En el distrito residencial y comercial de Pocitos, Tienda, un moderno almacén multimarcas, vende productos de nuevas empresas como Pastiche, que se especializa en mezclilla de alta calidad, y Mutma, un fabricante de vistosos zapatos y bolsos de cuero. CreditTali Kimelman para The New York Times
Montevideo, la capital de Uruguay, es descrita casi invariablemente como anticuada, nostálgica y lenta. Sin embargo, en los últimos años, un grupo de emprendedores aficionados a las redes sociales y entusiastas de las tendencias mundiales ha comenzado a darle un aire fresco a la ciudad. La mayoría son millennials conocedores del diseño y las tendencias que abren restaurantes y boutiques, organizan festivales callejeros y clubes culinarios; además, se atreven a llamar la atención en una sociedad que usualmente ha recompensado la modestia.
“Gracias en parte a las redes sociales, los jóvenes uruguayos tienen una mentalidad global y están muy motivados”, dijo Mónica Zanocchi, la fundadora del popular blog Couture. “Hay muchos profesionales creativos que están entrando a la fuerza laboral y, puesto que las empresas establecidas no pueden absorber todo este nuevo talento, terminan volviéndose empresarios”.
La nueva vibra de Montevideo está íntimamente relacionada con la moda y el diseño de interiores; esto se ve en nuevas tiendas de ropa, accesorios y complementos para el hogar. El año pasado, una de las marcas más dinámicas, Rotunda, abrió una elegante boutique de varios pisos. CreditTali Kimelman para The New York Times
El líder de Futuro Refuerzos es Fermín Solana, un escritor culinario y músico de rock que creció frustrado con la falta de opciones en Montevideo. “No había dónde comer un sandwich decente más allá de los viejos lugares que preparan chivitos”, dijo, refiriéndose a los tradicionales sándwiches de carne que se ofrecen en los comedores de barrio o las cadenas locales de comida rápida.
“Veía ciudades como Santiago y Lima, donde los sandwiches son increíbles, y decidí arriesgarme”. Poco después de abrir a finales de 2015, Futuro Refuerzos había ganado seguidores gracias a creaciones como el “Gol”, un pan pita hecho a mano con albóndigas condimentadas, morcilla dulce y col roja.
Solana es parte de un grupo de jóvenes restauranteros y chefs que son el motor del ambiente gastronómico de la ciudad, todavía pequeño pero en crecimiento; actualmente hay más de una decena de restaurantes, cafeterías y tiendas de especialidades (hasta hace poco, los sibaritas montevideanos hablaban de vivir en un desierto gastronómico, así que la mejora es evidente).
Un sandwich de pescado con una guarnición de papas dulces y limonada de remolacha en Futuro Refuerzos, en el centro de Montevideo CreditTali Kimelman para The New York Times
También está Estrecho, un pequeño restaurante en la parte histórica con una decoración modesta que contradice al sofisticado menú de almuerzos preparado por Cali Diemarch, un chef que se entrenó en Estados Unidos y que inventa sobre la marcha platillos diarios como un chivito deconstruido hecho con filete miñón, huevo pochado, panceta caramelizada y cebollas fritas. La Pasionaria, una tienda y restaurante en una calle tranquila, hace poco le dio la bienvenida a una nueva chef joven, Luciana Fia, quien hace pasta, helado y otros alimentos de forma casera utilizando ingredientes frescos y locales.
En Sucré Salé Bistro, un lugar casual cerca del centro, en el patio de la Alianza Francesa de Montevideo, Florence Ibarra a menudo incluye platos como conejo en salsa de mostaza con papas panaderas en su menú con influencias galas.
En la lista de restaurantes de moda también se destaca Jacinto, comercial y retrochic, dirigido por Lucía Soria, una alumna del famoso chef argentino Francis Mallmann. Soria aparece frecuentemente en televisión, participa en festivales culinarios como Degusto y en clubes gastronómicos como Mesabrava.
Una boutique de chocolate en la Vieja Ciudad. CreditTali Kimelman para The New York Times
“Por fin tenemos buenos lugares para comer, buena música en vivo y una generación que está rompiendo los viejos moldes”, dijo Solana. “Creo que la ciudad se está iluminando”.
El nuevo espíritu de Montevideo está íntimamente relacionado con la moda y el diseño de interiores; esto se ve en un auge de tiendas que venden ropa, accesorios y complementos para el hogar hechos en Uruguay. El año pasado, una de las marcas más dinámicas, Rotunda, abrió una elegante boutique de varios pisos en el barrio Punta Carretas, donde los dueños —Kevin Jakter y Sofía Domínguez—, exhiben su línea de ropa minimalista para mujer, gafas, zapatos y joyería.
