Cuando sobre las 00.30 de Uruguay de este miércoles 13 de octubre 2010, vimos llegar al fondo del socavón al primero de los rescatistas y luego a la 01.05 llegar a la superficie al primero de los mineros, creo que todos sentimos una sensación de alivio ante el hecho que esos trabajadores pudieran salir de la trampa, que unos años atrás hubiera sido mortal.
Esta mañana temprano, cuando eran siete los rescatados, solamente dos fueron trasladados al Hospital Regional de Copiapó: Florencio Ávalos, el primero en salir de la mina, y Mario Sepúlveda.
Los otros cinco recibieron atención en el hospital de campaña ubicado al lado de la salida del conducto, en el campamento La Esperanza.
A media tarde, cuando eran los 17 los rescatados, 14 ya se encontraban en las instalaciones hospitalarias de Copiapó.
La situación de salud de los primeros mineros rescatados desde el fondo de la mina San José, en el norte de Chile, "es bastante buena", afirmó el ministro de Salud, Jaime Mañalich, en una rueda de prensa en las afueras del yacimiento.
"La situación de salud de ellos es bastante buena", señaló Mañalich, tras la salida de los primeros mineros.
"Las cosas van extraordinariamente hasta aquí (...) incluso mejor de lo presupuestado", agregó el ministro, sobre las condiciones médicas de los rescatados y un más rápido avance de la operación.
El que salió más delicado de la mina fue el más joven del grupo, Jimmy Sánchez, que de inmediato fue puesto en una camilla. Se lo notaba sensiblemente afectado y sin fuerzas.
Por su parte, el Dr. René Aedo, jefe de turno del Hospital Regional De Copiapó, relató a EL PAÍS en exclusiva el proceso de atención que están recibiendo los mineros.
"El hospital tiene todas las condiciones necesarias para que todos los mineros puedan descansar. Ellos está en una situación de internación electiva, no de emergencia, entonces lo más importante es que ellos descansen", afirmó el responsable del centro asistencial.
"El protocolo tiene varias etapas. Desde el punto de vista médico primero se le hace una evaluación médica general, ahí se le hace una historia clínica, y después viene la evaluación y los exámenes de laboratorio. Luego se les hace radiología, exámenes oftalmológicos, dentales, con radiografías dentales.
Luego de hechas esas evaluaciones se comienza con los procedimientos resultantes. Pero en este momento estamos practicando el protocolo de evaluación. A nadie se le aplicó procedimiento todavía", explicó.
Anoche, la avenida principal de Copiapó resplandecía gracias a la red de luces que la alcaldía instaló a lo largo del camino que debía recorrer la ambulancia que traiga a los mineros y a la vuelta de la manzana del hospital, las centenas de banderas se agitaban desde temprano al son de las bocinas en las veredas y hasta las pelucas multicolores que llevaban puestas la mayoría de los jóvenes.
Pero el show de luces no se terminaba ahí. Decenas de patrulleros verdes y blancos con las sirenas prendidas, ambulancias, camiones de bomberos y alguna luz psicodélica agitada por un grupo de niñas hizo de la espera una fiesta.
Hacía mucho frío y el café era moneda corriente, pero al canto de: "Chi-chi-chi, le-le-le, los mineros de Chi-le", los grupos de familiares y amigos que se acercaron hasta la puerta misma del centro asistencial en el que los mineros estarán internados durante 48 horas se las ingeniaron para sacarse el frío.
Dos pequeños televisores rodeados de decenas de personas eran el único medio de información al que se podía acceder desde las veredas del sanatorio para saber qué estaba pasando en la mina.
Hasta allí llegaron hermanos del trabajador boliviano Carlos Mamanis, único extranjero del grupo y cuarto en ser rescatado.
En diálogo con el diario El País, contaron que viajaron más de 40 horas en ómnibus para llegar hasta Copiapó desde Cochabamba. La noticia de que su hermano estaba vivo los llenó de una inmensa alegría ya que al principio lo daban por muerto.
Dijeron que ahora sólo tienen palabras de agradecimiento y esperan el momento de abrazar a Carlos una vez más.
En el centro de la ciudad, dos pantallas gigantes trasmitían imágenes en vivo y cada noticia del avance o retroceso de la operación generaba que la multitud se agitara y, por un instante, perdiera el frío.
Esperanza y fervor y júbilo eran los factores comunes entre los vecinos, familiares, amigos, prensa y hasta los propios policías que llenan las calles de Copiapó en la madrugada uruguaya.
