Un tiburón ataca en un balneario egipcio a varios turistas, a 2 de ellos, un ruso y un ucranio les arranca los brazos. Apenas unos minutos después 2 mujeres son atacadas y sufren graves mutilaciones. Una de ellas pierde una mano y tiene que ser reanimada en un hospital tras sufrir un infarto. 4 días más tarde una mujer de 70 años muere tras ser atacada por otro escualo en las mismas aguas. Un 2010 sangriento.
Podría ser un buen argumento para otra secuela de la legendaria Tiburón, de Steven Spielberg, que aterrorizó a los bañistas de varias generaciones, si no fuera porque todos los ataques ocurrieron en estos días del mes de diciembre días en uno de los rincones más turísticos de Egipto, también una meca del buceo mundial: Sharm El Sheikh. Ahora, nadie puede hacer surf, natacion, esnórquel o buceo en las playas de esta localidad.
El Mar Rojo hizo un crudo honor a su nombre cuando la semana pasada dos rusos sufrieron serias lesiones tras sufrir el ataque, supuestamente, de un tiburón punta blanca oceánico cuando nadaban en la zona de Ras Nasrani, en la península del Sinaí, y les arrancó los brazos a dentelladas, según el director de Conservación del Sinaí, Mohamed Salem.
Poco después, otras dos turistas, de nacionalidad rusa, se vieran involucradas en una nueva sangría.
El Ministerio de Turismo egipcio prohibió bañarse en la zona del accidente y suspendió todo deporte acuático hasta no aclarar las circunstancias del ataque.
Un instructor de buceo, Hassan Salem, que se encontraba sumergido en el momento del segundo ataque declaró a AP que el tiburón nadó a su alrededor antes de atacar a las turistas.
"Pude espantarle tirándole burbujas a la cara, pero luego vi que se aproximó hacia una mujer y le mordió las piernas", dijo Salem. "El agua se volvió roja", afirmó el buceador, que se apresuró a sacar del agua a su alumno.
Los ataques fueron atribuidos en principio a un tiburón oceánico punta blancay luego a dos, por lo que los ministerios de Medio ambiente y Turismo respondieron cerrando las principales playas de Sharm El Sheikh, excepto Ras Muhammad, y lanzándose a una caza de tiburones.
El pasado jueves, anunciaron la captura y muerte de los escualos.
Sin embargo la Asociación para la Conservación y la Protección Ambiental de Hurghada se preguntaba en un comunicado si realmente se había capturado a los animales responsables del ataque y dudaban de que las fotos que se mostraron no coincidían con las que tenían del día del ataque.
Las autoridades egipcias se echan a temblar cada vez que algún suceso pone en riesgo su principal fuente de ingresos: el turismo.
Y Sharm El Sheikh es una de las joyas de la corona de la costa del Mar Rojo y uno de los principales centros de atracción mundial de buceadores y amantes del snorkeling que acuden a sumergirse en sus arrecifes.
En 2005 varios atentados terroristas sembraron el pánico en esta zona turística y dejaron 90 muertos y más de 150 heridos, por lo que el gobierno Egipcio ha hecho en los últimos años un esfuerzo por limpiar la imagen de esta región de la península del Sinaí y promover el turismo subacuático.
"El Gobierno ha creado una alarma injustificada en los medios de comunicación", señalaba el doctor Mahmoud Hanafy, profesor de biología marina en la Universidad del Canal de Suez, en declaraciones a un diario egipcio.
El doctor aseguraba que el enfoque del problema había sido erróneo al cerrar unas playas sí y otras no puesto que un tiburón puede nadar cientos de kilómetros cada día y es imposible determinar dónde atacará.
El cambio del ecosistema en el Mar Rojo por la pesca incontrolada y la comida que se lanza desde los barcos turísticos y comerciales puede ser una de las causas de este tipo de incidentes, según científicos egipcios.
"Esta práctica altera la ecología marina y hace que el hombre se asocie con los alimentos en las mentes de los tiburones", afirmaba Hanafy.
Los ataques de tiburones son raros en el Mar Rojo. El último se registró en 2009, al sur de Hamata y en él se vio afectado un turista francés. El incidente fue investigado por las autoridades locales.
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