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lunes, 15 de abril de 2013

NICOLAS MADURO ES EL NUEVO PRESIDENTE VENEZOLANO


Nicolás Maduro tiene fama de ser un negociador con capacidad para escuchar a los demás. Algunos lo tildan de radical y todos coinciden en su indiscutible lealtad al proyecto de Chávez, del que no se separó en los últimos 20 meses mientras el presidente luchaba contra el cáncer, que finalmente le costó la vida el pasado 5 de marzo. A él lo designó Hugo Chávez como su sucesor político y a él le correspondió dar la noticia de la muerte del líder de la revolución bolivariana.



Maduro ha encabezado una campaña completamente enfocada en su figura, repitiendo que es 'hijo' del gobernante y prometiendo continuar su legado siguiendo punto por punto su programa político.

Quienes le conocen aseguran que es un hombre de equipo, que sabe apoyarse en los grupos con que trabaja y tiene grandes dotes de negociación aprendidas durante su pasado sindicalista, del que también sacó una profunda y estructurada formación ideológica de izquierda.

Antiguo líder sindical, de 50 años, antes de ser la cara de Venezuela en el exterior fue durante muchos años chófer de autobús, se ha codeado en la alta política internacional sin complejos y sin ocultar con naturalidad que no habla más que español.

Maduro ha hecho alarde durante la campaña de ese pasado de conductor y ha sido habitual verle llegar a los actos electorales conduciendo un autobús en el que iba con todo el equipo de campaña.

Después de convertirse en 2006 en el ministro de Exteriores más joven de la era Chávez, Maduro fue nombrado vicepresidente en octubre pasado, centrando todas las miradas y erigiéndose de facto, y sin demasiadas sorpresas, en el hombre fuerte del chavismo.

Nacido en Caracas en 1962 y criado en la popular barriada de El Valle, Nicolás Maduro es un convencido izquierdista que se inició en grado medio como líder estudiantil. Sin pasar por la universidad, trabajó como chófer de autobuses del Metro de Caracas llegando a ser un destacado líder sindical en los años 90.

Conoció a Chávez mientras éste cumplía condena en prisión por su fallido golpe de Estado de 1992, en un momento en que varios grupos se acercaban al teniente coronel. En ese contexto también conoció a su pareja, la abogada y antigua líder parlamentaria del chavismo, Cilia Flores, una de las letradas que asesoraban a Chávez.

De sonrisa amplia bajo su bigote, contribuyó a la fundación del partido que llevó al mandatario al poder, el Movimiento V República (MVR), siendo elegido diputado en 2000 tras haber participado en la redacción de la nueva Constitución Bolivariana de 1999.

En enero de 2006 fue designado presidente del Parlamento, un cargo que le duró siete meses ya que en agosto de ese mismo año recibió el cargo que le daría proyección internacional: el de ministro de Exteriores.

'Es una persona en el trato personal muy cordial, con buen sentido del humor, pero cuando tiene que apretar aprieta y con el adversario es duro, por supuesto', asegura el periodista y ex viceministro de Asuntos Exteriores Vladimir Villegas, quien además estudió en la misma escuela que Maduro.

Colaborador histórico y beneficiario de una gran confianza presidencial, tomó las riendas del país cuando Chávez estaba en Cuba sin poder contener, en muchas ocasiones, el torrente de lágrimas.

Sus detractores le acusan de haber destrozado la Cancillería sacando a diplomáticos de carrera y colocando a gente que le había acompañado durante su vida laboral y que terminó entrando en el Ministerio de Exteriores junto a él.

Hay quien también recuerda la visita que él y Flores hicieron al líder espiritual indio Sai Baba en 2005, algo que para algunos evidencia sus extraños hábitos religiosos, mientras que otros consideran que demuestra el carácter de Maduro.

Durante la campaña sorprendió a todos asegurando que Chávez se le había presentado en forma de pajarito. El comentario generó bromas y burlas en la oposición y en las redes sociales, pero Maduro no se ha inmutado e incluso ha insistido en esa historia.

