Julio tiene 72 años y como un ritual, a mediados de diciembre, es uno de los 100 mil pasivos que tramita un crédito social ante el banco estatal para mantenerse a flote con sus obligaciones. En esta oportunidad, accedió a un préstamo por $ 5.100. Esperaba recibir los $ 10 mil que obtuvo el año pasado. "Mirá, no me alcanza ni para los $ 6 mil que tengo que pagar en cuentas y encima me cobran $ 1.700 en 25 cuotas", rezongaba mientras exhibía el recibo para dar fe de sus comentarios.
Los números de Julio no encajaban con la información sobre la tasa de interés de hasta 34 % anual que el BROU ofrece para este tipo de financiamiento a más de dos años. La respuesta estaba en el propio recibo: Julio arrastraba un saldo de poco más de $ 30 mil de créditos que había obtenido de años anteriores.
Este jubilado –que cobra una pasividad de $ 8 mil, sumada a los $ 9 mil de su esposa y complementa con alguna changa–, hizo cola durante horas, llegó al mostrador, realizó una refinanciación por el saldo de su préstamo anterior y a esta línea de crédito le agregó una nueva. Pero eso Julio no lo sabe. Quizás el funcionario se lo explicó pero él no entendió y se fue a su casa resignado con $ 5.100 en el bolsillo y la convicción de que por eso va a pagar $ 1.700 por mes durante poco más de dos años. Casi como al descuido, dio una nueva pedaleada en una bicicleta cada vez más pesada.
El de Julio no se trata de un caso aislado. Son muchos los jubilados que ven en el crédito –y en particular en la campaña de fin de año del BROU– la ilusión de contar con unos pesos extra, al menos una vez al año. Luego un préstamo lleva al otro y pedaleada tras pedaleada, la bicicleta del crédito se pone en marcha.
La Encuesta Financiera de Hogares (EFHU) realizada por el Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales (Udelar) permite ponerle números al problema. Los microdatos del relevamiento –que se realizó en 2014– procesados por el diario El Observador muestran que uno de cada ocho hogares (13 %) en los cuales su referente financiero percibe una jubilación, destina la mitad o más de su sueldo al pago de deudas no hipotecarias.
El problema del endeudamiento aumenta conforme se va de más a menos en los ingresos familiares. En los hogares que poseen un referente jubilado y pertenecen al 20% de mayores ingresos, el número de endeudados que destinan más de la mitad de su ingreso al pago de sus obligaciones es de 7%. En la otra punta del espectro –en los hogares que componen el 20% de menores ingresos–, los jubilados que tienen más de la mitad de su ingreso mensual comprometido por las deudas alcanzan al 30% –casi uno de cada tres–.
Una larga cola
En la tarde del martes, El Observador recogió, junto al de Julio, los testimonios de otros jubilados y pensionistas que salían del banco. Algunos habían dedicado toda esa jornada para acceder al número –se otrogaron 500 a primera hora y otros 500 sobre el mediodía– que les permitiera tramitar su préstamo.
La necesidad es el común denominador. En muchos casos, se conjuga con una dificultad para entender el alcance y las consecuencias de las decisiones financieras que acaban de tomar. Al fin y al cabo, se trata de instrumentos complejos y la única instrucción financiera de muchos jubilados es su breve interacción con funcionarios de bancos y administradoras de crédito. Falta de información, prejuicios culturales e ilusiones infundadas son moneda corriente entre los pasivos que esperan su turno en la cola del BROU.
Para Rosa, el préstamo tiene otro fin más allá del de tapar agujeros y no perder rueda con las facturas. Dice que a ella el crédito del BROU "le soluciona los regalos" de Navidad para sus nietos. "Con eso me aseguro no estar metida en ninguna cuota con las tarjetas, ni algo parecido. No me importa estar pagando regalos en julio", afirma con cierto aire de desprecio a los plásticos, por más que a través de ellos podría acceder al mismo financiamiento esquivando el recargo de 31% que acaban de cobrarle.
