El estudio, Panorama social de América Latina 2010, presentado en Santiago de Chile revela que, en 2009, el país disminuyó la pobreza del 14% al 10,7%, respecto a 2008.
Este nuevo dato que da a conocer hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) está en sintonía con una de las prioridades del gobierno del presidente José Mujica: bajar la pobreza y eliminar la indigencia.
"No queremos un país sólo con números positivos, sino un país bueno para vivir (…) No nos vamos a olvidar de los que quedaron al costado del camino", había afirmado José Mujica en su discurso del 1° de marzo de este año, cuando asumió la Presidencia.
A su vez, esta reducción en 3,3 puntos porcentuales responde a un comportamiento generalizado de la región.
El informe de la Cepal señala que la pobreza y la indigencia de América Latina caerán 1,0 y 0,4 puntos porcentuales en 2010, en relación a 2009, año golpeado por una crisis financiera internacional.
Según el estudio, se espera que este año un 32,1% de los habitantes latinoamericanos permanezca en situación de pobreza y un 12,9% en la indigencia.
La investigación indica que ese guarismo representaría unos 180 millones de pobres; 72 millones de ellos serían indigentes. Estos números marcan una disminución respecto a 2009 (183 millones de pobres y 74 indigentes).
La evolución es aún más notoria si se tiene en cuenta el año 2002, donde la Cepal registró 221 millones de pobres y 97 millones de indigentes.
En tanto, si se desglosa por país, además de Uruguay, también bajaron la pobreza, en 2009, Brasil (del 25,8% al 24,9%), Paraguay (58,2% al 56%) y República Dominicana (del 44,3% al 41,1%).
En cambio, en el mismo período comparativo, la pobreza aumentó en Costa Rica del 16,4% al 18,9% y en Ecuador del 39% al 40,2%.
La Cepal propone tres tipos de medidas para combatir la desigualdad: "un esquema de transferencias monetarias a los hogares con hijos de 0 a 14 años que mejoren las oportunidades de las familias de contar con un entorno adecuado para la socialización del niño (nutrición, vivienda, vestimenta); el financiamiento de políticas que cubran los costos corrientes de incorporar a quienes no están cubiertos por servicios educativos y de cuidado (0 a 17 años) y otro conjunto de transferencias monetarias relacionadas con los servicios de empleo y formación, que se orienten directamente a los jóvenes en procesos de emancipación a la vida adulta (15 a 24 años)".
Según el organismo internacional, con estas medidas la pobreza podría experimentar un descenso más profundo: de hasta 25 ó 30% en países como Guatemala y Nicaragua, y "cercano a las terceras partes de la pobreza actual en naciones con mayor desarrollo social, como Uruguay y Chile", indica el estudio de la Cepal.
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