Cunde el pánico entre cientos de mendigos que hasta el presente se han alojado en aceras, parques y bajo puentes de Miami. Hace más de 15 años logró imponerse allí el “Acuerdo Pottinger”, que amplió beneficios a personas sin hogar (homeless). Teóricamente habría mayor tolerancia para que esos indigentes levantaran chozas como viviendas y cocinaran alimentos en parques de la ciudad. Sin embargo recientemente, las autoridades de Miami votaron unánimemente por echar abajo esa política. Entre tanto la brecha social se continúa ampliando en USA, descubriéndose en algunos estados grupos de personas, sin vivienda y con graves carencias alimentarias, que vivían en especies de cuevas escavadas bajo tierra.
Esto equivale a decir, en primer lugar, que la policía puede reprimir aún con más violencia cualquier mínimo desliz que cometan los indigentes.
¿Pretexto? Que las circunstancias han cambiado en esa área y en estos momentos su población ha crecido, existen nuevos restaurantes y lugares de recreación.
Por lo tanto, alegan, hoy su larga caravana sus mendigos es una “molestia constante” para los clientes y vecinos de las cercanías.
recordando que, aún con esas transformaciones, nada ha cambiado para esos condenados de la Tierra.
El presidente de la Comisión de la Ciudad de Miami, Marc Sarnoff, propone encarcelar a las personas sin hogar para que no violen el orden público satisfaciendo sus necesidades básicas en el centro de la urbe.
El abismo entre ricos y pobres salta a la vista en Miami, en cuyas calles duermen centenares de personas sin techo. Debido a los precios desorbitados de las viviendas, muchas familias humildes no pueden permitirse ni el hogar más sencillo. Por si esto fuera poco, la ciudad se está planteando encarcelar a estas personas por realizar ciertas actividades en público.
Sarnoff y sus aliados de la comisión han contratado a un bufete de abogados para tratar de modificar el acuerdo de 1998, cuando los agentes del orden recibieron instrucciones de no detener a las personas sin hogar que dormían en los bancos de los parques o que comían en las aceras. Ahora lo que propone el presidente de la Comisión de la Ciudad de Miami es revocar este acuerdo y arrestar a cualquier persona que bloquee una acera, prepare comida en un espacio público usando fuego, eche basura a la calle, orine o defeque en público.
Sarnoff sostiene que las personas sin hogar en el centro de este distrito de negocios son "un problema crónico" y que la policía poco puede hacer para castigar a las personas ‘sin techo’ que orinan en la calle o cocina en parques públicos.
“El problema radica en que este remedio es más costoso que los remedios correctos, que las soluciones justas, porque arrestar a un ciudadano en el condado de Miami-Dade le cuesta al contribuyente 3.800 dólares por arresto”, afirma Eladio José Armesto, vicedecano del colegio de periodistas cubano-americanos. Según él, ese dinero podría emplearse mejor en ayudar a estas personas a encontrar empleo.
En el estado de Florida existen fuertes restricciones, al igual que en la localidad de Fort Lauderdale, al norte de Miami, donde está prohibido no solo dar dinero a la gente que lo pide, sino también darles comida.
The Miami Herald
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