Los "créditos sociales" a pasivos del BROU tienen más de crédito tradicional que de instrumento de política social. El banco estatal cobra una tasa de interés que va de 24% anual –préstamos a menos de seis meses otorgados a través de la web– a 34%, en el caso de los créditos a más de tres años que piden en el mostrador los pasivos que no cobran sus ingresos a través de la institución.
Pero María, que a sus 69 años vive con una jubilación de $ 9.200, está al tanto de las tasas de interés de prácticamente todo el mercado de crédito al consumo. Por eso no le parece excesivo el costo del dinero que le cobran el BROU y el BPS. Por el contrario, está agradecida. Ella forma parte del grupo de jubilados que conoce al dedillo las reglas y mide con precisión la fuerza que le impone a cada pedaleada.
Para ella, el crédito social del BROU es una bocanada de aire para sus finanzas. En octubre, ya había tramitado el préstamo que otorga el BPS. "Por eso tengo que esperar dos meses antes de pedir el del BROU. Si venís antes, no te lo dan", explica.
Comentó que con los descuentos de sus facturas y préstamos le quedan libres unos $ 5 mil por mes. "Con eso tengo que comer y todavía en marzo tengo que pagar la Contribución", recuerda. De hecho, el mes pasado debió apelar a un préstamo en una financiera privada por $ 3 mil para ponerse al día con sus facturas. Le hicieron un plan de 12 cuotas a $ 415 mensuales, por lo que por esos $ 3 mil terminará pagando $ 4.980.
Con este último préstamo, la jubilada espera llegar con cierto aire hasta mayo, cuando cumplirá 70 años y tendrá derecho a cobrar la prima por vejez que otorga el BPS, de $ 2 mil.
Calesita y espejos
La necesidad es el común denominador. En muchos casos, se conjuga con una dificultad para entender el alcance y las consecuencias de las decisiones financieras que acaban de tomar. Al fin y al cabo, se trata de instrumentos complejos y la única instrucción financiera de muchos jubilados es su breve interacción con funcionarios de bancos y administradoras de crédito. Falta de información, prejuicios culturales e ilusiones infundadas son moneda corriente entre los pasivos que esperan su turno en la cola del BROU.
Para Rosa, el préstamo tiene otro fin más allá del de tapar agujeros y no perder rueda con las facturas. Dice que a ella el crédito del BROU "le soluciona los regalos" de Navidad para sus nietos. "Con eso me aseguro no estar metida en ninguna cuota con las tarjetas, ni algo parecido. No me importa estar pagando regalos en julio", afirma con cierto aire de desprecio a los plásticos, por más que a través de ellos podría acceder al mismo financiamiento esquivando el recargo de 31% que acaban de cobrarle.
Los "créditos sociales" a pasivos del BROU tienen más de crédito tradicional que de instrumento de política social. El banco estatal cobra una tasa de interés que va de 24% anual –préstamos a menos de seis meses otorgados a través de la web– a 34%, en el caso de los créditos a más de tres años que piden en el mostrador los pasivos que no cobran sus ingresos a través de la institución.
Pero María, que a sus 69 años vive con una jubilación de $ 9.200, está al tanto de las tasas de interés de prácticamente todo el mercado de crédito al consumo. Por eso no le parece excesivo el costo del dinero que le cobran el BROU y el BPS. Por el contrario, está agradecida. Ella forma parte del grupo de jubilados que conoce al dedillo las reglas y mide con precisión la fuerza que le impone a cada pedaleada.
Para ella, el crédito social del BROU es una bocanada de aire para sus finanzas. En octubre, ya había tramitado el préstamo que otorga el BPS. "Por eso tengo que esperar dos meses antes de pedir el del BROU. Si venís antes, no te lo dan", explica.
Comentó que con los descuentos de sus facturas y préstamos le quedan libres unos $ 5 mil por mes. "Con eso tengo que comer y todavía en marzo tengo que pagar la Contribución", recuerda. De hecho, el mes pasado debió apelar a un préstamo en una financiera privada por $ 3 mil para ponerse al día con sus facturas. Le hicieron un plan de 12 cuotas a $ 415 mensuales, por lo que por esos $ 3 mil terminará pagando $ 4.980.
