“No tenemos ningún compromiso establecido”, dijo el presidente electo Tabaré Vázquez al ser consultado sobre la posibilidad de que llegara, como en principio estaba pensado, un nuevo grupo de refugiados sirios al país. Agregó que el tema se analizaría en profundidad para luego tomar una resolución.
Pero al margen de sus declaraciones públicas, El Observador supo que en reserva Vázquez es mucho más enfático. Con el tema sirios ha transmitido en privado una frase que parece concluyente: “Vamos a desensillar hasta que aclare”. En suma, el nuevo gobierno pondrá en el freezer la política del actual presidente José Mujica de traer refugiados de esa zona del mundo.
El propio Mujica ya había advertido días atrás que la decisión quedaría en manos de Vázquez y aseguró no saber qué definiría el próximo mandatario. Es que aquel anhelo inicial del presidente de refugiar a los niños de la guerra se dio de frente con la realidad de una cultura diferente, y los episodios de violencia doméstica entre integrantes de las familias refugiadas cambiaron todos los planes.
Pero además de las diferencias culturales a las que una vez conocidas las situaciones de violencia hicieron referencia Mujica y otros integrantes del gobierno, hay un tema en el que las autoridades no repararon antes de decidir la llegada de las familias: lo que se conoce como estrés postraumático.
Esto es, ni más ni menos, la situación en la que suelen quedar las personas que han sufrido una exposición súbita a una situación de estrés intensa y prolongada capaz de desbordar sus capacidades de integración cognitiva y emocional; por ejemplo, la guerra que bien conocen los refugiados en Uruguay (ver nota aparte).
Esperaban más problemas
Aunque en Uruguay la noticia de hechos violentos entre los sirios sorprendió y los situó en un lugar menos sentimental ante la mirada de quienes antes los recibían de brazos abiertos, en Naciones Unidas sabían que esto podría pasar e incluso esperaban situaciones más complicadas. “Es sorprendente que luego de la tragedia que han vivido los refugiados y el escaso tiempo que han estado en Uruguay no haya habido más problemas y más graves que los mencionados en la prensa. Los refugiados han estado sometidos a una enorme violencia, por lo que sería de esperar muchos más incidentes debido a los efectos psicológicos de dicha violencia.
La experiencia internacional indica que en los primeros tiempos después de la llegada de los refugiados ocurren incidentes y problemas como resultado de las recientes experiencias negativas y la desadaptación inicial a la nueva realidad”, escribió el jefe de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU en Siria, el uruguayo Raúl Rosende.
Rehacer la vida de los que han padecido los horrores de la guerra no es sencillo. Y por ahora el próximo gobierno no se plantea hacerse cargo de tamaña responsabilidad.
De cinco traductores solo uno los entendía
El periodista español Julio Alonso relató detalles de la forma en la que el gobierno uruguayo llevó adelante la llegada de las familias (ver nota aparte). Contó, por ejemplo, que el idioma árabe que se habla en Siria no es el mismo que se habla en otras partes. “Parecería que (en la cancillería) no contaban con eso”, dijo, ya que cuando la misión oficial viajó a Líbano a entrevistarse con las familias, “de los cinco traductores que había solo uno hablaba sirio”.
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