Suecia se enfrenta a una crisis política inédita que la obligará a acudir a las urnas por anticipado en marzo de 2015, una situación que no se producía desde hace medio siglo, provocada por una extrema derecha envalentonada.
Los Demócratas de Suecia (SD, antiinmigración) tienen 49 escaños de 349 en el Parlamento, suficientes para bloquear proyectos de ley, y el miércoles provocaron la caída del gobierno de coalición de socialdemócratas y ecologistas, al votar a favor de los presupuestos presentados por la oposición de centroderecha.
El primer ministro Stefan Lofven no tuvo más remedio que convocar elecciones anticipadas, las primeras desde 1958, para el 22 de marzo.
Esos comicios probablemente dejarán el escenario político casi idéntico. Ni la izquierda, ni el centroderecha ni la extrema derecha pueden alzarse con la mayoría absoluta, a causa del sistema proporcional.
¿Qué harán esos tres bloques? “No se puede especular” declaró a la AFP el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Estocolmo, Olof Ruin.
“Es bastante poco probable que la situación tras la elección anticipada sea diferente”, estimó el politólogo Andreas Johansson Heino, del centro de análisis Timbro, conservador.
“Temo que la gente no vaya a votar. Con lo que está sucediendo uno se siente invadido por el desánimo. Acabas por decirte que le das tu voto a alguien y que luego hace lo que quiere”, deploraba Malin Voegt, vendedora de 42 años, interrogada por la AFP.
Para Jan Wettmark, concejal del partido Moderado (conservador) en Arvika (centro), “necesitaremos realmente hacer cambios si no queremos encontrarnos en la misma situación, que beneficia a la extrema derecha”.
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