"El presidente de la república es Mario Abdo Benítez", declaró el jefe del Tribunal Electoral, Jaime Bestard, al explicar que "con 96 % de la transmisión de resultados, tenemos una diferencia marcada que según todos nuestros estudios y nuestras mediciones es absolutamente irreversible".
Abdo Benítez obtuvo 46,49 % de los votos, frente a 42,72 % del liberal Efraín Alegre, quien postuló por una coalición de centro izquierda.
Minutos después del anuncio, el candidato perdedor, el liberal Efraín Alegre, agradeció el apoyo a los paraguayos y a su equipo de campaña.
Pero advirtió que su equipo verificará las actas electorales, pues también está en disputa el nuevo Congreso y los gobernadores de los 17 departamentos.
"Nosotros aceptamos que son resultados preliminares que le dan 3 puntos de ventaja a Mario Abdo", dijo a la prensa a las puertas de su casa en Asunción.
"Creemos que el cambio en Paraguay es irreversible, más temprano que tarde", señaló.
Fiesta colorada.
En la sede del partido Colorado en Asunción, donde miles de partidarios estaban reunidos desde la hora de cierre de las mesas de votación, estallaron los fuegos artificiales.
Grupos musicales animaban desde una tarima, a la que Abdo Benítez llegó acompañado por su madre, su esposa y sus hijos.
Paraguay, que salió de 35 años de dictadura en 1989, ha vivido bajo la hegemonía del partido Colorado durante los últimos 70 años, con la sola excepción del gobierno del exobispo y expresidente izquierdista Fernando Lugo (2008-2012), quien fue destituido en un juicio político un año antes de completar su mandato.
"Me he ganado credenciales democráticas en mi trayectoria política", declaró Abdo Benítez al rechazar este domingo las críticas que recibe por la cercanía de su familia con Stroessner, de quien su padre fue secretario privado.
Aunque se distancia de la dictadura recordando que para el momento del derrocamiento de Stroessner él apenas tenía 16 años de edad, en 2006 asistió a los funerales del exdictador, que se exilió en Brasilia.
De 46 años, "Marito", como se le conoce popularmente, estudió mercadeo en Estados Unidos.
Su programa propone mantener la política económica del saliente presidente Horacio Cartes, basada en las exportaciones agrícolas, que le ha permitido a Paraguay crecer a un ritmo de 4% anual desde hace más de una década.
En este país de gran mayoría católica, se opone con vehemencia a la despenalización del aborto y al matrimonio igualitario.
Abdo Benítez también pretende llevar a cabo una reforma del Poder Judicial, que considera corrupto.
Paraguay figura en el puesto 135 de percepción de corrupción, de una lista de 180 países elaborada por Transparencia Internacional.
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