Por tratarse de una casona erigida en la década de 1930 y ubicarse en una avenida, podría haberse protegido de acuerdo a una resolución de la Intendencia de Montevideo adoptada en 2001, cuando el propio Arana estaba al frente del gobierno departamental.
La norma plantea que todas las construcciones anteriores a 1940, y particularmente las situadas en avenidas, bulevares, o ramblas deben tener una consideración especial.
Al efectuarse la solicitud de demolición, el propietario está obligado a adjuntar una fotografía nítida, de 18 por 24 centímetros, tanto de la finca como del entorno urbano. A partir de entonces se abre una instancia de negociación entre las autoridades y los agentes privados.
Municipio CH.
En este caso, sin embargo, se optó por otra gestión. Al no figurar en la lista de bienes de interés municipal, se concedieron los permisos para demoler. Y punto.
El alcalde del Municipio CH, Luis Luján, explicó al diario El País que la autorización se dio después de consultas realizadas por técnicos del Centro Comunal N° 5.
"Se nos dijo que no era patrimonial porque estaba entre dos edificios y otras cosas más".
La información fue brindada por el departamento de Planificación de la Intendencia, y en el Comunal N° 5 se procedió a la firma que autorizó la demolición. "No se encontraba contemplada dentro de las que están para proteger; o sea que la Intendencia dio el aval para que diéramos el permiso", concluyó el alcalde Luján.
En los planos que considera la Comisión Especial Permanente de Pocitos, situada en la calle Luis Cavia, la edificación que se está demoliendo tampoco aparece en la zona de los bienes protegidos.
Último morador.
De acuerdo a testimonios de vecinos, un acaudalado comerciante de origen sefaradí, socio o "ciudadano" de la Parva Domus, fue el último propietario que habitó el inmueble, junto a dos o tres personas encargadas de tareas domésticas. Llegó a vivir 102 años y siempre decía que de esa casa lo sacarían con los pies hacia adelante. Rechazó varias ofertas o consejos familiares.
Después de su muerte, la vivienda se vendió en dos oportunidades. Los primeros adquirentes no la mantuvieron más de seis meses y nunca la habitaron. En algún momento llegó a ser ocupada por intrusos que, después de ser desalojados, dejaron abundante basura en el lugar, a la cual se acumuló la que arrojaban algunos vecinos de los edificios linderos.
La página web de la Intendencia capitalina no se ahorra elogios frente a la presencia del art déco. "Montevideo tiene como uno de sus rasgos identitarios principales una profusa y variada arquitectura de estilo art déco". Se explica que éste "es una amalgama de diversos estilos y movimientos de las primeras décadas del siglo XX", y que "sus influencias provienen del cubismo, futurismo, del art nouveau y del estilo racionalista de la escuela Bauhaus". Por eso Montevideo resulta "una de las mejores ciudades a nivel mundial para apreciar este estilo".
El arquitecto Mariano Arana dijo ayer a El País que, en su momento, envió a la oficina correspondiente de la IMM las fotos y datos de la vivienda que se está demoliendo.
"Es desesperante", exclamó, antes de indicar que puede haber más novedades nefastas en Pocitos.
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