El freno del consumo se observa en varios
sectores y llegó también a la gastronomía. Los propietarios de bares y
restoranes señalan que actualmente atraviesan por un período de marcada
baja de la actividad, donde la rentabilidad cae y las perspectivas de
corto plazo no son buenas.
"El invierno es crudo, con mucha lluvia y eso también
afecta la actividad", señalo al diario El País el vicepresidente del Centro de
Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay
(Cambadu), Daniel Fernández.
Esos elementos se suman a un freno del consumo de las
familias, una disminución general de la actividad económica y una baja
confianza de los consumidores. "Es muy notoria la caída en bares y
restoranes, viene sucediendo desde abril; se ha detenido el consumo",
añadió Fernández.
En el primer trimestre del año (último dato disponible)
el Banco Central (BCU) indicó que se registró una caída de la demanda
interna; una de las causas fue la disminución del gasto de consumo
final.
Añadió que la disminución fue de 0,6% con respecto al
mismo trimestre de 2015 debido a la caída registrada en el gasto de
consumo final de los hogares.
Otro aspecto que también juega es el de los ingresos.
El último dato brindado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE)
señaló que el poder de compra de los salarios creció en los 12 meses
cerrados a mayo 0,77%, aunque la medición acumula cuatro caídas
consecutivas. En 2015, el salario real cerró con un crecimiento de
0,39%, el menor valor para el promedio anual en los 13 años de aumento
ininterrumpido que arrastra el índice.
Fernández expresó que la disminución de ese poder de compra también se observa en los bares y restoranes.
"Cuando se empeoran las cosas, cuando se termina la plata dulce, los primeros que sentimos la crisis somos nosotros", sostuvo.
El jerarca de Cambadu expresó que las perspectivas no
son buenas. Señaló que los asociados a la gremial no han comentado
sobre cierres de locales comerciales, pero la situación es compleja.
"Hay muchos que están parados en la puerta de la salida, pero aferrados
con uñas y dientes", dijo gráficamente Fernández.
También informó que muchos establecimientos
comerciales están recurriendo a la rotación de personal. Envían algunos
trabajadores al seguro de paro y cuando ellos retornan, otros empleados
recorren el mismo camino.
La visión de la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay (AHRU) se asemeja bastante a la de Cambadu.
El presidente de la gremial, Juan Martínez, dijo a
El País que actualmente lo que funciona en los locales de venta son las
promociones.
"Los clientes esperan promociones puntuales para
consumir, inclusive en la gastronomía de alto nivel", expresó. En ese
sentido, añadió que un menú ejecutivo o uno turístico son los elegidos
por los comensales.
"Esperan que lleguen los precios más accesibles de una oferta que normalmente tiene mayor valor", indicó.
Martínez identificó dos problemas para los locales
comerciales que apuestan al uso de las promociones. "Si se hacen
promociones es porque, en realidad, hay un consumo más bajo en el local;
por otro lado está el tema de los precios que son menores, entonces eso
también complica los números", indicó.
El empresario agregó que los restoranes están perdiendo rentabilidad a nivel general.
"Hay que bajar los precios para atraer clientes a
pesar de tener un buen nivel de calidad de servicios. Con eso se gana en
cantidad de gente que ingresa al local, pero se pierde rentabilidad",
sostuvo.
Un público habitual de los bares y restoranes es el
turístico. "Este mes anduvo bastante bien por la llegada de turistas por
las vacaciones de julio. Anduvo mal el mes pasado porque hubo una baja
en la hotelería y eso repercutió también en los restoranes que dependen
de ella", señaló Martínez.
Sobre el público local señaló que en este momento es
de "moverse poco" y básicamente a la espera de las promociones
mencionadas. "Se nota que la situación del país no es la misma que antes
y las perspectivas para el corto plazo no son optimistas", dijo el
empresario.
Añadió que los consumidores están teniendo un
importante control de sus gastos, algo que resultará en una mayor
retracción del consumo.
En una última encuesta de actividad divulgada por la
Cámara de Comercio correspondiente al primer trimestre se indicó que el
comienzo de 2016 mostró un nuevo retroceso en la actividad comercial,
profundizándose de esa forma el escenario negativo que atraviesa el
sector.
Sostuvo que la caída en los niveles de ventas en
términos reales que se venía observando en algunos sectores en
particular, se generalizó al resto de los rubros de comercio y
servicios.
El documento de la gremial expresó que "frente a
este escenario complejo, los empresarios esperan
para los próximos
trimestres del año un crecimiento nulo o incluso en algunos casos la
profundización de los niveles de caída actuales, tanto como resultado de
las dificultades económicas a nivel local como a nivel regional y
extrarregional".
Añadió que el consumo tanto del sector público como
del sector privado evidenció "importantes trayectorias de desaceleración
en los últimos trimestres, por lo cual tampoco serán en el futuro
cercano impulsores del crecimiento económico del país, como sí lo fueron
en períodos anteriores".
Sobre el rubro donde se incluyen los restoranes
expresó que ya se venía observando una contracción de 2% en el cuarto
trimestre del año pasado, lo que determinó que el 2015 cerrara con una
caída de la actividad de 2,5% respecto a 2014.
Fuente: El País
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