Las caravanas de autos embanderados no cesaban anoche en Copiapó y cada vez se juntaba más gente en las cercanías del Hospital, mientras crecían las especulaciones sobre la hora de llegada del helicóptero que trasladará al primer minero.
La cuidad de Copiapó nunca estuvo tan alborotada un miércoles a la noche. Habitualmente la cena se toma a las 20.30 y dos horas después, "con la comida bien bajada", todos se van a dormir.
En la calle la sensación térmica es de 2 grados, pero lo que está sucediendo a menos de 50 kilómetros, en la entrada de la mina San José, hace que el frío pase desapercibido.
La emoción y las reacciones con la salida del segundo y tercer minero no fueron menores que con el primero. La euforia continúa y los vecinos están atentos a cada uno de los viajes de la cápsula. Algunos, incluso, rezando entre labios para que no suceda nada.
Anoche, la avenida principal de Copiapó resplandecía gracias a la red de luces que la alcaldía instaló a lo largo del camino que debía recorrer la ambulancia y, a la vuelta de la manzana del Hospital Regional de Copiapó, las centenas de banderas se agitaban desde temprano al son de las bocinas en las veredas y hasta las pelucas multicolores que llevaban puestas la mayoría de los jóvenes.
Pero el show de luces no se terminaba ahí. Decenas de patrulleros verdes y blancos con las sirenas prendidas, ambulancias, camiones de bomberos y alguna luz psicodélica agitada por un grupo de niñas hizo de la espera una fiesta.
Hacía mucho frío y el café era moneda corriente, pero al canto de: "Chi-chi-chi, le-le-le, los mineros de Chi-le", los grupos de familiares y amigos que se acercaron hasta la puerta misma del centro asistencial en el que los mineros estarán internados durante 48 horas se las ingeniaron para sacarse el frio.
Frente a la puerta del hospital, asediada por las cámaras de las cadenas internacionales de televisión, los focos de luces y los móviles satelitales, la puerta del regimiento de Infantería Nº 23 de Copiapó, donde se acondicionó el helipuerto, estaba oscura y silenciosa.
Los efectivos tenían bien claro que a pesar de la ebullición ferviente fuera de las murallas, el primer vuelo llegaría muchas horas después, ya entrada la madrugada.
Frente al regimiento y al lado de la puerta del hospital, Irma es una de las grandes beneficiadas de todo este jolgorio. Su quiosco "Diarios y revistas Chañarcillo", rápidamente se transformó en la cafetería de toda la prensa internacional. Por lo que la señora tuvo que agregar algunos productos a su stock.
"Hoy a la mañana sólo tenía diarios y revistas, ahora estoy vendiendo gaseosas, y armé un pack de te con panecillo a sólo $500 ($ 20 uruguayos)", dijo.
Su comercio cierra, habitualmente, a las seis de la tarde, pero ayer decidió quedarse hasta poco más de la medianoche.
"Ya le avisé a mi marido que después de las doce me voy a casa así puedo ver el rescate tranquila", contó mientras vendía otro de sus exitosos packs.
Dos pequeños televisores rodeados de decenas de personas eran el único medio de información al que se podía acceder desde las veredas del sanatorio para saber qué estaba pasando en la mina y cómo continuaba el operativo de rescate.
En el centro, dos pantallas gigantes trasmitían imágenes en vivo y cada noticia del avance o retroceso de la operación generaba que la multitud se agitara y, por un instante, perdiera el frío.
Además de esperanza y fervor y júbilo, el factor común entre los vecinos, familiares, amigos, prensa y hasta los policías fueron las especulaciones.
"Acá no va a llegar nadie hasta las 5 de la mañana", afirmó, con seguridad, uno de los custodios de la entrada del hospital. Para el jefe del operativo, en cambio, las ambulancias pueden llegar "en cualquier momento", y Marcelo, productor del Canal 7 de Copiapó, apostó la ronda de café a que los primeros llegan al hospital antes de las 3.30 (hora local).
La foto del alcalde Maglio Cicardini, junto al cartel con la inscripción "Bienvenidos, héroes del bicentenario, les saluda su alcalde", comenzó a sacudirse con el festejo eufórico cuando el altavoz anunció: "¡Bajó el primer rescatista!". Con esas palabras comenzó el carnaval noctámbulo que se repitió con la salida de cada minero.