El restaurante Futuro Refuerzos ha ganado seguidores gracias a creaciones como “Gol”, un pan pita hecho a mano y lleno de albóndigas condimentadas, morcilla dulce y col roja. CreditTali Kimelman para The New York Times
En el distrito residencial y comercial de Pocitos, un moderno almacén multimarcas, Tienda, vende productos de nuevas empresas como Pastiche, que se especializa en mezclilla de alta calidad, y Mutma, un fabricante de zapatos y bolsos de cuero. Casa Banem, una tienda de decoraciones para el hogar establecida en una mansión de estilo colonial en el exclusivo Carrasco, también ofrece una variedad de marcas locales como Don Baez, conocida por sus frazadas y almohadas hechas con lana de merino uruguaya, y Home Touch, que hace iluminación estilo vintage.
Este auge del diseño puede apreciarse en MoWeek, la semana local de la moda que se celebra en abril y octubre; comenzó en 2010 con seis salas de exposición y ahora incluye más de 60. “Todas son marcas independientes que comenzaron gracias a una nueva generación, lo cual es impresionante”, dijo Zanocchi de Couture. “Montevideo aún es silencioso, pero hay algunas alternativas muy interesantes”.
Fuente: The New York Times
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(1) La cultura hipster es una subcultura de jóvenes bohemios de clase media-alta que se establecen por lo general en barrios que experimentan procesos de gentrificación. Se asocian a tendencias musicales indie y alternativas, a una moda alejada de las corrientes predominantes, basados más en lo independiente (que incluye artículos vintage), a posiciones políticas progresistas (de izquierda), al consumo de alimentos orgánicos, productos artesanales y ropa de segunda mano. Se caracteriza por una sensibilidad variada, alejada de las corrientes culturales predominantes (mainstream) y afín a estilos de vida alternativos.
Solana es parte de un grupo de jóvenes restauranteros y chefs que son el motor del ambiente gastronómico de la ciudad, todavía pequeño pero en crecimiento; actualmente hay más de una decena de restaurantes, cafeterías y tiendas de especialidades (hasta hace poco, los sibaritas montevideanos hablaban de vivir en un desierto gastronómico, así que la mejora es evidente).
Un sandwich de pescado con una guarnición de papas dulces y limonada de remolacha en Futuro Refuerzos, en el centro de Montevideo CreditTali Kimelman para The New York Times
También está Estrecho, un pequeño restaurante en la parte histórica con una decoración modesta que contradice al sofisticado menú de almuerzos preparado por Cali Diemarch, un chef que se entrenó en Estados Unidos y que inventa sobre la marcha platillos diarios como un chivito deconstruido hecho con filete miñón, huevo pochado, panceta caramelizada y cebollas fritas. La Pasionaria, una tienda y restaurante en una calle tranquila, hace poco le dio la bienvenida a una nueva chef joven, Luciana Fia, quien hace pasta, helado y otros alimentos de forma casera utilizando ingredientes frescos y locales.
En Sucré Salé Bistro, un lugar casual cerca del centro, en el patio de la Alianza Francesa de Montevideo, Florence Ibarra a menudo incluye platos como conejo en salsa de mostaza con papas panaderas en su menú con influencias galas.
En la lista de restaurantes de moda también se destaca Jacinto, comercial y retrochic, dirigido por Lucía Soria, una alumna del famoso chef argentino Francis Mallmann. Soria aparece frecuentemente en televisión, participa en festivales culinarios como Degusto y en clubes gastronómicos como Mesabrava.
Una boutique de chocolate en la Vieja Ciudad. CreditTali Kimelman para The New York Times
“Por fin tenemos buenos lugares para comer, buena música en vivo y una generación que está rompiendo los viejos moldes”, dijo Solana. “Creo que la ciudad se está iluminando”.
El nuevo espíritu de Montevideo está íntimamente relacionado con la moda y el diseño de interiores; esto se ve en un auge de tiendas que venden ropa, accesorios y complementos para el hogar hechos en Uruguay. El año pasado, una de las marcas más dinámicas, Rotunda, abrió una elegante boutique de varios pisos en el barrio Punta Carretas, donde los dueños —Kevin Jakter y Sofía Domínguez—, exhiben su línea de ropa minimalista para mujer, gafas, zapatos y joyería.