Con este último préstamo, la jubilada espera llegar con cierto aire hasta mayo, cuando cumplirá 70 años y tendrá derecho a cobrar la prima por vejez que otorga el BPS, de $ 2 mil.
Calesita y espejos
El director en representación de los pasivos en el Directorio del BPS y dirigente de la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (Onajpu), Sixto Amaro, conoce de cerca las penurias económicas que pasan miles de jubilados y pensionistas que perciben las menores remuneraciones.
Comenta que hoy en Uruguay hay 120 mil jubilados –de un total de 783 mil prestaciones, que incluyen pensiones por vejez e invalidez– que "sobreviven" con $ 10 mil por mes. "¿Cómo querés que esas personas no se endeuden?", preguntó. Según Amaro, eso deriva en una "calesita" de la que luego es "muy difícil salir".
Sumando los créditos del BROU (67 mil) y los que dio el BPS en diciembre (9 mil) unos 76 mil pasivos y pensionistas sacaron o renovaron préstamos este año. Amaro valoró como "positivo" los ajustes progresivos que la ley de inclusión financiera estableció desde 2013 para el porcentaje del ingreso nominal de un pasivo que no puede afectarse por un crédito. Actualmente, el 40% del ingreso debe quedar libre de descuentos directos por concepto de préstamos, porcentaje que trepará a 45% en 2017 y a 50% en 2018. Eso no quita que las empresas financieras y los bancos les puedan otorgar más crédito, pero no podrán descontarlo directamente de la jubilación.
El orden de prelación para los descuentos está encabezado por BPS, seguido por Contaduría General de la Nación, BROU y ANDA. Luego vienen las cooperativas y administradoras de crédito.
Precisamente, una de las "preocupaciones" de Amaro apunta a que en el caso de las cooperativas de consumo el tope de la pasividad (o salario) que no puede tocarse se mantuvo en 30%. Por lo tanto, los jubilados pueden comprometer hasta el 70% de su ingresos.
"Lamentablemente, ahí tenemos una realidad compleja. Muchas de esas instituciones le presentan programas con mucho ruido y espejitos de colores, para que luego accedan a créditos donde pagan tasas de interés que están lejos de calificarse como un préstamo social", cuestionó Amaro.
Experiencia web y debes en la atención
Comenta que hoy en Uruguay hay 120 mil jubilados –de un total de 783 mil prestaciones, que incluyen pensiones por vejez e invalidez– que "sobreviven" con $ 10 mil por mes. "¿Cómo querés que esas personas no se endeuden?", preguntó. Según Amaro, eso deriva en una "calesita" de la que luego es "muy difícil salir".
Sumando los créditos del BROU (67 mil) y los que dio el BPS en diciembre (9 mil) unos 76 mil pasivos y pensionistas sacaron o renovaron préstamos este año. Amaro valoró como "positivo" los ajustes progresivos que la ley de inclusión financiera estableció desde 2013 para el porcentaje del ingreso nominal de un pasivo que no puede afectarse por un crédito. Actualmente, el 40% del ingreso debe quedar libre de descuentos directos por concepto de préstamos, porcentaje que trepará a 45% en 2017 y a 50% en 2018. Eso no quita que las empresas financieras y los bancos les puedan otorgar más crédito, pero no podrán descontarlo directamente de la jubilación.
El orden de prelación para los descuentos está encabezado por BPS, seguido por Contaduría General de la Nación, BROU y ANDA. Luego vienen las cooperativas y administradoras de crédito.
Precisamente, una de las "preocupaciones" de Amaro apunta a que en el caso de las cooperativas de consumo el tope de la pasividad (o salario) que no puede tocarse se mantuvo en 30%. Por lo tanto, los jubilados pueden comprometer hasta el 70% de su ingresos.
