Cuando nació la italiana Emma Morano, el 29 de noviembre de 1899, no había aviones en el cielo, ya que los hermanos Wright volaron por vez primera cuatro años después. Es la persona más longeva del mundo y la única nacida antes de 1900, tras la muerte la semana pasada de la estadounidense Susannah Mushatt Jones. Se llevaban casi 5 meses de diferencia. Hasta ahora era conocida como la "abuela de Europa", pero lo es ya de todo el planeta. Vive sola en Verbania, en el norte de Italia, pero no está sola. Familiares y enfermeros la visitan a diario y también lo hace a menudo su médico. Reside en un apartamento situado en un segundo piso sin ascensor que la mantiene algo alejada del mundo, incluso del imponente y cercano Laggo Maggiore, que dice no visitar desde hace más de dos décadas.
Hasta el año pasado, era la quinta persona más longeva del mundo, según el Grupo de Investigación de Gerontología de Estados Unidos de América, organismo que acredita su récord. Las cuatro personas que le adelantaban en la clasificación han ido falleciendo en los últimos meses.
Su dieta y su genética son las claves de esa longevidad. Así lo ha explicado en las numerosas entrevistas que ha concedido en los últimos tiempos, a pesar de su cada vez más pronunciada sordera.
Come tres huevos al día, dieta con la que combatió la anemia siendo adolescente, y solo desayuna leche con un par de galletas. Su hermana falleció con 107 años y su madre vivió hasta los 91. En la Universidad de Harvard estudian ya su ADN.
Es consciente de que el mundo al que llegó ya no existe, pero ha sido pionera en algunas cosas. Fue mujer trabajadora hasta los 75 años. Se separó de su marido en 1938 para terminar con los malos tratos que sufría, aunque no pudo formalizar su independencia de manera oficial hasta décadas más tarde. El divorcio no estaba permitido en la misma Italia que todavía está en proceso de aprobar las uniones del mismo sexo.
Estas son algunas de las cosas que prácticamente solo ha visto la nonna Morano:
- En su infancia no escuchó las melodías de la radio, porque los transistores todavía no habían llegado a las casas. En los años 1950 la tecnología radiofónica experimentó un gran número de mejoras que se tradujeron en la generalización del uso del transistor.
- Vivió los últimos días de reinado de Humberto I, quien murió víctima de un ataque anarquista en julio de 1900. Su asesinato fue un símbolo de la lucha social que se desarrolló en Italia en los años siguientes. El país pasó en los años siguientes de la Monarquía a la República y vivió una dictadura.
- Sus primeras semanas también fueron las últimas de la reina Victoria de Inglaterra, que falleció en enero de 1901. Su reinado, de más de 63 años solo ha sido superado por la actual Reina, Isabel II (que actualmente lleva 64 años en el cargo).
- Al cumplir los 116 años, el pasado mes de noviembre, recibió la felicitación personal del papa Francisco. Antes del argentino, pasaron otros diez pontífices en la vida de Emma Morano, quien nació mientras León XIII lideraba la Iglesia Católica.
- Friedrich Nietzsche no solo vivía en los libros de filosofía. El alemán, considerado uno de los constructores del pensamiento contemporáneo, murió en agosto del 1900.
- Es más longeva que la propia Madame Butterfly. Al menos que la versión representada de la conocida ópera de Puccini de 1904. El relato corto de John Luther Long en el que se inspiró sí que vio la luz unos meses antes que Emma Morano. El compositor italiano todavía no había estrenado otras de sus grandes obras, como Tosca (1900) y Turandot (póstuma).
- Solo Atenas había presenciado unos Juegos Olímpicos. Los primeros juegos modernos se celebraron allí en 1896. La segunda edición, considerada secundaria, trascendió las fronteras griegas y llegó en 1900 a París, coincidiendo con la Exposición Universal de ese año. La italiana ha vivido 29 ediciones de los juegos, contando hasta Londres 2012.
- Casi nadie había admirado la Torre Eiffel. Es uno de los monumentos más visitados del mundo, pero no entonces, ya que se inauguró solo unos años antes del nacimiento de Morano, por la Exposición Universal de 1889.
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