenemos un plan, que fue aprobado por Secundaria, y que permite realizar los tres años en solo uno", contó Villar.
En el Impulso también se presentaron "más de 350 familias", según sostuvo a El País el director del centro, Guillermo Patritti. Y 100 alumnos fueron los elegidos. "Solo se pide que no tengan más de 14 años y que vivan en la zona", precisó. En realidad, las vacantes fueron solo 80, ya que el centro permite la inscripción de los hermanos de los alumnos que ya están cursando sin necesidad de presentarse al sorteo. En total, el liceo hoy por hoy tiene unos 300 alumnos.
En el Providencia, en tanto, que empezó recién su segundo año de ciclo básico, ya que fue inaugurado en 2014 solo con primero, entraron 60 alumnos de los 200 que se inscribieron.
El centro también cuenta con un Club de Niños (una suerte de guardería para escolares) y los que pasaron el año pasado por allí y ya terminaron la Primaria también se pudieron anotar directamente sin necesidad de participar del sorteo.
"Por eso los cupos que se abrieron no fueron tantos", manifestó a El País la directora Laura Voituret. Ella advirtió, además, que en el primer año, de los 60 alumnos que cursaron "no hubo ni un repetidor".
Nuevas iniciativas.
Para el año 2016 está anunciada la creación de dos instituciones públicas más de gestión privada. El centro educativo Los Pinos planea la apertura de un ciclo básico tecnológico también para los jóvenes de la zona de Casavalle.
"El Impulso y el Jubilar son ciclos básicos supervisados por Secundaria, nosotros lo que queremos hacer, y que va a arrancar el año que viene, es uno que sea supervisado por la Universidad del Trabajo (UTU). Se pedirá hasta sexto de escuela, y una vez que pasen por acá ya podrán entrar en un bachillerato tecnológico", explicó a El País el profesor Pablo Bartol, impulsor del proyecto.
Los Pinos están hoy por hoy en busca de un director "que trabajará durante 2014 part time y que el año que viene ya estará a cargo de la institución", añadió Bartol.
En tanto, un grupo de profesionales prepara una propuesta de bachillerato tecnológico, también para poblaciones en contexto de vulnerabilidad, que comenzaría a funcionar a partir de 2016. El plan está en la etapa de búsqueda de financiamiento y de un lugar donde instalar el centro educativo. La idea es arrancar con entre 70 y 80 estudiantes. La institución se llamará Anima.
El proyecto ya presentó a mediados de 2014 su plan de estudios al Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP) de UTU, y se espera para julio de este año la aprobación por parte del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). El costo por la formación de los jóvenes será de unos 10.000 dólares por los tres años de estudio, por eso están invitando a las empresas que colaboren. Los ideólogos del plan son la licenciada en Administración, Ximena Sommer; la psicóloga María Noel González; el project manajer Ignacio Puppo; el emprendedor en innovación tecnológica, Maximiliano Pérez; y la licenciada en Ciencias de la Educación, Dolores Buján.
Polémico.
Desde los sindicatos de la educación, en tanto, se sigue viendo con recelo las propuestas llevadas adelante por los centros educativos públicos de gestión privada. Durante la pasada campaña electoral, cuando el candidato colorado Pedro Bordaberry habló de multiplicar estas iniciativas, la Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES) salió fuerte al cruce de estas.
El secretario general de ADES, Emiliano Mandacen anunció en ese entonces que los sindicatos de la educación comenzarían "una lucha" para que se "termine con las exoneraciones a la educación privada en detrimento de la pública".
"No enseñan nada, es una especie de contención social", dijo el dirigente de ADES en declaraciones a El País. Además, denunció que "liceos como el Impulso y el Jubilar se entrevistan con las familias antes de aceptar a los alumnos, cosa que en la educación pública, y está bien que así sea, no se hace, se abarca a la sociedad en su conjunto".
Jubilar salió de la crisis económica que tenía
El padre Ricardo Villalba, director del liceo Jubilar, advirtió que el centro salió de la crisis económica que vivió en 2013, donde se vieron obligados a hacer una campaña para conseguir financiación.
"Lo cierto es que en 2014 tuvimos durante todo el año un buen flujo de donaciones. Las necesitamos porque es un centro totalmente gratuito. Ahora ya tenemos financiado todo 2015 y estamos trabajando ya en las donaciones que necesitamos para 2016", sostuvo Villalba.
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