Arabia Saudita pretende ser conocida por algo más que petróleo y se propuso para 2018 finalizar la construcción de un coloso. Con 10 mil habitaciones en sus 12 torres de 45 pisos, el Abraj Kudai, el hotel más grande del mundo, albergará 70 restaurantes, cuatro helipuertos y cuatro pisos llenos de habitaciones ultra lujosas para la familia real, según reveló el diario inglés The Telegraph
Cinco pisos estarán reservados para el uso exclusivo de la familia real. Según Arabian Business, diez de las torres estarán clasificadas como hoteles de cuatro estrellas, mientras que las dos restantes estarán reservadas para clientela especial, y serán de cinco estrellas. El coste estimado del proyecto es de 3 500 millones de dólares USA, con una superficie total de aproximadamente 1,4 millones de metros cuadrados.
La firma londinense Areen Hospitality ha sido contratada para diseñar las habitaciones y el interior del hotel.
Su diseño estuvo a cargo de la firma Dar Al-Handasah y su construcción costará alrededor de 3.5 billones de dólares y abarcará 1.4 millones de metros cuadrados. Curiosamente, está ubicado en La Meca, a dos kilómetros de la Masjid al-Haram, la mezquita más sagrada del islam y destino final de millones de peregrinos todos los años.
Diez de las torres serán hoteles cuatro estrellas, mientras que las dos restante serán reservadas para clientelas especiales bajo la calificación de cinco estrellas, aunque la apuesta es tener distintas áreas con servicio "seis estrellas", algo inalcanzable hasta ahora dentro de esas escalas.
"Con un tamaño sin precedentes, su distinguida ubicación, la exposición y el estilo arquitectónico, el edificio será un hito llamativo con una identidad profundamente multifuncional moderna, en relación tanto a su localización saudí como a la universalidad islámica de los usuarios previstos", aseguran desde el estudio que dió vida a este gigante.
Desde el punto de vista arquitectónico, el Abraj Kudai se define por las líneas tradicionales árabes, aunque empleando la totalidad de la tecnología de punta, capaz de hacer olvidar el desierto más allá de la ventana, en cuanto a confort.
La crítica no dejó escapar este aspecto y periódicos como The Guardian señaló que su diseño "podría haber sido creado por un diseñador de Disneyland".
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