El restaurante Futuro Refuerzos ha ganado seguidores gracias a creaciones como “Gol”, un pan pita hecho a mano y lleno de albóndigas condimentadas, morcilla dulce y col roja. CreditTali Kimelman para The New York Times
En el distrito residencial y comercial de Pocitos, un moderno almacén multimarcas, Tienda, vende productos de nuevas empresas como Pastiche, que se especializa en mezclilla de alta calidad, y Mutma, un fabricante de zapatos y bolsos de cuero. Casa Banem, una tienda de decoraciones para el hogar establecida en una mansión de estilo colonial en el exclusivo Carrasco, también ofrece una variedad de marcas locales como Don Baez, conocida por sus frazadas y almohadas hechas con lana de merino uruguaya, y Home Touch, que hace iluminación estilo vintage.
Este auge del diseño puede apreciarse en MoWeek, la semana local de la moda que se celebra en abril y octubre; comenzó en 2010 con seis salas de exposición y ahora incluye más de 60. “Todas son marcas independientes que comenzaron gracias a una nueva generación, lo cual es impresionante”, dijo Zanocchi de Couture. “Montevideo aún es silencioso, pero hay algunas alternativas muy interesantes”.
Fuente: The New York Times
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(1) La cultura hipster es una subcultura de jóvenes bohemios de clase media-alta que se establecen por lo general en barrios que experimentan procesos de gentrificación. Se asocian a tendencias musicales indie y alternativas, a una moda alejada de las corrientes predominantes, basados más en lo independiente (que incluye artículos vintage), a posiciones políticas progresistas (de izquierda), al consumo de alimentos orgánicos, productos artesanales y ropa de segunda mano. Se caracteriza por una sensibilidad variada, alejada de las corrientes culturales predominantes (mainstream) y afín a estilos de vida alternativos.
Los hipsters están en contra de las convenciones sociales y rechazan los valores de la cultura comercial predominante (el mainstream), en favor de las culturas populares locales. En este sentido, poseen una sensibilidad variada, inclinada a estilos de vida alternativos, que van desde preferir la comida orgánica hasta beber cervezas de elaboración artesanal.
Visten de modo extravagante, con un look inusual y una interpretación de la moda muy irónica. Combinan prendas de ropa usadas en muchas capas pero con un estilo moderno y vintage. Han rescatado algunos accesorios antiguos, como los sombreros de ala, los lentes de sol al estilo wayfarer, los pantalones de pitillo y los estampados con lunares o con patrones a cuadros.
Son personas con menos de 30 años, por lo general de clase media y media alta, que viven en las grandes ciudades del mundo. Algunos los ven como gente muy auténtica, para otros, son gente desagradable y ridícula, con mala apariencia, y creadora de combinaciones desastrosas.
Hipster es una palabra del inglés cuyo uso data de 1940, cuando era usada como un equivalente del término hepcat, un estilo o moda asociado al ámbito del jazz. Para su adaptación al idioma español, es aconsejable escribirla en redondas y con tilde en la i: hípster
Características de los hipsters
A los hipsters les encanta:
Escuchar música jazz e indie, músicos del estilo de Tom Waits, Bob Dylan o Devendra Banhart, y bandas de rock alternativo;
Ver películas clásicas y de cine independiente;
Ir a las ferias de ropa usada y objetos de segunda mano;
Visitar galerías de arte y museos;
Tener las últimas novedades tecnológicas;
Usar las redes sociales para comunicarse, publicar fotos, compartir música, videos, etc;
Usar anteojos con marcos grandes hechos de plástico;
Luchar por el medioambiente.
En cuanto a la moda, los hombres hipsters suelen usar pantalones de pitillo y las mujeres hipsters leggins o "malla".
La gran paradoja de la cultura hipster es que, al popularizar su propia tendencia, que consiste en un constante rechazo hacia las modas dominantes y una búsqueda de patrones de vida alternativos, se ha convertido, a sí misma, en todo aquello que rechaza, es decir, un movimiento no hipster.
Significado del triángulo hipster
El triángulo es el símbolo que más se asocia a la cultura hipster. Como tal, es una forma geométrica básica con múltiples significados de trascendencia mística. Principalmente, representa el número tres, el número de la divinidad, de la Santa Trinidad. Asimismo, se relaciona la trinidad con los niveles de conexión del ser con el cielo y la tierra. El tipo de triángulo más usado es el equilátero, es decir, el que tiene sus tres lados iguales, pues este simboliza la armonía, la divinidad y la proporción.
El triángulo es el símbolo que más se asocia a la cultura hipster. Como tal, es una forma geométrica básica con múltiples significados de trascendencia mística. Principalmente, representa el número tres, el número de la divinidad, de la Santa Trinidad. Asimismo, se relaciona la trinidad con los niveles de conexión del ser con el cielo y la tierra. El tipo de triángulo más usado es el equilátero, es decir, el que tiene sus tres lados iguales, pues este simboliza la armonía, la divinidad y la proporción.
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