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martes, 23 de febrero de 2016

LIFI: LLEGA LA NUEVA TECONOLOGIA EN COMUNICACIONES

El mexicano Arturo Campos no es el inventor del LiFi, pero sí uno de los primeros en insertarlo en el mercado. Su empresa, Sisoft, es una de las primeras en el mundo en comercializar la nueva tecnología que usa la luz visible para transmitir datos de una forma más rápida y segura que el wifi. "Es una tecnología muy disruptiva; va a ser un cambio muy fuerte", dijo Campos aCromo. La promesa es esta: una velocidad de conexión hasta 100 veces más rápida.


La historia del LiFi (un juego de palabras con wifi, pero con la palabra light, 'luz' en inglés, al inicio) se remonta hasta Alexander Graham Bell y un invento poco conocido: el fotófono. Este permitía la transmisión de sonido a través de rayos de luz pero era muy sensible a las interferencias meteorológicas, por lo que fue abandonado.

Recién en 2011 –131 años después–, surgió el LiFi. El primero en usar ese término fue el profesor de ingeniería Harald Haas, de la Universidad de Edimburgo. Descubrió que la luz de un solo diodo emisor (LED, en criollo) era capaz de transmitir más datos que una antena de telefonía. En la Feria Internacional de Electrónica de Consumo de 2012, celebrada en Las Vegas, mostró su potencial al utilizar un par de smartphones que intercambiaban datos al variar la intensidad de la luz de sus pantallas. Todo funcionó con una separación máxima de 10 metros.


La señal de internet llega a un codificador. El sistema emplea el espectro luminoso de un foco LED (la luz visible entre 400 y 800 terahertzios, cercano al espectro ultravioleta) para transmitir datos en el lenguaje binario de las computadoras al encenderlo y apagarlo millones de veces por segundo. La modulación de la intensidad es imperceptible para el ojo humano pero no para un dispositivo receptor que capta el parpadeo y lo traduce en la información que es descargada por la computadora o el celular del usuario.

LiFi, internet a partir de la luz
Mientras que el wifi, como cualquier sistema de comunicación por radiofrecuencia, requiere circuitos de radio, antenas y receptores complejos, el Lifi es mucho más simple. De esta forma, toda la red de iluminación de una casa se convertiría en un gran router con múltiples puntos de acceso a los que conectar los aparatos (ver infografía).

¿Y qué pasa si se hace sombra? La tecnología aprovecha la luz que se refleja en los objetos y en las paredes; es decir, no solo funciona por luz directa.

"El rol del LiFi es ayudar al wifi a llegar adonde no está llegando", señaló Campos. Por ejemplo, debajo del agua, sin necesidad de extender costosos kilómetros de cables.

Ultrarrápido 
Una de sus misiones es solucionar el problema de la saturación de la red. La enorme demanda de wifi y las transmisiones masivas de datos están acorralando a las tecnologías actuales. Y lo que se viene es más grande. Se estima que en 2019 el tráfico mundial de datos se incrementará hasta los 24,3 exabytes al mes (24.300 millones de gigabytes) y que para 2020 habrá, al menos, 25 mil millones de objetos conectados a internet: desde computadoras hasta heladeras o vestimenta por el fenómeno bautizado como "internet de las cosas".  
Las pruebas iniciales de Sisoft ya habían logrado una velocidad de transferencia de archivos de hasta 224 gigabits por segundo (gbps). ¿A qué equivale esto? A la descarga de una película en alta definición en 35 segundos. En teoría, Campos explicó que el LiFi podría llegar a manejar un petabyte (10 elevado a 15 bytes). Eso es el peso de casi 7.000 millones de fotos publicadas en Facebook que, LiFi mediante, podrían bajarse en un pestañeo."Es una cantidad enorme de datos. No existe ninguna tecnología que pueda alcanzar eso", afirmó el CEO de Sisoft. 
No obstante, la velocidad final va a depender de la calidad del foco de LED. Uno de "última generación" puede transmitir hasta 100 veces más que el wifi; uno estándar "puede dar de dos a tres veces más" que su conexión actual. En números sería así: en vez de 50 megas, por ejemplo, se obtendría entre 55 y 60. La lamparita adaptada para el ámbito doméstico cuesta US$ 30 y tiene una vida útil de 50.000 horas (3 años y medio); las más sofisticadas rondan los US$ 380. Sisoft espera producir 10,000 chips mensuales.
Pure Lifi, la empresa de Harald Haas, vende el modulador que logra que la bombita se encienda y se apague a grandes velocidades y el sensor de luz que traduce esos destellos para oficinas, grandes superficies y plantas industriales. Según sus cálculos, si se quisiera instalar el sistema en una casa de unos 100 metros cuadrados en unos pocos años, el propietario debería invertir entre US$ 200 y US$ 600.