Los socorristas navales que descendieron ayer a rescatar a los mineros están "preparados incluso para tratar un infarto al miocardio" y cuentan con fármacos para manejar la ansiedad "si fuera necesario".
Son el sargento Roberto Ríos Seguel, el cabo primero de la Armada Patricio Roblero y el sargento segundo Cristián Bugueño. Bajo tierra están acompañados de Manuel González, el primero en bajar.
Fueron seleccionados por su formación profesional, experiencia y sus capacidades en el manejo de situaciones extremas de confinamiento.
"No queremos llegar como militares, tenemos que romper el hielo. Tenemos que tener un acercamiento más amigable. Un `ceacheí`, no sería malo", dijo Roblero.
Su plan era, una vez abajo, establecer contacto médico, explicar a los mineros cómo sería la maniobra y luego iniciar el ascenso según la lista definida por las autoridades, aunque tienen la facultad de modificarla tras evaluarlos.
Después de salir a la superficie, los mineros están siendo trasladados en helicóptero hacia el Hospital Regional de Copiapó, donde todo está dispuesto de manera especial para ellos. "Está todo pronto desde hace tiempo. Todo funciona en el segundo y tercer piso", contó un responsable.
"El segundo piso está destinado a los que estén mejor tras el control médico previo en la mina. Allí hay 8 habitaciones con dos camas cada una, es decir que allí estarán unos 16 mineros que estén en buenas condiciones", añadió la fuente.
En el tercer piso, una de las áreas más modernas, hay 10 camas donde serán ubicados los trabajadores con algún tipo de complicación, explicó un funcionario. "Allí se ha instalado una Unidad de Tratamiento Intensivo", agregó.
En la Unidad de Cuidados Especiales hay un sistema de black out, máquinas de monitoreo cardíaco y una bomba de aspiración y oxígeno.
Cuidados intermedios y terapia intensiva, adonde podrían ser derivados los trabajadores, "son áreas que todavía se están implementando y adaptando a medida que pasan los días y se acerca el rescate", explicó el director del recinto, Hernán Rojas.
El ministro de Salud Jaime Mañalich precisó que cada minero pasará un mínimo de dos días en el hospital, donde podrán ser visitados únicamente por "unos pocos amigos, familias o compadres de fútbol".
La mayor preocupación médica son los cuadros respiratorios y los problemas de la piel por infecciones por hongos tras vivir en el 89 % de humedad de la mina y con temperaturas en torno a los 30 grados celsius.
Esteban Rojas fue el minero número 18 en salir a la superficie. Los rescatistas le recordaron la promesa que realizó, inmediatamente de que saliera de la cápsula Fénix.
El minero de 44 años había prometido a su mujer, con la cuál está casado hace 25 años, ahora también realizaría la ceremonia religiosa.
Omar Reygadas, de 56 años, que ya había sufrido en tres ocasiones accidentes en sus 30 años de trabajo como minero, fue el decimoséptimo trabajador rescatado.
Fue el primero tras el arribo a la superficie de Daniel Herrera, de 27 años, que era el último de los considerados "débiles" en ser rescatado de la mina San José.
Antes había sido el turno de Víctor Segovia, de 48 años, que, además de ser casado y electricista de profesión, escribió una bitácora de los casi 70 días de encierro.
Al salir fue saludado cálidamente por el presidente Sebastián Piñera y su esposa Cecilia Morel, quienes lo aguardaban en la boca del ducto.
"Gracias por tu liderazgo; vamos a leer tus notas", le dijo Piñera al minero.
Casi 40 minutos antes, el hijo de Víctor Zamora, de 33 años, no pudo aguantar la ansiedad y se acercó a su padre antes de que pudiera ser liberado de la cápsula Fénix. Mientras tanto, el presidente Sebastián Piñera recibía el saludo del presidente brasileño Lula Da Silva.
Antes de ser trasladado, Zamora se encargó personalmente de agradecer al mandatario chileno todo lo realizado para rescatarlos.
Por su parte, los familiares de Carlos Barrios, de 27 años se emocionaron cuando el minero fue liberado de la cápsula Fénix sobre el mediodía uruguayo.
Gritaban: "Por favor, dejen verlo".
Enseguida se abrazó con su padre, quién había transmitido la fuerza del líder de uno de los grupos de trabajo durante toda la odisea.
Edison Peña, de 34 años, fue el duodecimo en salir de la mina San José. Al igual que Jorge Galleguillos, de 56 años, fue recibido por los presidentes Sebastián Piñera de Chile y Evo Morales de Bolivia.
