Todos pensábamos que el partido que se jugaba en el Estadio Franzini era parejo. Que el equipo que ganara podía hacerlo con un gol de diferencia y en un trámite parejo. Pero no fue así. Danubio salió a la cancha con un cuchillo entre los dientes y ropa de camuflaje, dispuesto a matar o morir. Y M. Wanderers por el contrario salió de frack y galera, como aquella persona que va a una gala en el teatro, pensando en los saludos de cortesía y la amabilidad. Y así le fue al bohemio. Los franjeados le pasaron por arriba sin misericordia.
La impresión que me da es que los jugadores bohemios entraron a la cancha pensando, vaya uno a saber porque motivo, que Danubio les iba a dejar realizar el fútbol habitual.
Y Danubio realizó una marca a presión muy eficiente, rompiendo el juego ya desde el área de Wanderers. Bloqueando los circuitos de juego del rival, recurriendo a la falta cuando era necesario y saliendo a jugar a un toque con una dinámica y una velocidad impresionantes.
Y no tuvo armas el equipo del Prado para enfrentar esa situación. La salida fue muy lenta, cansina diríamos, se erró bastante en el pase y la defensa y los medios de Danubio anticiparon mucho y bien y además fueron eficientes al concretar en goles.
Danubio lo ganó por dos aspectos básicos del fútbol en este tipo de partidos definitorios: actitud táctica y mental. Salió con el objetivo de cercenar los circuitos del fútbol de Wanderers, imponiendo presencia física, cortando cuando había que cortar, cerrando caminos y buscando proyección cambiante.
Wanderers pareció no haberse sacudido del todo el festejo del fin de semana anterior. Quiso jugar una final –que la era para el bohemio- a ritmo de toque, jugando a la pelota en vez de hacerlo con la firmeza de un partido que tenía que ser el último, el que le pusiera el adorno final a un año redondo, que se destiñó un poquito con este resultado que era casi imposible imaginarse, por la amplitud del tanteador y la claridad del dominio que impuso Danubio a lo largo de todo el encuentro.
Quedó claro que esa diferencia marcó el trámite, volcando la balanza en forma definitiva para el lado de la franja. Mientras el ganador funcionaba como equipo, compactado tácticamente, el rival lo buscaba en forma individual. Riolfo buscando la pelota, pero abusando del traslado, cuando la presión que ejercía Danubio impedía ese tipo de manejo. Quedó aislado el equipo de Arias. Por un lado Pastorini que buscaba por un lado, por otro Riolfo y con Sergio Blanco aislado arriba.
Los trazados tácticos que impuso Leonardo Ramos complicaron a la idea de juego de los muchachos de Alfredo Arias. Y allí nació la victoria. No hay discusión. Fue un sometimiento prácticamente constante, que tuvo como pago final ese 3:0 que aplazó la definición. Wanderers no jugó su final con la claridad de juego que tiene. Se sintió atado y cuando quiso reaccionar era tarde.
Danubio jugó la semifinal, de la forma que debía. Eso emparejó las cosas. Ahora a dos partidos. Allí se sabrá la realidad final. Mientras tanto, Danubio se trepó a la Copa Libertadores en la zona de grupos, relegando a Nacional a jugar la zona de clasificación del certamen internacional y mandando a River Plate a la Copa Sudamericana.
DANUBIO 3:0 WANDERERS
Cancha: Estadio Franzini.
Jueces: Daniel Fedorczuk, Nicolás Tarán y Richard Trinidad.
DANUBIO: Salvador Ichazo, Emiliano Velázquez, Matías De Los Santos, Federico Ricca, Camilo Mayada, Fabricio Formiliano (68´Guillermo Cotugno), Gonzalo Porras, Leandro Sosa, Ignacio González (87´Gastón Faber), Diego Martiñones y Bruno Fornaroli (80´Hugo Soria). Director técnico: Leonardo Ramos. Suplentes: Franco Torgnascioli, Jadson Viera, Jorge Zambrana, Horacio Sequeira.
M. WANDERERS: Federico Cristóforo, Mauricio Gómez, Gastón Bueno, Martín Díaz, Maximiliano Olivera, Guzmán Pereira (40′ Nicolás Albarracín), Santiago Martínez (87´Adrián Colombino), Gastón Rodríguez, Diego Riolfo (46′ Javier Cabrera), Rodrigo Pastorini y Sergio Blanco. Director técnico: Alfredo Arias. Suplentes: Martín Rodríguez, Emiliano Díaz, Leandro Paiva, Martín Rivas.
GOLES: 19′ Federico Ricca (D), 37′ Leandro Sosa (D), 54′ Fabricio Formiliano (D).
Tarjetas amarillas: 15′ Fabricio Formiliano (D), 28′ Federico Ricca (D), 33′ Santiago Martínez (W) y Sergio Blanco (W), 45′ Gastón Bueno (W).
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