Funcionarios irlandeses y de la UE prometieron el pasado martes 16, estabilizar a los bancos involucrados en la crisis financiera del país, para restaurar la confianza en la eurozona, pero no consiguieron un acuerdo sobre un rescate.
El miércoles, Gran Bretaña, que ha hecho severos recortes de austeridad para evitarse una crisis de deuda, también ofreció ayuda para proteger a sus bancos, fuertemente expuestos a la situación irlandesa.
Irlanda insiste en que no quiere un paquete de rescate porque tiene suficiente dinero hasta mediados del año próximo y recela las condiciones que se adjuntarían a la ayuda del FMI.
Pero los países de la UE temen que el torbellino se extienda a otras naciones endeudadas, como Portugal.
Representantes de la UE, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional estarán en Dublín el jueves para examinar los libros del gobierno y de los bancos.
Mientras tanto, Londres ofreció su apoyo adicional al paquete que pueda brindar la eurozona.
Gran Bretaña 'está lista para respaldar a Irlanda' en cualquier forma que necesite para estabilizar su sistema bancario, dijo el ministro de Finanzas, George Osborne. Gran Bretaña es miembro de la UE, pero no de la eurozona.
La oferta británica 'es natural, porque los bancos británicos están muy expuestos en Irlanda', dijo el jefe de asuntos financieros de la UE, Olli Rehn.
Irlanda ha asumido el control de tres bancos y se espera que tome más, en un esfuerzo de rescate que ya alcanza 45.000 millones de euros (61.000 millones de dólares) y muy probablemente elevará el déficit del país en el 2010 a 32% del PBi.
Los problemas europeos con la deuda han influido sobre los mercados de acciones y bonos y han preocupado a los inversionistas más allá de Europa.
En Washington, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que las autoridades yanquis 'siguen creyendo, como en el caso de Grecia, que Europa tiene la habilidad para lidiar con la crisis en Irlanda y posiblemente en otros países'.
La prioridad para los líderes europeos es impedir que las tribulaciones irlandesas se propaguen a otros países vulnerables de la eurozona y muchos consideran que una respuesta concreta es la única solución.
Subrayando la importancia de una decisión sobre Irlanda para el sector bancario de la eurozona, Josef Ackermann, director del Deutsche Bank AG, también asistió a la reunión de ministros de finanzas.
Advirtió que podía haber una situación de 'contagio' que debía evitarse a toda costa.
Después de Irlanda está Portugal, uno de los miembros más pequeños de la eurozona con el 1,8% de su economía, pero que a juicio de algunos ha hecho menos que Irlanda para controlar la deuda y los déficit.
Y luego le sigue España, con una carga de deuda proporcionalmente menor, pero con una economía tan grande (el 11,7% de la producción de la eurozona) que podría presentar un desafío mucho mayor en el caso de necesitar ayuda.
Los gobiernos que luchan con la deuda _abultada durante la recesión y en algunos casos por años de vivir por encima de sus posibilidades_ han reducido gastos y aumentado impuestos.
Pero a su vez esas medidas de austeridad amenazan socavar el desesperadamente necesario crecimiento económico, lo que les dificulta pagar sus deudas.
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