"Lamentablemente, ahí tenemos una realidad compleja. Muchas de esas instituciones le presentan programas con mucho ruido y espejitos de colores, para que luego accedan a créditos donde pagan tasas de interés que están lejos de calificarse como un préstamo social", cuestionó Amaro.
Experiencia web y debes en la atención
"Nunca entendía a esa tableta. Se la dí a mi hijo. Eso es más bien para los jóvenes", responde María cuando se le consulta si estaba al tanto de que el trámite a través de la web del BROU tenía el incentivo este año de reducir en 2 puntos porcentuales la tasa de interés. Un pasivo que tramita su crédito a 12 meses por la web obtiene una tasa de 27% anual.
Este año, en nueve días, unos 17 mil jubilados lograron tramitar su préstamos a través de la web del banco estatal (e-BROU).
El BROU tiene como meta seguir profundizando el uso de la web y es optimista en lograr ese objetivo, teniendo en cuenta la respuesta que el nuevo servicio viene registrando en la actual campaña, informaron desde el banco estatal a El Observador.
El director del BPS en representación de los pasivos dice que hoy el 65% de los jubilados cuenta con la tablet del Plan Ibirapitá, pero que la mayoría reclama nuevos cursos de capacitación para perfeccionar sus conocimientos.
Una encuesta de la Onajpu indicó que seis de cada 10 pasivos recibe ayuda de algún familiar para el manejo de su tablet. "Es un desafío que tenemos por delante para no quedar por fuera de la inclusión financiera", reconoció Amaro.
Por otro lado, la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU) divulgó esta semana un comunicado en el que acusa a las autoridades del banco estatal de la "mala calidad en la atención" que se registra durante los primeros días que está disponible la liberación del crédito social.
AEBU asegura que le ha planteado a las autoridades un aumento de personal proveniente de otras áreas para la atención al público, propuesta que ha sido "ignorada desde hace meses por la administración y el Directorio del BROU".
"Esquivan una situación que se expone cada diciembre, pero es una constante durante el año y perjudica la salud de los trabajadores. Ante ello el ingreso de nuevo personal resulta urgente", reclaman afirman desde el sindicato bancario.
El BROU buscará el año próximo profundizar el uso de los trámites de los créditos por el sistema e-BROU, además de hacer hincapié en la posibilidad de gestionar los préstamos en todas las sucursales, algo que según establecieron desde el banco, ya se encuentra en funcionamiento.
Este año, en nueve días, unos 17 mil jubilados lograron tramitar su préstamos a través de la web del banco estatal (e-BROU).
El BROU tiene como meta seguir profundizando el uso de la web y es optimista en lograr ese objetivo, teniendo en cuenta la respuesta que el nuevo servicio viene registrando en la actual campaña, informaron desde el banco estatal a El Observador.
El director del BPS en representación de los pasivos dice que hoy el 65% de los jubilados cuenta con la tablet del Plan Ibirapitá, pero que la mayoría reclama nuevos cursos de capacitación para perfeccionar sus conocimientos.
Una encuesta de la Onajpu indicó que seis de cada 10 pasivos recibe ayuda de algún familiar para el manejo de su tablet. "Es un desafío que tenemos por delante para no quedar por fuera de la inclusión financiera", reconoció Amaro.
Por otro lado, la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU) divulgó esta semana un comunicado en el que acusa a las autoridades del banco estatal de la "mala calidad en la atención" que se registra durante los primeros días que está disponible la liberación del crédito social.
AEBU asegura que le ha planteado a las autoridades un aumento de personal proveniente de otras áreas para la atención al público, propuesta que ha sido "ignorada desde hace meses por la administración y el Directorio del BROU".
"Esquivan una situación que se expone cada diciembre, pero es una constante durante el año y perjudica la salud de los trabajadores. Ante ello el ingreso de nuevo personal resulta urgente", reclaman afirman desde el sindicato bancario.
El BROU buscará el año próximo profundizar el uso de los trámites de los créditos por el sistema e-BROU, además de hacer hincapié en la posibilidad de gestionar los préstamos en todas las sucursales, algo que según establecieron desde el banco, ya se encuentra en funcionamiento.
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