Alcoholes del Uruguay (ALUR) cerró su balance anual de 2014 con una ganancia neta de $ 203 millones (US$ 8,3 millones), más de cinco veces por encima de los $ 40,7 millones (US$ 1,9 millones) que obtuvo en el ejercicio anterior.
La industrialización de biocombustibles aumentó 32% y llegó a 86.210 metros cúbicos (m3).
En diálogo con El Observador el nuevo gerente general de la empresa, Manuel González, explicó que de la mano de mayores ingresos y “mejoras en materia de eficiencia, llevaron a la empresa a alcanzar un resultado más sólido” que el de años anteriores. “ALUR realizó inversiones importantes en material industrial y capital de trabajo. Los ingresos se están utilizando para cancelar obligaciones como préstamos”, indicó.
Desde que se creó en 2006 hasta 2014, ALUR acumuló pérdidas por US$ 4,6 millones en ejercicios que alternaron pérdidas con ganancias, estas últimas logradas básicamente en los últimos cuatro años.
Para el gerente de la empresa recién ahora se están “recogiendo los beneficios” de contar con una mayor escala industrial y también de un giro del negocio que se inició en 2009. El azúcar que representaba el 100% de los ingresos cuando se adquirió el ingenio azucarero de Calnu en 2006, en 2014 tuvo un peso en la facturación total del 12% y está previsto que se ubique por debajo del 10% este año, como consecuencia de una mayor participación de otras unidades de negocios como los biocombustibles o las raciones para alimento animal.
“En la media que hemos ganado eficiencia y escala también hemos reducido los precios de venta (de los biocombustibles a ANCAP)”, señaló González. El jerarca informó que en diciembre, ALUR redujo 25% el precio del biodiesel (unos US$ 300 por tonelada) que compra el ente, mientras que está previsto que este año el costo del bioetanol se reduzca en un porcentaje similar, producto de una mayor volumen. De hecho, para 2015 está previsto que la producción de bioetanol pase de 41.236 m3 a 70.000 m3 como consecuencia del ingreso de la producción de la planta de Paysandú, que comenzó a operar desde marzo. Ese volumen permitirá llegar a un 10% de mezcla de etanol en las naftas. En tanto en el caso del biodiésel, está previsto mantener la mezcla del 7% en el gasoil que se alcanzó en diciembre del año pasado.
González aseguró que ALUR no está recibiendo un “sobreprecio” por su producción industrial por parte de ANCAP. Explicó que cuando la empresa inició su producción en 2011, no contaba con la totalidad de su capacidad instalada produciendo y debía cumplir con sus costo fijos, obligaciones financieras y de personal. Eso determinó que en su momento ANCAP asegurara a Alur una ganancia por encima de los costos de industrialización, algo que fue objeto de críticas por parte de la oposición.
Para 2015, la empresa proyecta un aumento de sus ingresos, aunque eso estará parcialmente contrarrestado por una merma de los valores de venta, como consecuencia de la baja sensible de algunas materias primas como la soja. “Esto debería ayudar a consolidar el resultado positivo de la empresa por encima del punto de equilibrio”, aseguró González. Meta de 200 mil toneladas en raciones
Atado con el desarrollo de los biocombustibles, ALUR tiene previsto “multiplicar por cuatro” el volumen de raciones procesadas para alimento animal en 2015 y alcanzar en el eje de las 200 mil toneladas. Está previsto que la planta de Paysandú aporte unas 60 mil toneladas de DDGS, un tipo de alimento animal que hoy el país está importando para atender las necesidades de la lechería y ganadería. Además, se agregará la puesta en marcha de la nueva planta de molienda de grano de Cousa.
A juicio de Manuel González, gerente de Alur, la venta de este producto en el mercado interno “está caminando muy bien”. En primer lugar, porque se dio un descenso del precio por el aumento de escala y eficiencia. Agregó que una de las ventajas que obtiene el productor es que cuenta con un producto disponible todo el año y sin mínimos de compra.
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