Edison es soltero, aunque fue esperado por su novia. Desde el principio marcó su necesidad de salir de la mina y escribió que muchas veces salía a correr cuando los otros mineros dormían.
Por su parte, Galleguillos es minero de toda vida y posee una gran colección de minerales recolectada de todos los yacimientos dónde estuvo.
Alex Richard Vega, de 31 años, fue el décimo minero en salir de la cápsula Fénix. La preocupación de sus familiares se debía a que sufre de hipertensión arterial e insuficiencia renal, además de úlceras nerviosas.
Su padre, también minero, se cambió de nombre para poder participar de las tareas de rescate, que estaban prohibidas para los familiares.
Antes que Vega, salió Mario Gómez, de 62 años, que fue el minero que escribió el primer mensaje. Gómez salió ondeando la bandera chilena.
El caso de Gómez era el más difícil por que sufre de hipertensión y debió utilizar una máscara especial por problemas respiratorios. Su esposa se mostraba visiblemente emocionada durante el ascenso.
Antes que él, fue el turno de Claudio Yañez, de 34 años, quién anunció que se casará con su mujer, tal y como lo prometió estando atrapado.
El emotivo y eterno abrazo del primer minero rescatado, Florencio Avalos, con Byron, su hijo de siete años que rompió en llanto, fue seguido por los familiares de los otros mineros, agrupados en torno al fuego en las afueras de la mina San José, que también lloraron al ver materializarse el milagro.
Ni bien emergió la cápsula con Avalos, de 31 años, se lanzaron globos al aire y llovieron confetis sobre las cabezas de familiares de los mineros y los periodistas en el campamento Esperanza. Hasta vuvuzelas empezaron a retumbar en los alrededores de la mina en fiesta.
Ávalos fue seguido en el ascenso por el minero Mario Sepúlveda y tras él subieron Juan Illanes, el boliviano Carlos Mamani, Jimmy Sánchez, Osman Araya y José Ojeda.
"Me parece que pasó como un año", dijo Elsa Palma, madre de Illanes.
Hubo momentos de tensión mientras socorristas y funcionarios esperaban ver salir la cápsula con Avalos, que emergió poco después de la medianoche del martes (03H11 GMT) tras un viaje de unos 15 minutos en un ducto de 622 m de largo y de apenas 66 cm de diámetro.
El segundo rescatado, Sepúlveda, iba gritando mientras emergía "Viva Chile, mierda", con una potente voz que se dejaba escuchar hasta la superficie.
Apenas bajó de la cápsula comenzó a repartir pedazos de roca que regaló al presidente Sebastián Piñera y a otras autoridades, que trajo en un vistoso bolso amarillo. Luego abrazó eufórico a varios socorristas.
"No nos traten como artistas ni periodistas; quiero que me traten como minero. Quiero morir amarrado al yugo", dijo.
Por su parte, el boliviano Mamani se arrodilló apenas salió para luego abrazar a su esposa, Verónica Quispe, y a Piñera, quienes portaban la bandera boliviana.
"Este es un rescate que no tiene parangón en la historia de la humanidad. Nunca antes se había intentado un rescate así", dijo Piñera, que recibió a los cuatro primeros mineros en la boca del ducto.
El presidente boliviano, Evo Morales, quien había señalado que estaría para la salida de Mamani, lo visitó en el hospital instalado en la zone de rescate.
La noche del martes estuvo cargada de intensidad: en las últimas pruebas con la cápsula Fénix, para verificar que llegara sin problemas al fondo de la mina, su puerta se golpeó y tuvo que ser reparada. Luego volvió a enviarse de ida y vuelta, y ya no hubo problemas.
Finalmente, el rescate comenzó hacia las 23H20 locales (02H20 GMT del miércoles) con el descenso por el ducto del socorrista Manuel González, que en 16 minutos llegó hasta el fondo y fue recibido por los mineros con abrazos y aplausos.
Luego Avalos -estrenando el procedimiento que seguirían los restantes mineros- se puso una ropa especial, ingresó a la cápsula y fue asegurado por González. Al cabo de unos pocos minutos de instrucciones partió, tras despedirse de sus compañeros.
Hubo mucho suspenso hasta que por fin Florencio emergió en la boca del ducto en los primeros minutos del día 13 (hora de Chile).
"El primer minero ya está con nosotros; lo vimos abrazar a su esposa Mónica y a su hijo Byron con una ternura que nos conmovió", dijo Piñera, que también lo abrazó.