'Yo conté algo muy sencillo que me pasó ayer, sí, me sucedió, me sucedió. Y yo me siento feliz de que me haya sucedido, es mi espiritualidad y me dio la gana de compartirla con el pueblo', sostuvo durante un acto electoral.

"Hice un gran esfuerzo recorriendo cada palmo de esta patria, enfrentando todas las guerras. Una guerra economica tenemos desde diciembre de una burguesía que creyó, con la muerte del presidente Chávez, que había llegado el final de la revolución. Este pueblo ha sabido enfrentar esas guerras y hoy podemos decir que obtuvimos un triunfo electoral justo, legal y constitucional", declaró el presidente electo Nicolás Maduro en su discurso frente al Palacio de Miraflores.



"Aquí tenemos a mas de 50 acompañantes electorales de todo el mundo. Aquí está la constitución del gigante Chávez, que sigue ganando batallas en esta tierra de hombres y mujeres patriotas. Ayer lo dije, si pierdo con un voto entrego el poder, en respeto a esta constitución", aseguró el ganador de las elecciones presidenciales según el primer boletín del Consejo Nacional Electoral de Venezuela.



Y denunció:"El candidato de la oposición quería conversar conmigo. Yo decidí recibir la llamada media hora antes. Podemos hablar con quien sea en este país. Recibí la llamada y conversamos. Él me transmitió su visión, yo le transmití la verdad. El me estaba proponiendo mandar a los jefes de campaña al CNE para hacer un pacto. Y dije no. Le dije que si perdía con un voto le entregaba el gobierno. Pero no. He ganado por casi 300 mil votos".



"En nombre de Cristo redentor, con el espíritu de Chávez, no queremos violencia. Llamamos al respeto y paz", pidió el chavista a la población venezolana.



"Solicito oficialmente una auditoria para que no quede duda de los resultados electorales. Las instituciones tienen que funcionar", agregó.



"Vamos a construir una nueva amplia mayoría de la revolución bolivariana", aseguró Maduro a la múltitud presente en su primer acto como presidente electo por la ciudadanía. "El comandante dejó a su hijo y ahora su hijo gobernará esta tierra", expresó.


La muerte de Hugo Chávez ha dejado en evidencia que en Venezuela algo ha cambiado: sin el líder, el tan promocionado chavismo entró en una crisis.



Hace apenas unos meses, con el caudillo ya enfermo de cáncer y tras un esfuerzo personal y un gran operativo para mostrarlo supuestamente recuperado de su mortal dolencia, las elecciones mostraron un resultado contundente a favor de Hugo Chávez, que obtuvo casi 1,6 millones de votos de diferencia sobre Henrique Capriles.



Tras conocerse el ajustado triunfo de Nicolás Maduro, por poco más de 200.000 votos, el chavismo evidencia un cambio.



Poco más de un mes después del fallecimiento del líder bolivariano, y con un aparato de propaganda que apelaba al voto en homenaje a Chávez, Nicolás Maduro no consiguió los mismos resultados. Ni asumirse como “el hijo de Chávez” le alcanzó para sacar las diferencias que el oficialismo esperaba.



Maduro consiguió 7.505.338 votos, frente a los 8.191.132 que alcanzó Chávez en octubre pasado.



La reacción de Ramón Aveledo en la rueda de prensa, donde acusó al gobierno de estar “engañando al país”, contrasta notablemente con el escenario de octubre, donde Henrique Capriles salió ante los periodistas y admitió la derrota.



En esta oportunidad, la oposición se adelantó y anticipó que no está dispuesta a aceptar que ningún tipo de irregularidad empañe los resultados.



Con el 99,12% de los votos contabilizados, y según el CNE con una tendencia ya irreversible, el candidato de la oposición alcanzó 7.270.403 votos, una cifra que subió en 679.094 votos respecto de la elección anterior. Henrique Capriles había anticipado su intención de captar a los chavistas desencantados con Nicolás Maduro; una extrapolación de lo perdido por Maduro y lo ganado por Capriles, parece mostrar que muchos chavistas optaron por el candidato de la MUD.


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