Una contra del LiFi es que no atraviesa paredes (sí lo hacen las ondas de radio) y, por lo tanto, se necesitan muchos más puntos de acceso, lo que encarece su implementación. Pero, desde el punto de vista técnico, esto puede ser una ventaja: es más seguro porque no se captura la señal desde afuera.
El LiFi es presentado como inmune a ataques informáticos ("el espectro de luz no puede ser hackeado... por ahora", precisó Campos sobre uno de los males del wifi, en particular, de las redes públicas) y no interfiere con frecuencias de radio. La transmisión de la luz no las utiliza y, por lo tanto, no interfiere con los circuitos electrónicos de ambientes peligrosos como aviones y salas de cuidados intensivos.

Dado que los focos LED también están fueras de las casas, esta tecnología de altísima velocidad puede servirse del alumbrado público. En este sentido, ciudades como Edimburgo –cuna del LiFi–, Bristol y Wolfsburgo y una universidad mexicana iniciaron proyectos de desarrollo.

El horizonte que ve Campos es este: las calles y las carreteras se convertirán en una inmensa red de conexión pública. Y los vehículos inteligentes, además, podrán comunicarse entre sí a través de sus faros LED.

¿El final del wifi?
¿El LiFi hará desaparecer al wifi? Campos dice que no. "Nada reemplaza a nada por el momento", afirmó. Por el contrario, "irán de la mano". Para empezar, un hogar deberá contar con una red wifi para que los focos amplifiquen la conexión.

Además, por lo menos por un tiempo, no habrá demasiados dispositivos compatibles con la nueva tecnología. Compañías como Apple, Samsung, LG y otros fabricantes de dispositivos electrónicos ya están interesadas en fabricar smartphones con sensores de luz LiFi, pero hay que esperar por su primer intento.

El código de la versión 9.1 de iOS, sistema operativo móvil de la manzana, hace una referencia explícita a la Lificapability, lo que hace suponer que el próximo iPhone soportará la tecnología alternativa.

Y un fabricante de aviones está probando esta tecnología para proporcionar internet abordo.
La NASA ya ha manifestado su interés en el LiFi para complementar la red wifi de la Estación Espacial Internacional. "En un futuro, una nave espacial tripulada viajará a Marte y podría ser candidata para este tipo de comunicaciones (y más adelante) también en un hábitat construido en el espacio profundo", dijo a la prensa el físico de la agencia espacial, Eirik Holbert.

Pronto se sabrá si el sueño de Alexander Graham Bell tiene una segunda oportunidad.

Un invento avanzado para su época
"¡He escuchado un rayo de sol riendo, tosiendo y cantando! ¡Escuché a ese rayo recitando un elocuentísimo discurso!". Eso fue lo que declaró Alexander Graham Bell en 1880 cuando realizó la primera llamada inalámbrica de la historia.

Lo permitió el fotófono, un aparato que permitía la transmisión de sonido a través de rayos de luz, utilizando espejos vibrantes.

Bell y su asistente, Charles Sumner Tainter, estaban separados por 213 metros, pero igualmente consiguieron mantener una conversación. La luz llegaba hasta un receptor construido con selenio (descubierto en 1817) que al recibir el haz de luz reaccionaba en correspondencia, haciendo que la voz del emisor se escuchase al otro lado.

El inventor esperaba que su fotófono fuera usado para que los barcos se comunicaran en el mar y acabara con la gran cantidad de líneas telefónicas que comenzaban a invadir las calles.
No obstante, el diseño del fotófono era muy sensible a las interferencias meteorológicas que fácilmente podían interrumpir la transmisión de la luz. Así que, al poco tiempo de patentar el invento, Bell abandonó el proyecto.

Las comunicaciones por luz láser a través de fibra óptica y el LiFi se basan en aquel fotófono.

Ventajas
Seguridad: el hecho que haya que situarse en el mismo haz de luz para transmitir datos hace que sea difícil que alguien se entrometa en la comunicación entre emisor y receptor.

Sin interferencias: al no trabajar en el espectro electromagnético de las ondas de radiofrecuencias, evita las interferencias con otros dispositivos.

Descongestión de la red: recurrir a ondas luminosas para la transmisión de datos podría ofrecer un nuevo canal de distribución de la información.

Desventajas
Sin luz no hay LiFi: no hay transmisión de datos cuando la luz está apagada.

Emisores de luz: las ondas luminosas no atraviesan las paredes, por lo que es imposible tener una red LiFi con un solo emisor, a diferencia del wifi. Por lo tanto, si se quiere acceder desde diversos espacios de la casa, serán necesarios tantos emisores como receptores para cada punto de uso.

Precio: la lamparita adaptada para el ámbito doméstico y los moduladores cuestan entre US$ 30 y US$ 380, según su calidad.


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