Avalos y Sepúlveda fueron llevados en un helicóptero al hospital de la ciudad de Copiapó, para un chequeo general. Todos los demás tendrán que seguir el mismo trámite.
En las afueras del hospital centenares de personas celebraban.
El rescate de los mineros ha tenido impacto mundial. La televisión estatal chilena calculó en unos 1.000 millones el número de televidentes que seguían una de las operaciones de rescate más espectaculares de la historia.
El destino de estos 33 hombres, que quedaron atrapados el 5 de agosto a casi 700 m bajo tierra sin que se supiera de ellos por 17 días, se convirtió en una historia apasionante para habitantes de todo el mundo.
"Nuestros pensamientos y oraciones acompañan a los mineros, sus familias y los valientes hombres y mujeres que han estado trabajando tan arduamente para rescatarlos", dijo el presidente usamericano Barack Obama en un comunicado difundido por la Casa Blanca.
Mientras, el Congreso de los Diputados español se congratuló "por el éxito de las operaciones de salvamento de los 33 mineros chilenos".
"Es increíble que los rescaten un 13 de octubre, el mismo día que nosotros, hace 38 años, nos estrellamos en la cordillera de los Andes", aseguró emocionado a El País Gustavo Zerbino, mientras seguía por televisión el rescate de los 33 mineros.
En 1972 un grupo de jóvenes uruguayos sobrevivió al frío, el hambre y a la noticia de saber que abandonaban su búsqueda porque los daban por muertos.
Hoy, 33 mineros sobreviven a permanecer más de dos meses bajo tierra, al calor y a la oscuridad. Ambas vivencias son disímiles. Sin embargo, la lucha por vivir une a los mineros con los protagonistas de la tragedia de los Andes.
Gustavo Zerbino, quien hace 38 años estudiaba medicina y ahora imparte conferencias sobre motivación personal, seguía anoche "emocionado" cada paso de los rescatistas y los mineros en la mina San José.
Él fue uno de los 40 pasajeros y cinco tripulantes que viajaba en el avión Fairchild F-227 de la Fuerza Aérea uruguaya que se estrelló el 13 de octubre de 1972 en la cordillera de los Andes. Después de 72 días de estar incomunicado en la montaña se transformó en uno de los 16 sobrevivientes.
Para Zerbino es "imposible" no recordar y asociar los días de calvario que le tocaron vivir en medio de la nieve, con la desgracia y el proceso que están viviendo los mineros chilenos.
"Estoy siguiendo todo por televisión y siento una alegría inmensa de ver todo el trabajo que están haciendo en Chile. Me emociona pensar el momento en que esos hombres se encuentren con sus familias. Es gente muy humilde que tuve el gusto de conocer", aseguró el sobreviviente uruguayo.
Zerbino llegó a Montevideo el pasado lunes desde Chile, luego de jugar un partido de rugby como todos los años en ésta fecha. La actividad es en homenaje a sus amigos fallecidos en la tragedia y representa el encuentro que no pudieron disputar hace 38 años.
Zerbino dijo que le hubiera "encantado" poderse quedar en Chile para apoyar el rescate pero "compromisos laborales impostergables" lo obligaron a regresar a Uruguay.
"Yo tendría que estar hoy en la mina San José, de hecho dejé la bandera uruguaya en representación nuestra hasta el momento en que volviéramos, pero tuve que regresar a Uruguay", comentó con tristeza.
El uruguayo afirmó que entre ambas tragedias "hay muchas coincidencias" pero también "diferencias".
"Ellos tuvieron contacto con la civilización y nosotros nunca tuvimos un punto de referencia sobre lo que pasaba. Tuvieron comida, medicamentos. Son cosas diferentes, de hecho, cuando hablé con ellos por videoconferencia les dije que estaban viviendo un Gran Hermano real donde todo el mundo los estaba siguiendo por televisión".
Zerbino cree que a los mineros les resultará "difícil" "entender" el giro que tomará sus vidas luego de una tragedia que los transformó en "héroes": se planean películas que relaten sus vivencias, libros y hasta les cursaron invitaciones para visitar diferentes países. Los medios de comunicación del mundo además, se disputan una entrevista exclusiva con alguno de ellos.
"Los seres humanos tenemos una gran capacidad de adaptación. Estoy seguro de que ellos van a saber convertir este problema en una oportunidad, como lo hicimos nosotros", dijo y alertó que mientras dura el proceso de "reinserción" deberán estar tranquilos, con sus familias y no dejarse acosar por la prensa.
"Nosotros hicimos una conferencia de prensa pero después nuestras familias nos protegió y nos llevó por un tiempo lugares lejanos. Recién seis meses después empezamos a trabajar para hacer un libro".
La primer oferta que recibieron los mineros es la de un viaje en noviembre a Grecia, adonde fueron invitados por una empresa minera.
Para la misma fecha recibieron una invitación del presidente chileno Sebastián Piñera para acompañarlo a una gira oficial a Bolivia, donde se reunirían con los mandatarios de ese país y de Brasil, Evo Morales y Luiz Inácio Lula Da Silva.
También tendrán oportunidad de conocer Inglaterra y España, pues el Manchester United y el Real Madrid, los invitaron a sus partidos.
Deberán cobrar, asimismo, un cheque por cerca de US$ 10.000 que les donó Leonardo Farkas, un empresario minero multimillonario y filántropo.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, llegó a la ciudad de Copiapó, en el norte de Chile y en las cercanías de la mina San José, de donde fue rescatado este miércoles su compatriota Carlos Mamani, uno de los 33 atrapados en el yacimiento desde el 5 de agosto.
"A nombre del gobierno nacional no sé cómo pagar ese esfuerzo. Será histórico, inédito e inolvidable para el pueblo boliviano rescatar con vida a tantos mineros y al compañero hermano Carlos", señaló Morales a la Televisión Nacional de Chile.
Mientras duraba el rescate, las familias de los mineros, incluyendo la de Mamani siguieron la transmisión por pantalla gigante.
Los cuatro hermanos Namani, que recorrieron 40 horas en autobús para llegar a las puertas del hospital y acompañar, a unos 40 quilómetros, el segundo nacimiento de su hermano, esta vez dado a luz por la madre tierra.
En diálogo con el diario montevideano El País, la hermana mayor manifestó su "alegría, alegría es lo que tengo ahora. Yo lo había dado por muerto, lo había llorado, y ahora lo estoy viendo ahí parado, sonriente… Hasta dicen que es de los más fuertes".
La mujer era inconfundible por estar vestida con uno de los típicos vestidos bolivianos de pollera larga, colores fuertes y un poncho.
El hermano menor también dijo emocionado: "Cuando se vino a Chile se le dijo que era peligroso, pasó esto y ahora lo único que hay para decir es gracias a dios que vive".
Domingo 22 de agosto
Uno de los sondajes hace contacto con los trabajadores enterrados desde el 5 de agosto, que envían a tierra un mensaje en un papel que lo dice todo: "Estamos bien en el refugio los 33".
El presidente Sebastián Piñera muestra ese texto y una carta de Mario Gómez a su esposa.
Luego difunden un primer video de los trabajadores.
Lunes 23 de agosto
Los trabajadores reciben por primera vez abastecimiento por medio de un tubo de 12 cm de diámetro diseñado para enviar alimento, oxígeno y remedios. Se trata de las "palomas", que se convertirán en el principal medio de comunicación entre el pozo y la superficie.
Miércoles 25 de agosto
Las autoridades anuncian que los "33" ya saben que el rescate será lento y tomará entre tres y cuatro meses, el presidente Piñera asegura que brindarán juntos en Navidad. Comienza el intercambio de correo entre los mineros y sus familiares.
Jueves 26 de agosto
La televisión difunde las primeras imágenes de los 33 hombres donde puede verse su vida bajo tierra. Uno de ellos muestra cómo es el lugar donde viven y cómo han sobrevivido los 17 días que estuvieron incomunicados con el exterior. Ese mismo día la justicia bloquea US$ 1,8 millones de ingresos de la mina para garantizar las futuras indemnizaciones.
Domingo 29 de agosto
Los mineros tienen sus primeros diálogos por radioteléfono con sus familiares, en conversaciones que se mantendrán hasta la etapa final de su rescate.
Se filman con cámaras que les enviaron y reciben la imagen de sus parientes del exterior en un microproyector. Se desplazan a una parte más seca.
Lunes 30 de agosto
Comienza la perforación de un pozo de rescate de unos 30 cm de ancho con la máquina Strata 950. La segunda perforadora, la T-130, comienza su trabajo el 17 de septiembre y el 19 de ese mes comienza la tercera, que perfora con el diámetro definitivo del ducto.
Miércoles 13 de octubre comienza el rescate de los mineros.
Fuente:El País de Montevideo y diarios chilenos
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